El Real Valladolid encadenaba diez victorias ante estos equipos hasta que se dio de bruces con el Sevilla Atlético. El Barça B provocó la segunda derrota seguida

La afición del Real Valladolid ha empezado la temporada torciendo el morro. Si no enfadada, al menos con cierto malestar, el que produce empezar perdiendo. Y es que si bien hay muchos que son optimistas después de comprobar la reacción del equipo en la segunda mitad, la primera pesó demasiado y el comienzo ha sido un tanto abrupto.
El Barça B se llevó en el zurrón los tres primeros puntos de Zorrilla, algo a lo que los blanquivioletas no estaban habituados. Porque hacía mucho que un filial no puntuaba en Valladolid, nada menos que desde el veinticinco de septiembre de 2005, cuando el Málaga B rebañó un empate a uno gracias a un postrero tanto en el minuto 83. Desde entonces todo habían sido victorias.
Para dar mayor profundidad al buen hacer ante este tipo de equipos cabe echar la mirada más atrás, a la última derrota. Data nada menos que de 1979, más concretamente de un dieciocho de noviembre en el que el Castilla ganó por uno a tres todavía en el Viejo Zorrilla. Casi nada.
Las estadísticas están solamente para romperse, y lo dicho no es más que una curiosidad que poco o nada ha de invitar al catastrofismo, menos si cabe por encontrarse el Real Valladolid en los albores de la competición.
Sin embargo, el tropiezo supone el segundo seguido ante un filial después de una serie de diez victorias seguidas, las que transcurrieron entre la última derrota cosechada ante un segundo equipo, el veintiuno de enero de 2011 ante el Villarreal B y la más reciente sufrida –mucho– el dieciséis de abril de este mismo año ante el Sevilla Atlético.
La pesadilla del Domingo de Resurrección fue el inicio del fin de los anteriores directores. Aunque dio tiempo a levantarse (y volver a caer, en Miranda), el play-off nunca fue más que una obsesión. La falta de regularidad esgrimida durante todo el curso se terminó cobrando un buen número de víctimas, pero, volviendo a este tipo de encuentros, seguramente aquel ridículo fue el peor en años.
Los blanquivioletas, así pues, volverán este sábado a Sevilla (que no al Sánchez Pizjuán: se juega en la ciudad deportiva) queriendo hacer bueno el dicho de que a la tercera va la vencida y, de paso, desmentir que no hay dos –derrotas– sin tres. Ganar es la mejor forma de espantar los fantasmas del pasado que la afición pueda temer y, sobre todo, de rehacerse del mejorable inicio y empezar a despegar con la mira puesta donde debe estar: en los seis primeros puestos.
Estos han sido los resultados en los últimos choques ante filiales:
- 2016/17: 2-0 en Zorrilla y 6-2 en el Pizjuán (Sevilla Atlético).
- 2015/16: 1-0 en Zorrilla y 0-1 en San Mamés (Bilbao Athletic).
- 2014/15: 7-0 en Zorrilla y 1-3 en el Mini Estadi (Barça B).
- 2011/12: 1-0 y 2-1 en Zorrilla, 1-2 en el Mini Estadi (Barça B) y 0-1 en El Madrigal (Villarreal B).
- 2010/11: 3-0 y 2-1 en Zorrilla, 0-0 en el Mini Estadi (Barça B) y 2-0 en El Madrigal (Villarreal B).
