Análisis del próximo rival del Real Valladolid

El ritmo empieza a hacerse pesado, cansino, pero hay que seguir remando. No queda otra opción. Las matemáticas dictan que el Real Valladolid está todavía en perfectas condiciones de alcanzar el play-off, pese a que las sensaciones indiquen lo contrario semana tras semana. Las oportunidades pasan por llevarse el gato al agua en Zorrilla, por cumplir ante el público blanquivioleta y sumar de tres en tres.
Y hay que decir que el rival de esta ocasión facilita las cosas, al menos según la tabla. Un Almería irregular desembarca este domingo en el feudo pucelano con muchas dudas, aunque con ganas de pelear por llevarse la victoria. Desde luego, y tras los últimos rumores de la posible marcha de Sampedro apaciguados parcialmente, es momento de volver a darle una alegría a la afición.
Salvación tardía
Así las cosas, tendrá que verse las caras el Pucela con un conjunto rojiblanco peleón, aunque no siempre consiga los resultados esperados. Decimoquinto en la clasificación gracias a 37 puntos en treinta jornadas, a cinco de la línea roja que marca el descenso, la premisa fundamental indica que hay que seguir trabajando para cosechar cuanto antes los puntos necesarios para pasar otro curso más en Segunda División. Sin prisa pero sin pausa, que se dice.
Y es que muchos recuerdan con gotas de sudor al cuello lo que fue el final de la temporada pasada, cuando hubo que pasarlo mal hasta el final para no terminar cayendo a la categoría de bronce. El Almería, ese equipo que hace no tantas temporadas, tres concretamente, podía presumir de estar entre los grandes en Primera División.
Ahora la realidad es otra, claro. Las metas se han desviado hacia otras más humildes, se han ido difuminando, conscientes dentro del club que la economía es la que es y que la categoría de plata no entiende de gigantes y pequeños. Lo primero es asegurar el año y más adelante quizá sea momento de reenfocar prioridades. Hasta entonces, el Almería permanecerá en Segunda.
Pero primero habrá que asegurar el tiro, claro. La última derrota en casa ante el Rayo (0-1) ha vuelto a poner las caras largas en el Estadio de los Juegos Mediterráneos después de que en los tres anteriores partidos se consiguieran dos victorias y un empate, siete de nueve, para alejar parcialmente los fantasmas de Segunda B. Esta misma semana ya se ha hecho conjura para ganar al menos cuatro de las doce jornadas que quedan y firmar así la tranquilidad cuanto antes.
Tareas pendientes

Eso sí, al menos hay optimismo en cuanto a no pasarlo demasiado mal teniendo en cuenta los mimbres con los que cuenta el equipo. El problema es la irregularidad del conjunto y la debilidad para venirse abajo en los momentos menos indicados, es decir, cuando el marcador señala empate o cuando se encuentra el más mínimo contratiempo. Trabajo mental que tiene todavía por delante Lucas Alcaraz, quien llegó al banquillo en noviembre en sustitución de Luis Miguel Ramis tras un comienzo catastrófico de Liga.
Desde entonces el Almería ha conseguido remontar el vuelo pero sin florituras. Los partidos de casa siguen siendo una asignatura pendiente, con tan solo doce puntos de 42 posibles, y el balance ofensivo-defensivo del equipo no es tampoco para tirar cohetes, con treinta goles a favor por treinta y tres en contra en las treinta jornadas disputadas.
Sí ha conseguido al menos el entrenador algo que parece sencillo pero que no es tan fácil de ver en un equipo de Segunda División como es un once más o menos estable, al menos en los últimos partidos.
Soleri, sub-20 con Italia, acompañado de Pozo para formar la dupla de ataque, escoltados ambos por Rubén Alcaraz, máximo artillero del equipo con ocho goles, y un viejo ex conocido blanquivioleta como es Sulayman por detrás para formar un 4-4-2 clásico. Una formación que probablemente pueda verse de nuevo en Zorrilla.
Así las cosas, este domingo habrá que ver quién aguanta el tipo sobre el césped para llevarse los tres puntos, ya que tanto Valladolid como Almería los necesitan como agua de mayo. A fin de cuentas se ven las caras dos equipos con una mentalidad de juego clara, pero que no siempre consigue llevarse a cabo tan bien en el campo como en la pizarra.
Curiosidad del rival de esta jornada: De poco sirve la historia y la estadística cuando el balón se pone a rodar, pero lo cierto es que el Almería tan solo ha conseguido llevarse los tres puntos de Zorrilla una vez. Fue en la temporada 2004/05, cuando un solitario 0-1 sirvió para que los blanquivioletas hincaran la rodilla por única vez ante los almerienses.
