No hay muchos ejemplos tan claros de recuperación mental y física como la que se ha podido ver en Isco Alarcón desde su llegada al Real Betis Balompié. Su salto cualitativo, con respecto a lo que fue su dinámica en los años anteriores, asusta por relevante. El ’22’ no solo ha conseguido ser de nuevo un futbolista importante en el panorama del fútbol español, sino que se ha hecho con el cetro de mando en un Betis que aspira a las mayores cotas de su historia con un mediapunta que ha logrado renacer en el Benito Villamarín.
Algo debe haber pasado en la cabeza de este futbolista cuando la propia capacidad no se le discutía. La calidad de Isco seguía ahí, aunque las lesiones y la inconsistencias de la falta de regularidad le pusieran un palo entre las ruedas. El paso adelante de ponerse la verdiblanca asusta por la velocidad a la que convirtieron a un futbolista acabado, como decían algunos, en un más que eficiente mediapunta de nivel, incluso, para poder ser convocado de nuevo por la selección española de Luis de la Fuente. Isco tenía cuerda para rato.

Con ese paso dado en el terreno de lo mental, Isco logró desbloquear lo que es su fútbol. “Me gustan la gambetas”, contaba hace muy poco en la revista Panenka para confirmar algo que vemos todos cada vez que lo vemos jugar. Isco ha renacido no solo físicamente, sino que su batalla contra el banquillo y contra la enfermería nos ha regalado de nuevo su inagotable talento para recuperar al centrocampista pillo, irreverente, singular en el uno contra uno y veloz de pensamiento.
Isco es un niño grande con botas de fútbol, que cuando llega al césped, hoy, es capaz de quitarse los complejos y olvidarse de esas etapas en las que sufrió. Con el Betis y con Pellegrini, el fútbol sonríe porque ha vuelto Isco. Una buena noticia que no solo refleja el buen hacer de Isco y sus números con el Betis, sino su capacidad para acercar al equipo verdiblanco a sus objetivos. Algo que no está pasando desapercibido y que refleja la propia capacidad de los béticos para seguir cumpliendo con su itinerario por el momento, vivos en LaLiga para asomarse a Europa y vivos en una Conference League en la que avanzan firmes.
Las claves del renacimiento de Isco Alarcón
Confirmando que hay que celebrar por su vuelta, también hay que entender los motivos. Para empezar, la vuelta a una posición que le es afín. Acostumbrado a tener que convencer desde puestos que no le facilitan la intervención en el juego, actuando muchas veces como extremo o interior en sistemas sin demasiada relevancia de la pausa en mediocampo, Isco ha vuelto a la mediapunta gracias a Pellegrini. No es casualidad que el Betis fuera el lugar donde Isco pudiera volver a sonreír, pues ya vimos como talentos como el de Nabil Fekir, hoy en Al-Jazira, lograron ser la clave de juego del conjunto verdiblanco.
Pero quizá su gran valedor dentro de ese contexto es el propio Manuel Pellegrini. Conociendo al futbolista como le conocía de su etapa en Málaga, en pocos lugares llegamos a ver el desborde de talento del futbolista de Benalmádena como con las franjas blanquiazules. El equipo malagueño bebió de su facilidad para impresionar con sus fintas, regates, goles y asistencias. El chileno ha sabido arropar a Isco a nivel táctico, facilitando que otros se esfuercen mucho más por él para agotar de poco en poco ese frasco de fragancia exclusiva de su talento y alimentar la presencia de Isco cerca del área, donde es efectivo, donde pasan cosas.
¡ !#LALIGAHighlights pic.twitter.com/UWMLdqcsTi
— Real Betis Balompié (@RealBetis) April 22, 2025
El complejo camino de Isco hasta el Benito Villamarín
Y aunque pueda parecer que Andalucía saca las mejores notas de color del juego de Isco, la realidad es que alguna de esas últimas etapas, precisamente también en Sevilla, fue una de las más duras pruebas pasadas por el malagueño. Su paso por el Sevilla, enemigo íntimo del Betis, en la temporada 2022/2023, acabó con un Isco en el dique seco, con unos cuantos partidos disputados (apenas 1200 minutos en 19 partidos) y con una gran duda en el aire en esos meses: ¿Está acabado ya el genio de Benalmádena?
La respuesta la dio el Betis en su etapa inmediatamente posterior, con un currículum ya de 60 partidos, 19 goles y 14 asistencias como bético. Tras recibir la carta de libertad por parte del equipo sevillista, el equipo verdiblanco aprovechó la ocasión para hacerse con los servicios de este centrocampista colosal, que al parecer solo necesitaba comprensión, confianza y cuidados para ponerse a punto y demostrar que de esa duda planteada en el lado rojo de Sevilla solo quedaba el recuerdo.
En el Betis, Isco ha recordado de nuevo su mejor cara mostrada en Valencia, Málaga e incluso Real Madrid, donde su pasó dejó detalles de muy buen fútbol y en el que no había debate sobre su incidencia y talento. Hoy, como en esos momentos, Isco era parte del tesoro futbolístico español. Hoy, como todos los tesoros, está siendo conservado con mimo en el museo del fútbol que está siendo el Benito Villamarín. Si pueden, no dejen de visitarlo.
