El central del Real Valladolid, sin paños calientes, reconoció que el equipo “no salió ante el Alavés como había que salir” y apostó por hacer de la “cabezonería” un “baluarte en la concentración”
Recién regresado de Vitoria, el Real Valladolid volvió a los entrenamientos en la mañana de este sábado para preparar el choque del martes ante el Girona. Los que tuvieron minutos ante el Alavés, a excepción de Yoel, realizaron trabajo de recuperación en el gimnasio; mientras que el resto de la primera plantilla trabajó junto a varios jugadores del División de Honor –Baba, Seydou, Luismi y Dali– y Miguel de la Fuente.
Por su parte, Keko y Borja, que tuvieron que ser sustituidos con molestias, están pendientes de evolución para saber si Sergio González podrá contar con ellos ante el cuadro catalán. El madrileño tiene molestias en los isquiotibiales y el gallego sufrió un fuerte golpe en el cuádriceps derecho.
Joaquín fue el encargado de comparecer en rueda de prensa para analizar el empate cosechado ante el cuadro babazorro. El central aseguró que el punto “deja un buen sabor de boca si se hace bueno en casa”. “En el minuto treinta nos veíamos bastante lejos de puntuar, pero salió la casta del equipo y lo logramos. Lo importante es sumar de tres y dar un palo grande al descenso”.
En esa misma línea, el almeriense subrayó que “una victoria supone casi agarrarse a la permanencia”. “A todos los que estamos abajo nos está costando mucho ganar pero el que lo consiga va a dar un salto fuerte en la clasificación y, especialmente, a nivel de confianza“, argumentó.
Para logra ese triunfo, la clave pasa por evitar faltas de concentración como la del arranque de partido en Mendizorroza. “No salimos como teníamos que salir y eso se ve reflejado en el marcador. Es un aspecto que tenemos que mejorar porque muchas veces parece que nos tenemos que dar un palo para espabilar. Si damos la cara, como hicimos desde el minuto veinticinco hasta el final, estaremos mucho más cerca de la permanencia”.
Joaquín fue uno de los protagonistas en el feudo vitoriano. Primero, al ocupar el mediocentro junto a Borja, una posición que no es habitual pero tampoco “desconocida”. Segundo, al enviar al fondo de las mallas el centro lateral de Óscar Plano, que permitió a los blanquivioletas irse al descanso con solo un gol de diferencia en el marcador. “Fui al primer palo con fe, pensando en que podía llegar y la toqué lo justo. Estoy muy contento de poder ayudar al equipo porque fue un golpe de moral“, explicó.
El almeriense también tuvo unas palabras de ánimo para Yoel, cuyo fallo en la salida de balón propició el tanto de Guidetti. “No tenemos nada que reprocharle porque es un gran profesional, trabaja y compite como un animal. El fútbol es un deporte de errores pero, cuando un portero falla, se nota más porque es la última barrera antes del gol“.
En su opinión, el Pucela tiene que utilizar a su favor las “ganas de seguir en Primera” para evitar esos ‘lapsus’. “Si algo tiene este equipo es cabezonería. La mayoría somos debutantes en Primera y esa ilusión por quedarnos una año más se tiene que notar y ser baluarte en nuestra concentración”.
Por ello, ante el Girona, a los blanquivioletas no les queda otra que “estar fuertes”. “Sabíamos que nuestra liga era esta, pelear por la permanencia. Hay que ser fuertes en casa, con nuestra gente, hacer un partido completo y sacar los tres puntos”, sentenció Joaquín.