Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Y David venció a Goliat. Con semejante situación se encontró el Real Valladolid el pasado domingo en Palamós, donde recibió una pedrada en la cabeza –o más bien dos- que terminaron por tumbar al coloso, que cayó fuera de los puestos de ascenso directo.
Pero lo que no decían los textos del Antiguo Testamento es que Goliat se levantase de nuevo, precisamente lo que esperan hacer los de Rubi este fin de semana.
Por desgracia, el gigante no tendrá a su pueblo, la afición de Zorrilla, detrás para alentarle por segunda jornada consecutiva. Por si fuera poco, el rival de esta semana es de más calado, todo un Mallorca, y además no llega precisamente en su peor momento de la temporada.
De menos a más
Efectivamente, tras un inicio bastante irregular y turbulento que llevó rápidamente al club a pensar en un plan de emergencia para evitar el descenso a Segunda B, Valeri Karpin se hizo con el timón de un barco que, sin duda, ha conseguido estabilizar. Y es que no le falta mano dura al ruso, que esta misma semana no ha dudado en apartar a su delantero estrella como es Scepovic del grupo “por falta de actitud”.
Pese a encontrarse en una situación más estable de lo que fue a principio de temporada, lo cierto es que las aguas siguen revueltas en las islas. En lo deportivo la cosa se ha mantenido a flote parcialmente, y de hecho los bermellones llegan al choque de este domingo tras dos victorias y un empate en las tres últimas jornadas, pero en lo institucional todavía queda por estabilizarse.
Todo comenzó este verano, después de una lamentable primera temporada en la categoría de plata en la que se firmó la permanencia justo al final, cuando el principal objetivo era el ascenso. Poco duró Miquel Soler como entrenador, poco duró Dudú Aouate como mánager del club y relativamente poco tardó Karpin en volver a colocar las cosas en su sitio tras un inicio catastrófico, mientras el alemán Utz Claassen se hacía con el mando de la presidencia tras hacerse máximo accionista.
Y en esas se encuentra hoy día el Mallorca. Decimoprimero en la clasificación con veintisiete puntos en veintiuna jornadas, los rojinegros se hallan en tierra de nadie, a cinco puntos del play off y a otros cinco del descenso. Precisamente por eso es tan importante el choque ante el Pucela de este domingo, por terminar de decidir hacia dónde debe remar afición, plantilla y entrenador.
Números regulares

También están en el centro de las estadísticas el conjunto bermellón para la mayoría de casos. Con un juego basado en la posesión del balón, sobre todo para cuando actúa como local, los de Karpin han cosechado en San Moix cinco victorias, cuatro empates y solo dos derrotas, lo que suma un total de diecinueve puntos de treintaitrés posibles.
Pero hay más. En sus dos últimos encuentros en casa ante Albacete y Mirandés el equipo ha terminado por mostrarse tan serio en defensa como serio en ataque para firmar sendos 2-0, lo que unido al 0-0 en su visita al Girona entre medias supone tres partidos consecutivos sin encajar gol. Mucho tendrán que cambiar los de Rubi respecto a Palamós para batir la portería de Cabrero.
No es precisamente el portero el único jugador de quilates que viste este año la camiseta rojilla. No hace falta decir muy alto el nombre de Marco Asensio, la revelación mallorquina que ya ha firmado para la próxima temporada con el Real Madrid, para que se le reconozca. El canterano de apenas diecinueve años aporta la magia en San Moix además de goles, cuatro esta temporada.
El apartado Scepovic se trata del máximo artillero del equipo con seis dianas en Liga, mientras que el veterano Arana también ha aportado su granito de arena con cinco goles hasta el momento. Hombres a los que deberán atar en corto los blqnuivioletas este domingo sino quieren sorpresas.
Curiosidad del rival de esta jornada: Albert Riera, quien fuera internacional con España en dieciséis ocasiones hace ya años, ha solicitado al Mallorca poder entrenarse con el equipo a título individual hasta encontrar conjunto, ya que se encuentra libre. Según parece el Udinese le rescindió el contrato por irse al casino mientras el equipo jugaba un partido oficial.
