Análisis del próximo rival del Real Valladolid

La cosa empieza a ponerse seria. Tras unos primeros partidos de tanteo, en los que el Real Valladolid ha comenzado de una forma lo bastante correcta como para situarse colíder de la clasificación, es hora de que empiecen a desfilar los gallitos. Y es que el choque de este domingo en Zorrilla es de aquellos que bien podría marcar la diferencia entre un ascenso u otro año más en el infierno.
A fin de cuentas, todo un Real Betis Balompié no puede tratarse de otra cosa que no sea un coloso de la categoría.
Un clásico de Primera División que, en las últimas temporadas, ha terminado por convertirse en un equipo ascensor pero que no termina de encontrarse cómodo en la categoría de plata. El objetivo de los verdiblancos está claro, que no es otro que ascender. Y si es de manera directa, y apisonando a todo el que se ponga delante, mejor.
Dudas, dudas
Aunque tampoco han comenzado con todo el buen pie que les gustaría a los chicos de Julio Velázquez, quien hizo las maletas desde Murcia tras cumplir una genial temporada, atraído por los cantos de sirena del Betis. Los sevillanos descansan ahora mismo en el quinto puesto de una todavía comprimida clasificación –desde el primero hasta el séptimo todos se mueven entre nueve y trece puntos– con cuatro victorias y dos derrotas, números aceptables pero no brillantes.
Así, el Betis es una montaña rusa de sensaciones que se encuentra en el momento álgido, pero que en cualquier momento podría volver a caer. Las dos últimas victorias, ante Mirandés (2-0) y Girona (1-3) supusieron la recuperación de dos importantes tropiezos consecutivos frente al Albacete (0-1) y Ponferradina (4-1). Antes, en las dos primeras jornadas el inicio fue ilusionante en cuanto a puntos se refiere tras imponerse a domicilio al Sabadell (2-3) y en casa al Numancia (2-1).
Y decimos en cuanto a números porque los de Velázquez tampoco han sido capaces de convencer con su planteamiento sobre el campo. En una temporada complicada en lo económico, con el club sumido en el buen hacer en el convenio de acreedores, la plantilla ha sufrido algún que otro cambio y parece que el míster no termina de dar con la tecla que convenza a la afición. No iba a ser el Pucela el único que cumpliese en resultados pero con juego irregular.
Entre tantas dudas surge un nombre propio, una de las grandes perlas y de los peligros a tener en cuenta en Zorrilla. No es otro que Rubén Castro, que se ha echado sin complejos el equipo a la espalda y está tirando del carro a base de goles. ¿Quieren pruebas? Siete dianas en estas seis primeras jornadas de Liga, que se dice rápido.
A excepción de los dos engendros que firmó el Betis contra Albacete y Ponferradina –este último el peor, donde encajó cuatro pero bien pudieron ser unos cuantos más–, el goleador canario ha visto puerta en las otras cuatro jornadas y está sin duda en un buen momento, cosa que está agradeciendo el equipo, que por cierto niega la palabra “dependencia”.
Goles y millones

Pese a que se trate de la estrella que más brilla en el vestuario de los béticos, no se trata ni mucho menos de su única arma. Los verdiblancos son uno de los gallitos de Segunda, algo que queda reflejado en el presupuesto, de algo más de veintidós millones de euros, y por tanto en cuanto a nombres en el vestuario.
Adán, Perquis, Jordi Figueras, Álvaro Cejudo, Jorge Molina… Todo un elenco de jugadores con una experiencia dilatada en Primera, que hace muy a la idea de las intenciones de este Betis que, dicho sea de paso, por ahora no destaca como uno de los grandes visitantes de la categoría tras la disputa de tres encuentros lejos del Villamarín.
A saber, están los choques ante Sabadell (2-3), Ponferradina (4-1) y Girona (1-3). Balance, seis puntos cosechados a base de siete goles a favor y mismo número en contra.
Lo que queda claro, tras lo visto hace poco en El Toralín, es que en Segunda aquí hasta el más inocente es capaz de pintarle la cara al que parece Goliat, lo cual hace todavía más imprevisible la función de este domingo.
Curiosidad del rival de esta jornada: Lo han vuelto a hacer. Cuando el Betis cayó a Segunda en la temporada 2008/2009, comenzó la siguiente con más socios en la categoría de plata. Una historia que se ha repetido en esta ocasión. El club presidido por Manuel Domínguez contaba el año pasado con unos 34.000 abonados, un número que fue superado hace semanas y que ya ha pasado los 36.000.
