Al Real Valladolid no se le da bien jugar dos partidos seguidos fuera de casa en la categoría de plata, con tan solo un pleno de victorias en los últimos años

¿Quién no conoce la dura tarea del herrero tradicional? Sí, esa inconfundible figura entre yunques, martillos, fuelles y que debe soportar el insoportable calor de las brasas, con la esperanza de poder crear ricos elementos metálicos a base de sudor y sudor. Alegoría que podría aplicarse al Real Valladolid, que no es precisamente el mejor de su profesión en este sentido. Los blanquivioletas casi segregan sangre por sus poros para crear una triste cadena de dos eslabones, en la que cada uno de estos se referiría a una victoria fuera de casa.
Sí, primero porque es difícil que un equipo dispute dos partidos seguidos como foráneo en Liga. Cosas del calendario con el que bendice la Liga de Fútbol Profesional. Y segundo, porque el Pucela no es precisamente hábil para ganar sendos choques, o al menos eso se deduce a tenor de los últimos años. Todo puede resumirse en un par de sencillas frases.
El Valladolid, teniendo en cuenta que ha pasado cinco de las diez últimas temporadas en Segunda sin contar la presente, ha tenido que enfrentarse a la tesitura de disputar dos partidos seguidos como foráneo en hasta siete ocasiones. Y tan solo en una de estas consiguió forjar esa cadena de dos triunfos consecutivos. Una tarea que se presume difícil, pero no imposible.
Dificultad añadida
Partiendo de la base de que este año tampoco se dará el hito después de la última derrota frente al Elche, cabe hacer un breve repaso a los precedentes más cercanos en el tiempo. Eso sí, no nos vale la temporada pasada, la 2015/2016, donde ni siquiera se dio esta situación. Toca ir con la máquina del tiempo un poco más atrás.
Concretamente hasta la 2014/2015. En dos ocasiones se vieron los blanquivioletas en el escenario de visitante, jornadas 12 y 13 ante Mirandés y Sabadell por un lado, y 21 y 22 por otro, con Llagostera y Mallorca como protagonistas. La cuestión es que dos 0-0 en el primer caso y una derrota por 2-0 y un triunfo por un contundente 1-5 en San Moix (con un estelar Jonathan Pereira, como alguno recordará) en el segundo dejaron al Pucela sin el pleno de victorias.
Seguimos. Llegamos a la temporada 2011/2012, teniendo en cuenta que en las dos siguientes el Pucela militó en Primera. Y es aquí donde se encuentra el precedente bueno, dado que el equipo capitaneado por Miroslav Djukic, en racha, no consiguió en las jornadas 12 y 13 pasar de sendos 0-0 en casa de Mirandés y Sabadell, pero poco después, en las 21 y 22, consiguió llevarse la palma frente a Guadalajara (0-3) y Alcoyano (0-1). Bravo, por el hecho de ser el único precedente.
Y es que ni siquiera el otro equipo meteórico de color blanquivioleta en Segunda que haría sombra a los de Djukic, es decir, el de Mendilibar hace justo diez años, consiguió el hito de las dos victorias seguidas fuera. Solo una vez se vieron los del entrenador blanco en el contexto en la 2006/2007, y un empate en Salamanca por 1-1 y un 0-2 frente al Lorca dejaron el récord a las puertas. Maldito Helmántico…
Descartados los años desde 2008 hasta 2010, tres temporadas más en Primera, solo queda la temporada 2010/2011 donde tampoco hubo acierto en otras dos oportunidades en las jornadas 4 y 5 y en las 21 y 22. Derrota frente al Betis (2-1) y empate en el Martínez Valero (2-2) en el primer round y derrotas en Alcorcón (1-0) y frente el Villarreal B en el siguiente. Poco que hacer.
Buscar un consuelo

Siempre le quedará al Real Valladolid una alegría, una vez regresados de nuevo al presente. Y es que parece que el resto de equipos de la zona noble de la tabla tampoco parecen estar muy cuerdos cuando agarran el autobús para ejercer lejos de su estadio. ¿La única y honrosa excepción? El líder, la UD Levante, que precisamente se trata del mejor visitante con catorce puntos de veintiuno posibles.
Lejos está el Pucela, claro, con cinco de los nombrados veintiuno. Llámenlo maldición, llámenlo falta de acierto, llámenlo mala suerte. La cuestión es que los de Paco Herrera parecen gafados cuando no juegan en Zorrilla. Mucho camino queda por recorrer en este sentido, a pesar de que los siguientes en la clasificación, Sevilla Atlético, Girona CF y CD Lugo, segundo, tercero y cuarto, respectivamente, estén empatados a ocho puntos de veintiuno tras siete partidos disputados.
En el resto de equipos del play-off la cosa no está mejor, y de hecho Huesca, Zaragoza y Real Oviedo tampoco están para tirar cohetes.
Véase traducido en cinco, cuatro y ocho puntitos en este mismo orden, un bagaje también bastante pobre. No hace falta decir en voz muy alta la dificultad de puntuar fuera de casa, tampoco el ganar dos partidos seguidos fuera. Y está claro que no será el Pucela quien consiga hacerlo en esta ocasión, pase lo que pase este sábado en Los Pajaritos.
