El ex del Real Valladolid Promesas jugará las dos próximas temporadas en el conjunto mallorquín, que milita en el Grupo III de la Segunda División B

Poco a poco, los jugadores que estuvieron a las órdenes de Rubén de la Barrera la temporada pasada en el Real Valladolid Promesas van encontrando acomodo. Así, de aquellos que terminaron la campaña con él, tan solo quedan Teto y Alberto por encontrar un nuevo destino, después de que el Atlético Baleares hiciera oficial el fichaje de Juanjo, el otro que faltaba, para los dos próximos años.
El castellonense, además de ser anunciado, se ha ejercitado ya este jueves a las órdenes de Gustavo Siviero, el que será su nuevo entrenador, junto al resto de sus compañeros, entre los que estará otro exjugador de las categorías inferiores del Real Valladolid, Kike López, recientemente firmado procedente del Alcoyano.
En su etapa en Zorrilla, Juanjo fue dando pasos hacia atrás hasta convertirse en lateral derecho, posición para la que ha sido firmado por la entidad mallorquina. Sin embargo, su llegada, hace dos temporadas se produjo en un contexto diferente, más ofensivo, cercano o incluso como punta de lanza.
A las órdenes de Javier Torres Gómez, el año del ascenso, cuajó un curso de gran nivel, marcando cuatro goles y repartiendo seis asistencias. Fue titular durante buena muchas jornadas y en la promoción, también en el partido de Somozas. Y, aunque su posición de partida era el extremo derecho, no era raro verle formando sociedad –también en el tapiz– con su inseparable Juanmi en la banda izquierda.
Si bien el descaro de había destapado como una de sus principales condiciones, en el Promesas del retorno a la Segunda División B entendieron tanto la dirección deportiva como Rubén de la Barrera que su potencia era una característica a explotar con un mayor recorrido, desde el lateral. Y como eso se ejercitó y como tal obró en más de una ocasión, cuando Xavi Carmona no estaba y cuando no se le esperaba.
Fue siempre parte de la segunda unidad y jugó siete partidos como titular, pero solo dos completos. En total, tuvo dieciséis apariciones, en las que acumuló 612 minutos, algunos de los llamados “de la basura” –a veces como extremo– y otros ofreciendo un buen nivel, sacrificándose en defensa y rompiendo en ataque como se le pedía, hasta el punto de dar una asistencia contra el Marino de Luanco.
Con todo, su salida era evidente, y no tardó en oficializarla en redes sociales al poco tiempo de que acabase la temporada. Se retrasó su año, pues pudo darse el pasado, y por el camino siguió reciclándose y aprovecho para seguir haciendo sus pinitos como entrenador. En adelante, ese reciclaje continuará en las Islas Baleares, en el Atlético mallorquín. Seguirá en la Segunda División B, aunque cambiando el Grupo I por el tercero.
