Análisis del próximo rival del Real Valladolid

No cabe duda, el efecto Portugal se ha desinflado y, una vez superada casi la mitad de campeonato parece complicado que el Real Valladolid pueda aspirar a puestos de ascenso directo. El inicio prometedor, aquel que hacía pensar que los blanquivioletas pulularían la mayor parte del año en puestos altos, se ha quedado en agua de borrajas. ¿Pero qué opción queda sino es pelear y recuperar esperanzas?
Después del duro varapalo del pasado fin de semana ante el Alavés, el Pucela intentará levantarse a domicilio frente al Albacete, un rival que tampoco se antoja precisamente sencillo. Con aspiraciones bien distintas desde el comienzo de temporada, lo más peculiar de la situación es que aquel que consiga llevarse el triunfo será quien acabe por delante en la clasificación.
Horizontes distintos
Y es que los entrenados por Luis César Sampedro llevan una temporada más bien regular en cuanto a resultados se refiere, aunque no llegan en su mejor momento al enfrentamiento de este fin de semana. Decimoquintos en la clasificación con diecinueve puntos, uno por encima del Real Valladolid, los albaceteños quieren alejarse un poco más del primer huésped del descenso, el Huesca, que acumula dieciséis.
Precisamente esa es la clave del Queso Mecánico. Tras el ascenso de Segunda B a Segunda en la 2013/2014 y la milagrosa permanencia del año pasado, el desastre económico obliga a mantener otro año más la categoría si se quiere tener alguna posibilidad de evitar la liquidación del club. ¿Demasiado rápido? Sí, el Albacete parecía abocado el año pasado a su desaparición por su nefasta marcha deportiva y un agujero en la caja de caudales que parecía insalvable. Pero vayamos por partes.
Tras un arranque mucho peor del esperado, el Alba tenía casi firmada su sentencia de muerte a mitad de campeonato. Fue entonces cuando la directiva, encabezada por José Miguel Garrido, decidió mantener la fe en Sampedro, quien, gracias a unos oportunos refuerzos en el mercado invernal, consiguió remontar el vuelo de forma casi milagrosa. La segunda mitad, sencillamente, fue digna de puestos de play off, suficiente para compensar el mal inicio y dejarlo todo en una permanencia holgada.
Y luego está la parte económica, mucho más compleja, aunque parezca increíble. Las negociaciones con Hacienda, las cuales se llevaron a cabo mientras el equipo conseguía renacer de sus cenizas la temporada pasada, no conseguían llegar a buen puerto y en febrero se pidió la liquidación de la sociedad, el primer paso para la desaparición. Finalmente, y gracias a la aportación de algún accionista a título propio y de la iniciativa ‘Salvemos al Alba’, en mayo las aguas vuelven a su cauce y el proceso de liquidación se detuvo. ¿Y en la actualidad? Pues como se puede imaginar, la economía pende de un hilo.
Telarañas en las cajas

La situación, aún con Sampedro al frente de la nave, obligó a dar un golpe de timón este verano en cuanto a fichajes, claro. De una política austera se pasó a una raquítica, sin desembolsos en verano para poder traer a ningún nombre de calado. Aunque, a ojos vista, el objetivo por ahora se está cumpliendo. Cinco victorias, cuatro empates y siete derrotas en dieciséis jornadas se están mostrando como más que suficiente para ir cumpliendo la media de puntos necesaria, al menos para estar lejos de los puestos rojos de la clasificación.
Eso sí, no son pocos los jugadores que están demostrando tener una talla acorde para conseguir el gran objetivo de la salvación. A un incombustible Rubén Cruz –el año pasado hizo diez goles en Segunda y en la 2013/2014 hasta veintiséis en Segunda B-, se ha unido el hondureño Jonathan Mejía. Entre ambos suman nueve dianas, cinco el primero y cuatro el segundo, de manera que se trata de una dupla a tener en cuenta para esta temporada.
Por lo demás, como podría esperarse el juego no está siendo especialmente vistoso pero sí más o menos efectivo. De los diecinueve puntos conseguidos por el Albacete, dieciséis han sido en casa, con lo que queda claro que el Pucela no se encuentra en el campo más idóneo para puntuar, pero no queda otra opción de tratar de llevarse la victoria.
Curiosidad del rival de esta jornada: Tres torres lucen bien claras en el escudo del Albacete Balompié, si bien pocos conocen el significado de estas. Resulta que hacen referencia a los tres primeros asentamientos humanos en el municipio, en la zona de la Plaza de Carretas, el Cerrillo de San Juan y en Villacerrada.
