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Las burbujas de los goles

por Sergio Sanz
12 de diciembre de 2017
Foto: LFP

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El mal rendimiento del Real Valladolid tiene como uno de sus puntos claves el descenso de tantos anotados en las últimas jornadas

 

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Mata protesta al árbitro

La temporada del Real Valladolid, hasta el momento, se asemeja a una botella de gaseosa. Empezó con fuerza, como si llevara el gas dentro y las burbujas fueran goles. De uno en uno, de dos en dos, de tres en tres y hasta de cuatro en cuatro. A veces, incluso, sobraban por el resultado.

Pero las burbujas no se pueden guardar; son las que hay. El acierto de cara a portería pronto llevó al Pucela a convertirse en el equipo más goleador. Los tantos en contra eran un mal menor, ya que los anotados siempre se imponían y ocultaron un problema que siempre ha estado ahí.

Así, en las primeras nueve jornadas marcó veinte goles y ‘solo’ encajó catorce. Unos números que, pese a la diferencia de +6, no dieron todos los resultados positivos que pudo conseguir. Las cuatro dianas en León sirvieron para sacar un único punto, después de ir ganando por 2-4.

A esa poca rentabilidad hay que añadir las tres veces que anotó dos goles y solo sacó dos puntos de nueve posibles, los obtenidos contra el Lugo, en casa, y ante el Reus, a domicilio. Mientras, contra el Numancia, a pesar de ir ganando 2-0 al descanso, acabó siendo derrotado debido a una pésima segunda parte.

Y es que, curiosamente, desde la novena jornada, en la que goleó al Alcorcón (4-0), la gaseosa empezó a perder fuerza. Las burbujas comenzaron a disminuir y el Pucela solo ha ganado un partido desde entonces. Una racha en la que solo ha sumado siete puntos de los últimos veintisiete en juego.

El Real Valladolid era cuarto en la jornada nueve con dieciséis puntos, a uno del ascenso directo y a dos del liderato. Dos meses más tarde, en la decimoctava, es duodécimo con veintitrés; a seis del play-off y a diez de las dos primeras plazas, teniendo una ventaja de solo cuatro sobre el descenso.

La situación ha cambiado radicalmente y gran parte del problema se encuentra en los doce goles anotados en las últimas fechas, cuatro menos de los encajados. Y es que el conjunto blanquivioleta está sufriendo la peor parte del efecto gaseosa. La fuerza con la que empezó la temporada, al abrir la botella, se perdió por el camino y los tantos también se quedaron en él.

El principal problema continúa estando en defensa, pero a él se le ha sumado el poco acierto en ataque. Y es que solo Mata tira del carro en ese aspecto con sus catorce goles, que le mantienen como pichichi con cuatro de ventaja sobre los siguientes (Cucho Hernández y Melero, del Huesca). De hecho, el madrileño lleva más tantos que el Reus y el Sevilla Atlético, pero en el Pucela no le acompaña nadie, puesto que el siguiente que más ha marcado es Míchel, con cuatro.

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