Análisis del próximo rival del Real Valladolid
Volver a ganar. Ganar, ganar y ganar, que diría el difunto Luis Aragonés. Al Real Valladolid no le queda otra opción. Tras tres jornadas sin hacerlo, la necesidad empieza a hacerse acuciante y el tren del ascenso no puede esperar más. Si bien las alarmas no están todavía encendidas, el piloto está a punto de encenderse después de solo dos puntos de los últimos nueve posibles y un gol en 270 minutos.
Para más inri, por si la presión no fuera suficiente para los de Rubi, toca volver a la senda del triunfo fuera de casa, donde los números se vuelven más mediocres.
La buena noticia, al menos sobre el papel, es que el próximo rival, el Leganés, se encuentra en la zona baja de la tabla, lo que en principio parece facilitar las cosas. Aunque solo el papel, claro.
En caída libre
Pero si el Valladolid tiene absoluta necesidad de volver a puntuar de tres, los madrileños también andan a la desesperada. No hay más que mirar la clasificación para comprobarlo. Tras un ascenso meteórico en el que los de Asier Garitano se acostumbraron a ganar semana tras semana y a apenas encajar goles, estaba cantado que el desembarco en Segunda no iba a ser tan fácil.
Después de catorce jornadas, los pepineros descansan en la decimonovena casilla de la tabla, siendo así el primer equipo en la quema con catorce puntos. Un balance más bien pobre que la grada de Butarque confía en mejorar cuanto antes. Consciente la afición de que no se pueden pedir peras al olmo con uno de los presupuestos más bajos de la categoría de plata, también se confía en poder salvar la situación para no regresar al infierno.
Bien hay que decir que la cosa no pinta fácil. La nombrada economía de guerra y el hecho de tener que tirar más de hombres que de nombres no se ha transformado en puntos, de manera que tan solo tres victorias, cinco empates y seis derrotas no se tratan de buenos resultados hasta el momento. Y eso no es lo peor. Cinco partidos seguidos sin conocer la victoria, con tres derrotas en las tres últimas jornadas, tiñen de negro el futuro del Leganés.
A saber; el pasado domingo, derrota por 1-0 en casa del Mirandés. Anterior jornada, 1-2 en Butarque en la visita del Girona. Otro paso atrás, 1-0 frente al Albacete. Dos empates contra Ponferradina y Numancia hacen que los últimos choques hayan sido un camino de piedras para los pepineros, conscientes de que la situación debe remontar ya, incluso con la visita de todo un aspirante al ascenso como es el Valladolid.
Lo peor de todo esto, como suele ocurrir en estas derrotas, es que las sensaciones de juego no terminan de transmitir confianza. El juego rocoso y basado en la contra de Garitano está resultando menos efectivo de lo esperado, de manera que las múltiples variantes del entrenador tampoco transmiten seguridad ni a la grada ni al propio vestuario.
Local aceptable
Si a algo pueden agarrarse los madrileños en cuanto a números para tener argumentos de victoria, es a una estadística aceptable en cuanto a local se refiere. Sin tirar cohetes, el Leganés ha cosechado tres victorias, tres empates y una sola derrota en casa. Tan solo el Girona, precisamente en el último encuentro con los madrileños en casa, fueron capaces de escapar con los tres puntos.
Ahí entran en juego varios nombres con poco brillo pero mucha brega. La mayoría con poca experiencia tanto en su carrera futbolística como en la categoría, al Lega solo le queda agarrarse a la ilusión y a las ganas de triunfar como método para salvar la categoría. Sin duda Borja Lázaro y Álvaro García, máximos artilleros de la plantilla con cuatro y tres goles respectivamente, serán los dos principales peligros a atar en corto para los de Rubi.
Curiosidad del rival de esta jornada: Mucho, mucho tiempo ha llovido desde la temporada 1997/98, pero es que el Leganés puede presumir para entonces de haber visto debutar a todo un histórico de la Liga española como es Samuel Etoo con la camiseta blanquiazul. El camerunés dio sus primeros pasos como futbolista profesional en el club madrileño donde jugó veintiocho partidos y marcó tres goles con apenas dieciséis años, antes de dar el salto al Real Madrid.