El lateral izquierdo catalán es el único jugador disponible para esa posición con el que Rubi cuenta para el partido ante el Albacete, al margen de Chus Herrero, que podría ser utilizado como parche

La sanción de Carlos Peña, como la de Javi Chica hace una semana, deja entreabierta la puerta para que un jugador del filial debute en Segunda División con el primer equipo. Si entonces la especulación señalaba a Xavi Carmona como alternativa, ahora es Brian Oliván el mirado. Y, como le sucedió a su compañero la pasada jornada, si no juega será culpa de la navaja suiza de Rubi, un Chus Herrero multifuncional, que lo mismo cose un huevo que fríe un alfiler.
En contextos como este se suele utilizar un símil: para ganarse una oportunidad, el canterano debe derribar la puerta del primer plantel. Rubi, además, no es de los que regala los minutos, sino que ‘pide’ a quienes provengan del filial que suban su listón particular. Y en estas anda el carrilero zurdo, aporreando la puerta, a ver si entre su fuerza y el viento la puerta cede y puede acceder al interior.
¿Qué es el viento? Para el caso, las bajas. La citada de Peña, pero también la de ‘El Correcaminos’ Mojica, originariamente concebido como lateral. ¿Será suficiente? Depende para quién.
Brian suma hasta la fecha 2.427 minutos, correspondientes a veintiocho partidos. Todos salvo dos, en los que estuvo sancionado, y todos completos salvo uno. Y además ha marcado cuatro goles. No obstante, son fríos los números; no parecen credencial suficiente por la falta de explicación de lo que Brian es y puede ofrecer.
Capaz de sumar en las dos áreas, es en la del rival donde más se le ve. Criado en la cantera del Fútbol Club Barcelona, maneja el juego asociativo en estático, aunque destaca más por su dinamismo, puesto que su potencia de arrancada y su velocidad le permiten apurar la línea de fondo cuantas veces sea preciso.
Hablando de precisión, lo es desde una segunda altura, en ataque, si debe centrar desde ahí. Suele hacerlo cuando no se puede aprovechar del dos contra uno llegando hasta la cal. Y tanto o más a balón parado, donde resultaría difícil que se convirtiera en arma para el primer plantel, aunque sería un factor con el que Rubi podría sorprender, dado que su buen golpeo de balón le ha permitido hacer goles, servirlos o rozarlos, como contra el Guijuelo desde el saque de esquina.
Cuando el Promesas saca el balón, acostumbra a estar también en una segunda línea, ya que prioriza el filial la salida a partir de los centrales, a veces, no pocas incluso utilizando la llamada salida lavolpiana. Sin embargo, aun cuando hay matices diferenciadores entre los dos primeros equipos del Real Valladolid, quizá por su técnica podría aportar en esta faceta si se le requiriera.
En labores defensivas no desentona, y ha llegado a jugar como central antes de la llegada del colombiano Alexis, ante las distintas –y escasas– ausencias de Ramiro e Iván Casado en esa posición. No es el típico zaguero de pierna dura, quizá, tampoco un especialista defensivo, pero con su rapidez puede suplir cualquier laguna técnica. Le cuesta más, eso sí, defender hacia dentro que hacia afuera.

Sirva esto para hacer ver que no es perfecto. ¿Acaso alguien lo es? Podría presentar algún déficit a la hora de defender, más que en la adaptación al equipo, ya que, por un lado, ya ha actuado con él en Copa del Rey –en la que rayó a un buen nivel– y, por otro, en términos genéricos, está familiarizado con el estilo de juego. Por ello, ese déficit no tendría por qué ser grave.
Ciertamente, y como se ha comentado con anterioridad, aún no ha derribado la puerta, lo que no le exime de ser uno de los jugadores más regulares del filial. Y además la necesidad llama, y es especialista en la posición a cubrir, así que puede ser su hora.
Y sin embargo Chus Herrero
Aunque también lo era Xavi Carmona, claro, y sin embargo Rubi se decantó por Chus Herrero para sustituir a Javi Chica, una situación que podría volver a darse en el costado contrario al que ocupó en Ponferrada contra el Albacete.
Está fuera de toda duda que el veterano zaguero aragonés aportará trabajo y sacrificio en caso de ser el escogido. Podría, incluso, mejorar el pobre nivel defensivo que viene demostrando Peña en los últimos tiempos. Y, bueno, es uno de los hombres fuertes del vestuario, un bregador que si no juega no se queja y que, aparentemente, no tendrá muchas más oportunidades para jugar de aquí al final de temporada, puesto que los roles en defensa parecen estar bien definidos y repartidos.
Si Rubi se decanta por él, y aunque suene contradictorio, este último podría ser una de las principales razones. La zaga parece inamovible pero, ¿qué pasaría si hubiera alguna baja en el tramo final? Parece difícil imaginarse a un canterano adelantar por la derecha a un jugador del primer plantel para un plazo de tiempo medio, como ya se vio con Guille Andrés.
La jerarquía y ascendencia del profesional suele invitar a que sea este el titular en estos casos por delante del novel, y esto no lo inventó Rubi, ni siquiera Djukic. En cierto modo, se puede decir que para esto vino Chus Herrero. Por tanto, no habrá nada que objetar si juega él, algo que Rubi no ha aclarado si sucederá. Sin embargo, el rendimiento de Brian invita a pensárselo.
