Juan Ignacio Martínez convoca a Julio ante la ausencia, por una amigdalitis, del portero suplente del primer equipo, Jaime
“En el filial no tenemos ese portero que pueda ser el tercer guardameta de la primera plantilla”. Esas fueron las palabras de Juan Ignacio Martínez en el mes de julio durante la presentación de Diego Mariño en respuesta a la pregunta de si iba a ver hueco en el equipo para Dani Hernández, Jaime y el recién llegado a la entidad. Seis meses después el técnico alicantino ha llamado al portero del Promesas, Julio, para viajar mañana hasta Málaga.
Puede resultar curioso que sea Julio y no Dani Hernández -actual portero del División de Honor- quien cubra la vacante que ha dejado Jaime en el primer equipo por una amigdalitis. El meta palentino fue el sustituto de su tocayo en verano durante el periodo preparatorio en San Pedro del Pinatar y también se le ha visto entrenar bajo sus órdenes durante los primeros meses de competición.
Las palabras se las lleva el viento, y eso es lo que ha conseguido Julio Iricibar Bayarri (Valladolid, dieciséis de junio de 1993). El guardameta vallisoletano, que en la presente temporada se hizo con la titularidad en el filial, desbancando a Rodri, está cuajando una grandísima campaña.
De hecho, y hasta la fecha, es el único jugador que ha disputado la totalidad de los minutos. Veinticinco partidos completos, 2250 minutos, en los que tan solo ha encajado veinte goles y ha evitado que volasen puntos del casillero de su equipo.
Ante estos números y la gran progresión futbolística que ha experimentado Julio durante estos meses, Juan Ignacio Martínez cambió de parecer y decidió darle la oportunidad. Hasta el momento no había sido convocado, pero sí era frecuente verlo entrenar con la primera plantilla. Desde el club se ha apostado por seguir de cerca la evolución del vallisoletano y trabajar con él de una manera más cercana y personalizada de cara a que en un futuro pueda ser él quien defienda la meta blanquivioleta.
Por su parte, Julio está aprovechando la posibilidad de entrenar con dos grandes profesionales como son Mariño y Jaime. Bien sabe que su cometido es lograr el ansiado ascenso a Segunda División B con el Promesas; mientras tanto, el joven guardameta aprovechará todas las oportunidades, en forma de entrenamiento o convocatoria, que se le brinden desde el primer equipo.
Un jugador de la casa, en el Real Valladolid desde benjamines, que ha cumplido un sueño: ir convocado con el primer equipo. Una llamada justa. Conseguida por méritos propios. Es difícil que Julio pueda debutar mañana en La Rosaleda porque el Pucela se juega la vida y Mariño es un grandioso portero, pero nunca se sabe. El destino, a veces, es muy caprichoso.