El entrenador del Villa de Simancas pasó por los estudios de Blanco y Violeta después del ascenso de sus pupilos a Liga Nacional

Por fin, Álex Iglesias duerme bien. Se ha merecido el descanso, después de ascender con el Villa de Simancas juvenil a la Liga Nacional. Concilia el sueño desde el sábado, día que se materializó, sin jugar, ese salto de categoría.
El domingo tocaba cerrar el campeonato, “algo muy bonito”, y que se logró gracias al triunfo por dos goles a cero ante el Helmántico. Fue el momento de descorchar el champán, aunque ya el sábado pudieron saborearlo los seis jugadores que viajaron a Santa Marta, él mismo y Miguel, su ayudante. “Como se suele decir, el Santa Marta marcó en el minuto de silencio, pero las opciones de subir del Salmantino pasaban por ganar y remontaron”.
El arbitraje, dice, “fue bastante caserillo y añadieron nueve minutos, pero cuando pasaban cuatro llegó el uno a tres y ya lo vi tranquilo”. Cuesta creerlo, si uno tiene en cuenta que el domingo no dejó de dar órdenes ni un segundo. “Un jugador me decía que en el minuto 88 todavía les seguía apretando. Yo aprendí de Luis Aragonés, que decía que tenía que estar hasta el minuto 85”, afirmó entre risas.
Personalidad aparte, explicó que la razón es que no ha perdido como local en ninguno de los cuatro equipos juveniles que ha dirigido, y que le hacía “ilusión” mantener esa racha. Pensando ya en el próximo curso, afirma que “la teoría dice que el año que viene tocará”, aunque, antes, sigue hablando de este curso.
“Yo siempre se lo decía: que todo lo que hagamos sea para sumar. La mayoría venían de provincial, cada uno de un lado. El día antes de empezar a entrenar, alguno me decía que no conocía a nadie. Yo les decía que no pasa nada. Yo prefiero fichar personas, luego al jugador ya lo haremos”. Y, el año que viene, tocará ‘hacer’ a catorce, ya que es ese el número de jugadores que terminan etapa.
Sabe que, “por desgracia”, no va a tener “otro equipo como este”, aunque el dieciocho de mayo se pondrá manos a la obra. Aunque todavía tiene por delante tiempo para el disfrute en la última jornada, en la que irán “a competir”. “El Peña B se juega el descenso y hay varios equipos implicados, Zamora, Sur B, Guijuelo… Tenemos que seguir demostrando el compromiso que hemos demostrado hasta ahora”, asevera.

del Villa de Simancas
Echando la mirada atrás…
Los números le avalan. El sueño se ha logrado. Pero Álex Iglesias recuerda que los inicios no fueron de color de rosa, precisamente. Rememora, por ejemplo, un amistoso contra el Universitario de Preferente, tras el cual dijo a su inseparable Miguel González que “en enero” estaban “en Provincial”, ya que ellos iban “en una dirección y el equipo en otra”.
Le tocó ponerse serio dentro del vestuario, decir aquello de “prefiero ponerme un día colorado que trescientos anaranjado”. Y, poco a poco, la cosa fue mejorando. “Una semana antes de empezar la liga nos eliminó el Real Valladolid de Liga Nacional en el Trofeo Felicísimo de la Fuente, con un penalti muy riguroso. La imagen fue buena, y ya en Béjar ganamos cero a cinco. Entonces vi que o la cosa no marchaba tan mal o soy un llorón”, expone hoy, sonriente.
Cuando terminó la primera vuelta sumaban los 36 puntos que habían fijado como cifra para salvarse. Entonces, pusieron las miras en los sesenta, con los que creían que subirían. Estudiados los antecedentes –por eso destaca Álex Iglesias, por estudioso–, vieronque con esa cifra en solo tres casos no ascenderían.
En la segunda vuelta, por momentos les tocó sufrir, y como cualquier equipo, tuvieron una mala racha, en la que les tocó apretar los dientes y, en ocasiones, remontar. Durante ese bache, la directiva del Villa de Simancas le ofreció la renovación, ya plasmada. Será de Nacional el próximo curso, después de rechazar a varios equipos de categorías senior aficionado y a toda una Sur de División de Honor. Será Nacional con todo merecimiento.
