Kiko Olivas y Deivid, la cara triste de la moneda, analizaron el choque ante los rojillos; por su parte, Manu del Moral se marchó “contento” y con “tres puntos importantes”
Dolorosa derrota del Real Valladolid ante el Numancia, tanto por el cómo como por el cuánto. Los blanquivioletas dejaron remontarse un 2-0 en una triste segunda mitad, con tres goles de los sorianos y una expulsión de Kiko Olivas que ayudó a ello. Precisamente, el central atendió a los medios de comunicación para intentar explicar esa tarjeta roja que condicionó todo. “Puede que sea una expulsión muy rigurosa. Íbamos los dos jugadores a pugnar por el balón, se ha girado, se tropezado y se ha caído. No creo que en el centro del campo sea merecedora de tarjeta amarilla para acabar expulsado”, argumentó.
Olivas considera que el equipo intentó hacer en la segunda parte las cosas como las estaban “haciendo”, aunque intentando definir, puesto que era el lunar del equipo aunque sí llegaba “con claridad al área”. “Con el 2-0 creímos tenerlo controlado, pero las circunstancias del partido les han metido de lleno y no hemos sido capaces de mantener el resultado”, lamentó.
El central no quiso entrar en si este sistema que utiliza Luis César es óptimo o no y volvió a remitirse a lo bien que aprovechó el Numancia sus oportunidades, mientras que el Pucela no supo “cerrar el partido”. Esto, sin duda, supone un revés a las aspiraciones del conjunto blanquivioleta, por eso el vestuario “está jodido”, ya que el resultado hace que la racha negativa siga aumentando. “Ha sido un golpe muy duro“, reiteró.
Pese a este bache, el central blanquivioleta cree que hay que seguir haciendo “las cosas como se están haciendo” porque “al final saldrán”. “El equipo tiene que seguir fuerte. Son pequeños detalles que no nos están favoreciendo, siempre caen en contra, pero estoy confiado que cuando no salga bien en un partido el resto de resultados caerán solos y será bastante bueno”, dijo esperanzado. En el plano personal, el zaguero considera que está haciendo buena temporada y que en los últimos partido se está encontrando “bien”.
Deivid, en la misma línea que su compañero, lamentó perder un “partido totalmente dominado” debido a que el primer gol numantino y la expulsión de Kiko Olivas “desestabilizó bastante”. “Cuando no puedes ganar, al menos sí sacar algo positivo y dos acciones a balón parado donde la superioridad numérica no tiene por qué notarse, solo es defender bien, te hace perder el partido. Es un palo duro porque no merecimos esta derrota”, argumentó.
Manu del Moral: “La expulsión nos ha beneficiado”
Si los blanquivioletas eran la viva imagen de la desolación, los jugadores numantinos todo lo contrario. Y uno que estaba especialmente feliz era Manu del Moral. El expucelano jugó los noventa minutos y, aunque no marcó, se mostró activo durante todo el encuentro. “Hemos creído en nuestras posibilidades. La expulsión nos ha beneficiado para culminar la remontada. Nos vamos contentos con tres puntos importantes“, espetó.
Del Moral reconoció que el Numancia no cuajó un “buen primer tiempo”, donde se podían haber ido al vestuario con un “4-0 sin que pasara nada”, pero se remitió a “lo bonito que es el fútbol” cuando pasan estas cosas y “cuando un equipo se le puede dar por muerto, puede resucitar”.
El andaluz considera que el gol rojillo unido a la expulsión de Kiko Olivas hizo que al Numancia se le vino “el ímpetu” mientras que a los blanquivioletas les entró “incertidumbre”. Con la segunda amarilla la central pucelano no quiso mojarse demasiado: “Es una falta y es criterio del árbitro”.
Manu del Moral regresó a Zorrilla, la que fue su casa en la 2015/16, y considera que venir a Valladolid le trae “grandes recuerdos” a pesar de que no fue una “buena temporada” y tiene “gran cariño” a la ciudad y al club. “Estoy con la espina de no haber hecho buen año en lo personal ni en lo colectivo”, comentó, quien remarcó la importancia de haber hecho un buen partido este domingo con la camiseta del Numancia, al equipo que se debe hoy en día.