Si hace solo cinco años hablábamos de la inteligencia artificial como si fuera una realidad a la que aspirar con asombro, curiosidad y cierta distancia. Esa visión de la ficción, a través de libros y cine ha llegado ya a nuestros días y cada vez está más integrada en algunas de nuestras realidades. Y no, ya no se trata de una posibilidad futurista, sino de un vecino más en nuestras vidas que parece crecer a pasos agigantados.
La IA ya está aquí, en teorías, para hacernos la vida más fácil. Hay quien, a través de ella, ya nos escribe correos, traduce textos o diseña imágenes Pero ojo al informe que acaba de presentar Daniel Kokotajlo, uno de los antiguos investigadores de OpenAI, la empresa que dio vida a la popular IA de Chat GPT. Si su investigación da en el clavo con sus previsiones podemos estar viviendo solo el trailer de lo que se viene con la inteligencia artificial. Un horizonte que podría ser inquietante y que no está, para nada, tan lejano.
Según el estudio realizado por Kokotajlo, en apenas tres años podríamos estar ya delante del nacimiento de una superinteligencia artificial que supere al ser humano en casi todos los ámbitos del pensamiento y de la generación de estrategias, ideas y productos. Esta realidad suena a ciencia ficción, lo sabemos, pero si lo que sostiene el informe es cierto, se puede volver bastante terrenal.
Según Kokotajlo, los sistemas actuales ya no solo aprenden de nosotros y de las constantes actualizaciones que van recibiendo, sino que lo hacen de manera autónoma, mejorando de manera clara sus propias capacidades para responder mejor a todos los posibles problemas planteados. En otras palabras, la inteligencia artificial está aprendiendo a mejorarse a sí misma. Algo de yuyu sí que da, ¿verdad?
Una evolución de la IA mucho más rápida de lo esperado
De hecho, Kokotajlo plantea un calendario que, de cumplirse, pondría patas arriba todo lo que damos por sentado para el establecimiento de estas inteligencias artificiales. Si bien es cierto que el aumento de su uso en todo tipo de industrias e incluso en planos más mundanos en el día a día de muchos trabajadores, se esperaba que la IA no evolucionara tan rápido como parece que podría hacerlo. Según el estudio de Kokotajlo, en 2025 pueden llegar los primeros agentes autónomos capaces de hacer tareas complejas sin supervisión, por lo que ya se haría un avance evidente con respecto a lo conocido. Pero es que en apenas dos años todo podría cambiar.
Ya en 2026, las inteligencias artificiales alcanzarían el nivel de un ingeniero experto y podrían comenzar a reescribir su propio código, mejorando su forma de anticipación a los problemas e incluso resolver errores que un humano hubiera pasado por alto. Y, ojo, que en 2027 el salto es aún más grande, pues, según el informe, podría salir a la luz una variedad de inteligencia artificial que superaría nuestra capacidad creativa, de razonamiento y de velocidad mental. Una auténtica revelación que podría hacer en segundos o en apenas horas lo que hoy puede llevar años de trabajo para un humano. Como poco es inquietante.
Si el escenario planteado para 2027 se cumple, el impacto será profundo, pues, en el trabajo, muchas profesiones técnicas o creativas podrían desaparecer o transformarse de forma radical, llegando a imaginar que los países con más recursos para desarrollar la inteligencia artificial dominarían de forma clara ciertos sectores clave a nivel industrial, ampliando las brechas ya existentes en el mundo actual.
A pesar de todo, el documento de Kokotajlo no es un texto catastrofista, aunque suena a advertencia para tener mucho cuidado con todo lo que se puede venir en el futuro. De hecho, propone que centremos nuestra energía en aquello que la IA aún no puede imitar con precisión, como la empatía, la ética, el pensamiento crítico y la creatividad genuina, siendo todo esto aquello que nos hace humanos.
