Ayllón igualó el gol inicial de Sobas y Jorge evitó el triunfo naranja, mucho más insistente en el tramo final, pero que con el empate se queda lejos del Burgos

Foto: Juan Díez
En una jugada, en un metro cuadrado –incluso menos–, en un instante se deciden las batallas. Y esta se resolvió cuando Mata y Víctor echaron un pulso a cinco centímetros de la línea de gol, uno con el fin de marcar el tanto de la victoria y otro de salvarla y así consumar el milagro que era que su equipo, la Sur, no recogiera el balón de su red en los últimos cinco minutos. Esa lucha fue el culmen al encuentro entre capitán y exencarnado, cargado de fuerza, de disputa y que tuvo como asalto final esa escena, que concluyó con premio local, aunque el resultado final fue de empate.
Justamente o no –eso cada uno tendrá su opinión– porque cada equipo tuvo sus momentos de apogeo y de ocaso, no siempre aprovechado por el rival, lo que causó el empate final. Porque ni la Sur sacó fruto de sus ratos de dominio para explotar su juego con balón, ni el Parquesol ajustició a los encarnados cuando al final daban por bueno el empate, en buena medida gracias a Jorge, que se convirtió –una vez más– en el héroe del encuentro.
Las salvó casi sin querer –que no se entienda como demérito– En el último tramo, los naranjas acosaron a través de balones aéreos, colgados por un Pablo más eficaz que nunca desde la esquina, pero el arquero local las sacaba o bien de puños, o con las piernas o con el hombro.
Ninguna parte de su cuerpo se quedó libre de recibir un balonazo. Sin embargo, no pudo evitar –sí lo hizo en primera instancia– el gol de Sobas a los seis minutos, con el que empezó todo.
Pérez, que cuajó un gran inicio de partido pero que se fue diluyendo con el paso de los minutos, chutó desde fuera del área, Jorge rechazó, pero ahí estaba el killer naranja para mandarla a la jaula. Su tanto significó una ventaja que el Parquesol manejó con una defensa que apenas concedía errores, pero que intuía que a través de las bandas el peligro era inminente. Por un lado la lucha entre Álvarez y Saúl, presente durante todo el primer acto y, por otro, la que mantenían Rui y Ayllón por el costado izquierdo. Precisamente por esa banda llegó la igualada.
Tras un error de Arroyo en el centro del campo, que se entretuvo y convirtió un contragolpe de su equipo en todo lo contrario, Diego abrió el balón a Ayllón que, tras un sombrero a Rui –su único error, por llamarlo así, de todo el partido– definió limpiamente ante Edu. Tanto mérito tuvo el gol como la asistencia, del mejor jugador del encuentro. Es cierto que Diego no metió, posiblemente no fue relevante en ataque, pero su trabajo a oscuras le dio a la Sur aire cada vez que aflojaba. Ya no es noticia, pues el seis siempre cumple, al igual que hizo en una segunda parte en la que cualquier detalle podía a decidir la contienda.
El balón parado, el mejor argumento

La locura llegó tras veinticinco minutos imprescindibles del segundo acto, en el que el balón se paseaba de área a área a veinte metros de altura sobre el campo.
Nadie era capaz de hilvanar tres pases rasos ni de conectar con el centro del campo, que se pasó la segunda parte esperando el balón como agua en mayo. Esa –el agua– sí que apareció, para embarullar un poco más una contienda que en realidad ya estaba decidida, para alucinación de quienes presenciaron los últimos quince minutos.
Con los naranjas volcados –no les quedaba otra, pues la victoria era obligada para seguir en la pelea por el ascenso– los balones caían en el área de la Sur como misiles, algunos despejados por una defensa comandada por un Víctor soberbio, otros prolongados por un Dani Arrow que le metió una marcha más a su equipo, y otros rematados por un Mata que no logró marcar a su ex equipo, bien por Jorge, por el palo o por el milagro del Felicísimo de la Fuente en el minuto 94.
Porque si bien es cierto que el Parquesol no juega el mejor fútbol del mundo y en muchas ocasiones da la sensación de desaparecer, el empuje final de este domingo fue digno de elogio y, probablemente, de sumar algo más, pero que por mala fortuna y por un conjunto local con las ideas mucho más claras con el paso de las jornadas no se produjo.
El caso es que el marcador no se movió, tampoco del lado local –si llega a cazar Davo un balón en el descuento con todo a favor, igual estábamos hablando de otra cosa– y la Sur sumó un punto, a la vez que robó dos a un Parquesol que, cierto es que queda mucho, pero se queda ya lejos de su objetivo de alcanzar al Burgos, que tiene un partido menos y este sábado tampoco pinchó. Los de Alfonso Rodríguez, por su parte, se mantienen en la zona noble de la tabla y confirman con este resultado su línea ascendente como equipo. El duelo de vecinos terminó sin vencedores ni vencidos.
UD Sur: Jorge; Jaime (Adrián, min.72), Víctor, Juan, Álvaro; Diego, Eder (Moli, min.61), Saúl, Ayllón (Álex, min.89), Pablo (César, min.85) y Davo.
CD Parquesol: Edu; Mario Álvarez (Chechi, min.78), Domi (Pablo, min.44), Mario Blanco, Rui; Arroyo, Fran (Garci, min.73), Gonza, Mata, Sobas y Pérez (Dani Arrow, min.70).
Goles: 0-1, minuto 6: Sobas; 1-1, minuto 42: Ayllón.
Árbitro: El colegiado Plamev Stoychev amonestó a Álvaro, de la UD Sur, y a Rui y a Dani Arrow, por parte del Parquesol.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 19 del Grupo III de la Liga Nacional Juvenil, celebrado en el Felicísimo de la Fuente, ante alrededor de 200 espectadores, en un ambiente de derbi festivo, pese a las malas condiciones climatológicas.
			