Análisis del próximo rival del Real Valladolid.
Cuenta el mito de la caverna de Platón que había varios hombres en el fondo de una cueva prisioneros desde su nacimiento, atados de cuerpo entero, de manera que solo podían mirar hacia la pared del fondo de dicha caverna. Gracias a la luz de una hoguera a unos metros de la puerta de la cueva, se proyectaban las sombras de unos objetos que otros hombres pasaban por delante de la gruta, entre la hoguera y la propia entrada a la caverna.
Así, los hombres atrapados solo podían ver las sombras proyectadas en la pared que tenían enfrente, en vez de los objetos reales. Para ellos solo existían esas siluetas sombreadas, pues era lo único que habían visto en su triste vida de encierro.
En un símil parecido, el Real Valladolid debe compararse a partir de este fin de semana a los protagonistas de la alegoría del famoso filósofo griego. Los de Djukic han de fijarse solo en sus partidos, sin importarles lo que haga ahora el Celta de Vigo, ya que por primera vez en muchas jornadas dependen de sí mismos para el ascenso directo. Ganar, y solo ganar, sin mirar a los demás, ha de ser el objetivo ante el rival de este fin de semana, el Cartagena.
Delirio de grandeza
A priori el Valladolid se va a encontrar el sábado en Zorrilla a un equipo deshecho, en caída libre, prácticamente sin alma. Al comienzo de la temporada el presidente Paco Gómez quiso fijarse en el ejemplo del año pasado, esperando dar el salto de calidad y de inversión necesarios para alcanzar al menos un puesto de play off.
Pero muchas veces en el fútbol la intención no lo es todo. Si bien se trajo en verano a jugadores con caché como Collantes, Josemi, Iván Bolado o el ex blanquivioleta Álvaro Antón, el ambicioso proyecto cartaginense se ha ido derrumbando con el paso de las jornadas no solo para no llegar a los puestos nobles de la tabla, sino cayendo incluso a un descenso que a ocho partidos del final parece inminente.
Lejos queda ya el año pasado con el míster Juan Ignacio Martínez, actualmente luchando por puestos europeos en Primera con el Levante. Ahora los de Carlos Ríos apenas pelean por retrasar su descenso tras tres temporadas en la categoría de bronce. A falta de veinticuatro puntos por disputarse –veintisiete para los albinegros, gracias al partido suspendido ante el Celta-, el Cartagena se encuentra vice colista en la clasificación con veintiséis puntos, a trece del Guadalajara, primer equipo fuera de descenso.
No deja de ser una cruel ironía que el Valladolid, al que le vendría de perlas que el Cartagena arrancara al menos un empate en ese partido pospuesto ante el Celta, pueda sentenciar virtualmente a los de Carlos Ríos. Pero poco importa ya cualquier partido en Cartagena. La afición y los medios hace tiempo que dejaron de creer en una plantilla y un presidente enfrentados entre sí. El mismo tiempo que llevan contando los días para que el descenso sea matemático.
Números catastróficos
Acorde a su clasificación, los números del Cartagena no son precisamente de lo mejor de la categoría. El Efesé acumula tan solo cinco triunfos en treintaitrés encuentros de Liga, además de llevar sin probar las mieles de la victoria desde el dieciocho de febrero, cuando un solitario gol de Raimondi ante el Sabadell dio los últimos tres puntos que ha conseguido el equipo blanquinegro.
Fuera de casa el panorama es aún más desolador, con solo una victoria en dieciséis partidos. La víctima fue el Girona, por 0-2, el lejano veintidós de octubre.
Cuando los cartaginenses cogen el bus, la probabilidad de que vuelvan a casa con puntos en el zurrón es bastante baja. O al menos eso dicen los números. A la única victoria fuera de Cartagonova, que convierte a los de Carlos Ríos en el segundo equipo que menos puntos saca de casa –ocho puntos-, hay que añadir que también son los menos goleadores, con tan solo nueve goles en sus dieciséis encuentros.
Como principales peligros del Cartagena estarán Braulio, incorporado al equipo blanquinegro tras su turbia salida de Zaragoza, y que lleva tres goles en la diez jornadas disputadas con la zamarra cartaginense. Tampoco deberán perder ojo los de Djukic a Collantes, extremo que cometió el error de abandonar Granada el pasado verano tras el ascenso. El gaditano es el pichichi del Cartagena, con siete dianas hasta el momento.
Entre la enfermería y la RFEF
Precisamente Collantes está que no está en Cartagena, como se diría en el lenguaje común. Alo largo de la semana el Elche, con permiso para fichar a un jugador por la lesión de larga duración de Linares, ha llegado con la intención de llevarse al polivalente extremo, pero Paco Gómez paró en seco su marcha. No están nada claras las opciones de que Collantes acabe en el Elche, pero tampoco se descarta que el presidente cambie de opinión en cualquier momento.
En cuanto a las bajas que tendrá Carlos Ríos como inconvenientes para confeccionar el once está en primer lugar la de Mariano Sánchez, que ante el Almería vio su quinta amarilla y tendrá que cumplir ciclo.
Abraham Paz vuelve a la convocatoria tras superar sus problemas físicos y todo apunta a que volverá a ser de la partida. El portero Manolo Reina también ha entrado en la convocatoria, pero no es tan seguro que comience el partido bajo palos en detrimento de Juanma.
Finalmente, Dimas, Riau, Txiki y Manu Torres no viajarán a Valladolid, los tres primeros por lesión y el último por decisión técnica.
Curiosidad del rival de esta jornada: Óscar González, actual baluarte del Valladolid y un fijo en el once de Djukic, estuvo a punto de fichar por el Cartagena este verano. El club albinegro ofreció un contrato muy tentador al mediapunta hasta que finalmente Óscar se inclinó por la oferta del Pucela y “re fichó” por dos años más.