Análisis del próximo rival del Real Valladolid.
Las sensaciones son algo extrañas para el Real Valladolid a estas alturas de temporada, con nueve partidos disputados. Tras un comienzo brillante como equipo revelación de la Liga, en el que el juego vistoso y la efectividad eran las señas de identidad de los de Miroslav Djukic, la situación ya no es tan genial como se podría esperar.
Los últimos encuentros ante Espanyol y Real Sociedad en casa, alternados con un buen partido en Málaga, dejan destellos de un equipo que sufre de cierta irregularidad debido a su corta plantilla, pero con mimbres más que suficientes para salvarse. La cuestión es que si no se puntúa con victorias en casa, toca hacerlo lejos ante el correspondiente rival de esta jornada, Osasuna.
Frente el colista
Aunque sea un encuentro en el que el Valladolid tendrá la vitola de visitante, hay motivos para pensar que los blanquivioletas pueden conseguir su segunda victoria fuera de casa, después de la lograda en la primera jornada en La Romareda por 0-1. Osasuna se encuentra como farolillo rojo –valga el juego de palabras con el equipo rojillo- con solo cinco puntos en nueve jornadas.
La necesidad de puntuar es imperiosa para el conjunto de un hombre con métodos bien conocidos en la capital castellano y leonesa, José Luis Mendilibar, siempre fiel a su estilo de presión con el sistema 4-2-3-1. Más necesarios se antojan todavía los puntos si se tiene en cuenta que el público del Reyno empieza a estar cansado de un equipo que apuntaba alto antes del comienzo de temporada.
El técnico de Zaldíbar, después de un año en el que consiguió salvar a Osasuna sin problemas, no lo está teniendo tan fácil en esta ocasión. Seis derrotas, dos empates –frente al Mallorca por 1-1 y Betis por 0-0, ambos en casa- y una victoria –también en el Reyno contra el Levante por un contundente 4-0- son el bagaje del colista hasta el momento.
Y el caso es que Osasuna no está practicando mal fútbol en la mayoría de partidos. Por A o por B, los rojillos han cosechado muchos resultados negativos dejando una buena imagen. Pero claro, a la postre lo que importa para salvarse son los puntos, y estos no se consiguen con esas buenas sensaciones.
Sin resultados
Han pasado varios meses desde que comenzara la temporada, cuando Osasuna buscaba una vuelta de tuerca con varios fichajes también conocidos para todo pucelano, como Joseba Llorente o Sisi, además de otros como Annan o Armenteros.
La cuestión es que el mismo público que alababa el método Mendilibar y al equipo, ahora ya no está conforme. Y con razón, si miramos los resultados de los últimos partidos de Osasuna. Sin ir más lejos, los navarros perdieron el pasado jueves en Copa del Rey contra un Segunda como es el Sporting por 1-0.
El pasado domingo, otra derrota en el Calderón por 3-1. Remontando un poco más atrás, 0-0 ante el Betis. Y un poco más atrás, otro encuentro sin puntuar en San Mamés con 1-0. Hasta el 4-0 contra el Levante, la única victoria de la temporada. Poco, muy poco para una afición que empieza a ver cómo se aleja la permanencia.
Los datos goleadores de Osasuna, eso sí, tampoco son tan catastróficos como podrían presumirse de un colista. Sin ser ningún alarde, faltaría más, los de Mendilibar acumulan ocho tantos a favor y catorce en contra, de los cuales seis marcados y solo tres recibidos se contabilizan como local. Lo cual deja unas paupérrimas cifras de dos dianas a favor y once en contra lejos de Pamplona.
Curiosidad del rival de esta jornada: El pasado mercado de verano, Osasuna trajo cedido a Anthony Annan del Shalke 04 alemán. De lo que no se enteraron muchos es que el internacional ghanés es el sobrino de Kofi Annan, el exsecretario general de la ONU entre 1997 y 2006.
