Iker Pérez fue uno de los canteranos más valorados del Real Valladolid de la generación del 2002, en la que se encontraban otros jugadores como Castri, Adri Carrión o Slavy. Su crecimiento desde las categorías inferiores siendo un lateral con mucho recorrido ofensivo le permitió quemar etapas en Los Anexos hasta llegar a ser una e las piezas importantes del Promesas. Durante esos episodios, ademas, coincidió con el actual entrenador del filial blanquivioleta, Javi Baraja. Tras abandonar la entidad en el curso 2023/24 y ganar experiencia en el filial del Granada la campaña pasada, Iker Pérez afronta un nuevo reto en la Gimnástica Segoviana.
Un primer paso bien dado hacia un objetivo ambicioso
El lateral llegó al conjunto segoviano este mismo mercado. Por el momento su adaptación al entorno ha sido buena, tanto en lo futbolístico como en lo extradeportivo. “Estoy muy contento. Aquí se trabaja muy bien. Todo. Es un club muy sano y hemos empezado la temporada por como acabamos la pretemporada, también con buenos resultados. Por suerte en este primer partido estuvimos muy bien, mantuvimos la portería a cero y pudimos marcar goles. Al final eso es un plus para empezar”, comenta Iker Pérez a Blanquivioletas.
Y es que su equipo venció y convenció en la primera jornada ante la Unión Deportiva Sámano, con un resultado de 3-0. Iker Pérez disputó todos los minutos del encuentro. “Al final en un equipo de 22 jugadores pues hay muchos momentos en los que les toca ser importantes a unos y en otros pues a otros. Al principio el míster está confiando en mí y ojalá que siga siendo así y pueda seguir dando los resultados que estamos dando”, explica el futbolista.
El objetivo es claro, el ascenso. “Tenemos un equipo para estar ahí arriba. Creo que es que si hacemos las cosas como las estamos haciendo, podemos estar ahí y optaremos a estar en el en esos puestos de ascenso. Yo creo que sí, que hay bastantes opciones”, evalúa Iker Pérez, a quien Iñaki Bea le pide lo mismo que mostró en Los Anexos. “Es misma idea. A Iñaki le gustan mucho los equipos que que van y presionan hacia arriba y me pide sobre todo ser un jugador correcto en defensa, que no cometa errores, y que de campo en adelante sea yo mismo, que tenga personalidad y que sea decisivo”, añade.
Iker Pérez vuelve a casa
“Va a ser muy bonito porque al ser en casa es especial, lo cojo con un poco más de aprecio que a los demás. Tengo ganas de de ver a los compañeros amigos y a la gente del club que siempre me ha tratado de diez”, relata Iker Pérez e la previa del encuentro ante el filial blanquivioleta. Será un duelo emocionante también en lo personal después de haber vivido tantas cosas en la cantera del club de su vida.
“Me quedo con todos los momentos. Desde pequeñito, cuando llegué con la máxima ilusión porque era el equipo de la ciudad al que querías, fui escalando poco a poco, tuve esa opción de llegar a entrenar con el primer equipo. Me quedo también con los compañeros, muchos han llegado al club profesional y están en el primer equipo como son Chuki, Torres, Maroto o Garri. Se me hace muy bonito volver, esos momentos que viví se quedan en un recuerdo dentro del corazón“, reconoce.
El reencuentro con Javi Baraja
Javi Baraja entrenó a Iker Pérez en distintas etapas y fue quien le hizo debutar con el Real Valladolid Promesas siendo juvenil de segundo año. Será un reencuentro especial por un lado y temido por otro, ya que el jugador es consciente de las capacidades del míster blanquivioleta a la hora de entrenar. “Es un entrenador de la de la leche, me entrenó varios años y en su anterior etapa estuvo cerca de ascender al Promesas a Segunda. Es capaz de sacar lo mejor de sus jugadores a nivel individual y colectivo. También sus jugadores que son muy buenos, de una calidad que que pocos jugadores tienen y es un equipo muy dinámico”, analiza el lateral.
Su año en Granada le sirvió para aprender y madurar
El año pasado Iker vivió un año de aprendizaje en el filial del Granada, en su primera experiencia desvinculado del Real Valladolid. El jugador quiso exponerse a un nuevo ambiente y seguir cogiendo rodaje en otro equipo B. “A cada futbolista pues le toca vivir tarde o temprano esa esa etapa de de salir de casa. Yo decidí irme un poco lejos para salir de al completo de mi zona de confort y apostar por buscar otro filial. En Granada me trataron muy bien, por desgracia descendimos, pero pero para mí fue un año de aprendizaje. Al final no es bueno ni malo, sino de aprendizaje. El fútbol es eso. Para mí la experiencia ha sido importante”, dice.
Sobre todo, ese aprendizaje denota madurez, ya que sobre todo fue a nivel psicológico. “El estar lejos de tu familia, de tu gente y de tus amigos, te hace valorar más las cosas que tienes. Aprendes a gestionar las emociones tú solo, sobre todo a vivir. A mí por suerte me tocó salir siendo mayor con las ideas claras y no me costó tanto adaptarme a una ciudad tan bonita como Granada”, expresa Iker Pérez.
Así, el futbolista sigue recorriendo su camino, labrando una carrera fuera de Los Anexos, a los que regresa más maduro y en un proyecto en el que quiere seguir creciendo a nivel individual y colectivo. En el bando enemigo del Promesas, en esta ocasión, habrá un amigo, pero no por serlo facilitará las cosas a los de Javi Baraja, al contrario. El rayo que nunca cesa ya no habita la banda de Los Anexos, pero la recorrerá una vez más en pos de sumar a su nuevo equipo.