Mario Prieto ve a sus pupilos preparados para disputar la victoria al Real Valladolid en el derbi de División de Honor que tendrá ocasión este fin de semana

Aunque la pelotita fue caprichosa y no quiso entrar en el encuentro de debut ante el Flecha Negra, no caben lamentaciones para la UD Sur. No hay heridas que lamerse ni daños que restañar, solo queda pensar ya en el derbi de este sábado –doce del mediodía– ante el Real Valladolid. Mario Prieto, su entrenador, considera que el equipo está preparado para batallar por esos tres puntos. Y, conociéndole, por intensidad no será.
¿Cómo están los chicos después del empate en el debut?
Bien, están trabajando muy bien. Les di el lunes el día de permiso y han llegado muy frescos después del enorme esfuerzo que hicieron el sábado. De cara al derbi, la sensación es que voy a tener que controlar sus sensaciones, porque buena parte de ellos ha pasado por el Real Valladolid y tiene marcado este día en el calendario. Yo tengo claro que no jugaremos ningún partido reservándonos. Sabemos que es muy difícil, pero no vamos a ir pensando en perder. Sé cómo nos puede jugar el Real Valladolid y que nos puede hacer daño, pero también que el equipo trabajará para sumar los tres puntos.
Ese trabajo mental, teniendo en cuenta el objetivo final, será importante todo el año. ¿Cómo intentas mentalizar a tus jugadores?
A través de la sinceridad y arropándoles no solo en lo deportivo, sino también en momentos clave en lo extradeportivo. Es la mejor manera de encauar un vestuario. No me gusta fijarme tanto en el jugador como sí en la persona. Intento ser coherente con todos al mismo nivel, no ver los galones, sino al individuo, y ser justo con todos. Aunque está claro que todos los entrenadores cometemos errores.
Tus vivencias como jugador también te ayudarán, supongo.
Son un respaldo. No he sido futbolista de élite, pero tengo mi experiencia y, sin querer, las transmito de alguna manera, no solo el posicionamiento en el campo, sino también ciertas triquiñuelas o lo emocional. Saberles transmitir eso es muy importante. A mí, en mi etapa como jugador, me ayudaba que entrenadores que habían sido futbolistas me contasen en el autobús o en comidas esas vivencias. Y luego está la disciplina del jugador. Yo como jugador era muy disciplinado. Ellos tienen que saber que son jugadores de la UD Sur las veinticuatro horas del día, que el sábado tienen que estar en cama a las once, controlar la comida, los paseos, el comportamiento en el autobús… Todo eso es muy importante tenerlo controlado, y más a estas edades.
¿Cuál es la incidencia del fútbol en tu vida?
El fútbol es mi vida, lo vivo mucho, aunque tengo mi profesión y esto lo tengo como un hobbie. No obstante, todo el mundo que llega a este nivel intenta o quiere llegar a ser profesional, o por lo menos llegar a compaginarlo con otro trabajo, como es mi caso. Mi intención es dedicarme algún día a esto, lo que quiero es entrenar, aprender e ir paso a paso, pero sin prisa. Desde que llegué de Zamora, he ido a ver entrenar a chavales jóvenes como Jony [Jonathan Prado] o Valbu [David Valbuena, ex del CD Arces] y para mí son un espejo donde mirarme por lo bien que trabajan.
¿Cómo te definirías como entrenador?
Intento abarcar todas las situaciones del juego mediante la intensidad. Me gusta que mis equipos sean intensos desde el principio hasta el final. Hay que trabajar bien físicamente y estar bien preparado a nivel mental para esa exigencia. Soy un entrenador que exijo mucho, aunque también intento devolverlo. Al jugador no le dejo relajarse ni un segundo, porque ayuda a que el nivel de error se reduzca bastante, y yo mismo vivo mucho los partidos, casi como para entrar a jugar.
Dado el objetivo de la salvación, y que la temporada se puede hacer larga en diferentes tramos, esa intensidad se antoja aún más necesaria, ¿no?
Eso es. Esto va a ser muy largo y todos los puntos son importantes. Vamos a jugar con equipos mucho mayores, pero como decía en el caso del Real Valladolid, no por ello debemos dejar de luchar. Mi idea es competir todos los días, no porfiar ninguno.
¿Cuál crees que es el nivel del fútbol vallisoletano actual?
Yo vengo de un sitio como Zamora, donde tuve la suerte de entrenar durante cuatro años al filial y se trabaja fenomenal, y esa forma de trabajar me ha marcado. Aquí hay clubes que empezaron siendo humildes, como el Parquesol, donde estuve el año pasado, o la propia Sur, y que ahora tienen más de treinta equipos. La masa social del fútbol en Valladolid es una pasada, aunque sí que es cierto que, en lo que a mí me toca, es complicado. En generaciones como la del 97 y la del 98, hay una serie de condicionantes que hace que quizá el nivel no llegue para tener dos División de Honor al margen del Real Valladolid, que es otro nivel. Aun así, veo que las cosas se están haciendo muy bien, muchas veces sin medios, y me alegra ser partícipe de este proceso.
¿Y con respecto a tu llegada a la Sur? ¿Cuáles son tus sensaciones?
Estoy encantado. No puedo poner ningún pero, soy un privilegiado. Tengo un montón de medios y cualquier cosa que pida al club la ponen a mi disposición. Estoy encantado con mi equipo, por la gran disponibilidad que muestran, están todo el rato pendientes de todo, y Sabi Alderete [coordinador de fútbol 11 del club] se preocupa mucho. Nos pasamos todo el verano al teléfono, con fichajes para arriba y para abajo… Desde el principio me lo han dado todo, no puedo pedir más.
