Análisis del próximo rival del Real Valladolid.
Siempre que alguien se levanta de la cama por la mañana, lo hace con la convicción y las ganas de hacer algo grande ese día. En el fútbol pasa algo parecido. Antes del principio de cada temporada, en el momento en que las plantillas aún se están confeccionando y los movimientos de jugadores están en plena ebullición, todo equipo se plantea cuál es la meta final a alcanzar al término de la liga regular.
Dicho objetivo puede ser el ascenso, el no descenso, o incluso alcanzar puestos europeos. Cuando no se cumplen las expectativas, la presión aumenta, la afición comienza a murmurar y se busca un culpable. Pero esto no le suele pasar al rival del Valladolid esta jornada, el Villarreal B.
El mini-submarino, más allá de la desastrosa temporada de “los mayores” en primera, no juega con esa presión añadida de ganar partido tras partido por absoluta necesidad. Lo importante y prioritario es la formación de jugadores para el primer equipo, con la meta en segundo plano de que el filial amarillo se mantenga en segunda.
Ni arriba, ni abajo
La cuestión es que el equipo del vallisoletano de adopción, Julio Velázquez, se encuentra en una situación más o menos cómoda en la tabla; decimocuarto con cuarenta puntos, a diez del descenso que marca con una línea roja el Alcoyano con treinta. Curiosamente, el escenario para el Pucela es muy parecido al que se encontró hace apenas dos semanas, cuando se enfrentó lejos de Zorrilla a un Xerez con pocas aspiraciones más allá de salvarse. Aún así, sin posibilidad de ascenso, los villarrealenses quieren cerrar en casa virtualmente su permanencia para la presente temporada.
Y es que los números en casa del Villarreal B también son muy parejos a los que tenía el Xerez antes de la visita de los blanquivioletas. En la Ciudad Deportiva del Villarreal, el filial ha cosechado seis victorias, seis empates y cuatro derrotas que le sitúan como decimotercer mejor equipo como local, con 24 puntos de 48 posibles. Una gran oportunidad para los de Djukic para irse a dormir este viernes a cinco puntos del Celta y meter un poco más de presión a los de Paco Herrera.
Eso sí, el filial amarillo encadena una interesante racha de cuatro encuentros invicto como local desde que perdió por última vez el 18 de febrero con el Alcorcón como visitante. Desde entonces los de Velázquez se han impuesto al Alcoyano (4-3), empatado contra el Córdoba (1-1) y machacado a Murcia (2-0) y Elche (2-0) en la Ciudad Deportiva.
Con confianza
En el seno del vestuario tanto plantilla como entrenador afrontan el choque de este viernes de manera positiva y con buenas sensaciones. La jornada pasada se consiguió arrancar un empate del Estadio de los Juegos Mediterráneos que refrendaba el buen momento actual del equipo, además de hacerlo con un sistema de presión de medio campo hacia adelante claro, definido y bien llevado a la práctica.
Con tanta confianza se muestran los jugadores como Iriome, que dejó claro este miércoles en rueda de prensa que la plantilla no teme para nada al Valladolid.
El canario declaró ante los micrófonos que “se trata de un partido que pueden ganar perfectamente gracias al buen momento que atraviesa el equipo, y más cuando se juega en casa”. Iriome dejó patente que la moral está por las nubes, algo importante desde el primer momento y que aporta un plus a cualquier plantilla.
Tras la importante baja de Airam Cabrera en el mercado de invierno con rumbo a Córdoba, los blanquivioletas deberán vigilar de cerca a jugadores como Joselu –diez goles-, que aunque ha reducido de manera espectacular sus números de principio de temporada sigue siendo un delantero oportunista y que no necesita más de una oportunidad para hacer un gol, o a Toribio, centrocampista por el que pasa todo el juego del Villarreal B y que vuelve tras cumplir sanción ante el Almería.
Lucas Porcar también es otro de los peligros de este Villarreal B. Compañero de baile en el centro de Toribio, se trata de un jugador polivalente que ya ha marcado varios goles esta temporada –siete concretamente- gracias a su potente disparo.
Bajas y altas
Julio Velázquez contará con varios movimientos en la plantilla, tanto en forma de altas como de bajas. El míster recupera al ya mencionado Toribio y a Jaume Costa, ambos tras cumplir el partido de castigo por ciclo de amarillas, pero en el otro lado de la balanza Gerard Bordás se perderá el encuentro por una distensión en los tendones flexores de la pierna izquierda. El extremo zurdo estaba en un buen momento de forma, refrendado con dos goles en sus dos últimas actuaciones con el equipo.
Pablo Íñiguez continúa con la recuperación de su rotura en el bíceps femoral, mientras que el central Kiko será baja hasta última hora por una elongación fascial.
Curiosidad del rival de esta jornada: Para el Valladolid enfrentarse al Villarreal B en el horario de viernes a las nueve de la noche no es algo desconocido. La anterior vez fue la temporada pasada, en la primera jornada de Liga celebrada el 27 de agosto de 2011. El por entonces equipo de Antonio Gómez dio un serio correctivo al mini-submarino de 3-0 con goles de Guerra, Calle y Pedro López, aunque bien hay que decir que fue en Zorrilla y no con los amarillos como locales.
