Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

Muchas veces la tranquilidad es la base necesaria para poder trabajar a pleno rendimiento. Pues bien, una vez conseguida ésta con la victoria ante el Getafe, es el momento de terminar el trabajo de toda una temporada. Otro triunfo más supondría dejar cerrada la permanencia casi de manera matemática, pero el próximo rival no lo pondrá nada fácil.
Se trata de un Granada en horas bajas, pero con auténtica necesidad de puntuar. Los de Lucas Alcaraz son decimoséptimos en la tabla con veintiocho puntos, a uno del descenso que marca el Zaragoza. La soga aprieta cada vez más y hace jornadas que casi ahoga.
Por si fuera poco, los refuerzos que llegaron en el mercado de invierno parecen no funcionar tan bien como se podría esperar y es obvio que a los granadinos les espera un final de temporada bastante movido.
Cuesta abajo
Tres derrotas consecutivas indican la situación en la que llega el Granada. Y, como en muchos casos, no se trata únicamente de los resultados, sino de la manera de conseguirlos. El pasado domingo en el Calderón, el Atlético endosó un serio correctivo en forma de 5-0 a los andaluces. En la anterior jornada fue el Betis el que estampó la manita a los rojiblancos con un 1-5, por si fuera poco, a domicilio.
Hace tres semanas en La Catedral el resultado no fue tan hiriente, pero las sensaciones fueron las mismas. Las de un equipo plano, incapaz de luchar por llevarse una victoria que a cada jornada se antoja más necesaria. Aduriz hizo que el Athletic se llevara los tres puntos en un partido descafeinado con el único tanto del choque.
Pero el problema va más allá de estas últimas derrotas. Otros cinco partidos más sin ganar, ocho en total, han desembocado en los nervios de una grada que pensaba que la salvación iba a llegar más pronto que tarde con el desembarco en enero de nombres como los de Aranda, Nolito o Buonanotte.
Con ellos llegó también Lucas Alcaraz, quien comenzó fuerte en el banquillo al derrotar nada menos que a Real Madrid y Deportivo en sus dos primeros envites. Pero, desde entonces, nada. Ni una sola ocasión puntuando de tres. De estos ocho encuentros, dos terminaron en empate y seis en derrota. No es casualidad que el equipo se haya concentrado esta semana tres días en Marbella para mentalizarse de cara a los próximos compromisos, conscientes de que cada uno de ellos es ya una final.
Al asalto de Los Cármenes

Es obvio que los de Djukic no pueden confiarse en su visita a Granada, pero la experiencia de esta temporada dice que la mayoría de los que se desplazan hasta allí vuelven con botín bajo el brazo. Los rojiblancos solo han ganado tres de quince partidos en casa, un dato que deja muy a las claras el actual enfado de la afición.
De los otros doce, siete han terminado con el visitante escapando con los tres puntos y otros cinco con un empate. Catorce puntos de 45 posibles no es un dato para tirar cohetes, precisamente.
Por supuesto la estadística goleadora no es tampoco muy halagüeña para los andaluces. En estos quince choques solo han marcado catorce goles, ni siquiera un tanto de media por partido.
En el otro lado de la balanza están los veinte que han encajado, cifra que sin ser exagerada sí explica los pocos puntos obtenidos en casa. Es lógico que la afición esté de uñas.
Algo que probablemente le falta al Granada, y que sin duda intentó buscar en el mercado invernal con la ya mencionada llegada de Nolito, Aranda y Buonanotte, es un delantero referencia. Baste decir que el mayor goleador de la plantilla es el defensa Siqueira con solo cinco dianas, todas ellas de penalti. Torje –tres goles-, Ighalo –otros tres- y El Arabi –cuatro- son las mayores opciones ofensivas con las que cuenta el Granada.
Curiosidad del rival de esta jornada: Con motivo del fichaje de Lalo Maradona por el Granada en verano de 1987, sus hermanos Hugo y el mismísimo Diego jugaron junto a él un amistoso del equipo granadino frente al Malmö sueco. El partido terminó con victoria para los andaluces por 3-2 con dos goles de Lalo y Diego.
