El Real Valladolid ya no tiene que mirar hacia los despachos para encontrar soluciones ofensivas, pues con el mercado cerrado, la vía solo tiene camino en la plantilla existente. Con la lesión de Latasa, la puerta se ha abierto inevitablemente para Arnu y Jorge Delgado. Con Arnu fuera del equipo tras ser convocado por España sub-19, la opción del ariete de Móstoles se convirtió en una necesidad.
Delantero centro puro, móvil, con presencia constante tratando de encontrar huecos en el área y con raíces en el Promesas, Jorge Delgado fue el elegido de Almada tras la inoportuna baja del ariete madrileño. En racha tras ser el máximo goleador del filial la pasada campaña, su irrupción no queda en un simple estreno, pues representa un recurso inesperado y una alternativa obligatoria para un ataque que necesita goles y efectividad. Una realidad que, si lo de Latasa es serio, podría definir su curso a partir de ahora.
Recurso casi obligatorio
El “Tiburón” aterriza en la dinámica del primer equipo cargado de cifras llamativas. En la campaña anterior llevó el peso ofensivo del Valladolid Promesas con 15 goles, máximo anotador del Grupo I de Segunda Federación, y renovó hasta 2027 antes de ser integrado definitivamente en la plantilla del primer equipo. Su perfil físico, con metro ochenta y cinco, le permitió consolidarse como delantero referencia del filial, capaz de asociarse entre líneas, aguantar balones y rematar con potencia.
Pero más allá de su expediente goleador, Jorge Delgado suma otra dimensión más. Más allá de su carácter ganador, lleva consigo ese patrón imprevisible al que podríamos denominar “verso libre” como delantero. Siendo Latasa o Arnu delanteros muy definidos y que encajan, hasta ahora, en el Valladolid de Almada, su irrupción puede cambiar el discurso colectivo y aportar opciones. No es el clásico nueve estático, sino alguien que aporta movilidad y capacidad para caer a bandas, así como acompañamiento, presión tras pérdida y desborde en espacios cortos.
En su debut, buscó el gol desde el primer instante. Su remate de cabeza tras la combinación entre Meseguer y Alejo no encontró portería, pero dejó una declaración de intenciones a nivel posicional. Es un delantero capaz a complicar defensas, a pesar de que esa acción no acabara como quería. Esa ambición es una de sus armas más valiosas y Jorge Delgado parece necesitar solo rodaje para aportar, a cambio, un frescor inmediato y diferente a la delantera.
Jorge Delgado, una opción adaptable al sistema
El debate que se abre con él es marcadamente táctico. Su perfil abre opciones a Almada para reconfigurar el ataque, ya que puede actuar como punta móvil acompañando a otro perfil, como Latasa o Arnu (se vio con el Promesas), o ser referencia fija en un sistema más directo (como el de Almada). En cualquiera de los dos casos, su presencia relaja la presión sobre otros jugadores y le da al técnico más herramientas según el partido necesite más presencia aérea.
También es un activo emocional. Su ascenso desde el filial funciona como inyección de moral para el bloque y para la afición y es la prueba de que el mensaje de apoyarse en perfiles de cantera y menos experimentados no cambia. Este Real Valladolid confía en la transición interna y Jorge Delgado es uno de los activos más llamativos. Si la apuesta sobre Arnu y Jorge Delgado era real, la ausencia de un perfil de garantías como suplente motiva que ambos puedan ser partícipes de una oportunidad como la que se abre en el equipo tras la lesión del madrileño Latasa.
El salto es brutal, pues pasar de manejar espacios en Segunda Federación a competir con centrales en una liga física y exigente como la Segunda División no es nada sencillo. Para consolidarse, Jorge debe demostrar constancia, eficacia y disciplina. En el campo, la continuidad se convierte en opción real y no solo en deseo, por lo que los minutos que pueda disfrutar serán una marca personal para tratar de convencer. Su energía, imprevisibilidad y versatilidad para un ataque como el del Valladolid, marcado por ausencia de referencia tras la baja de Latasa, pone de manifiesto la necesidad de que otros recursos como el suyo puedan explotar.