En la jornada 14, Las Palmas llegará al José Zorrilla con una dinámica envidiable. Actualmente son terceros, con 23 puntos cosechados en 13 partidos, con una buena diferencia de goles anotados sobre goles encajados, fruto de una notoria capacidad para dejar la portería a cero (cinco en trece jornadas). Y sí, es llamativo, pues posee una diferencia positiva de siete tantos, con quince goles a favor y solo ocho en contra.
En cuanto a esa efectividad de cara a portería no pueden presumir de eficacia (mismos goles anotados que el Valladolid), pero lo cierto es que sí pueden hacerlo a nivel defensivo, donde sus números son los mejores de la categoría. Es ahí donde reside una de las claves de un equipo que Luis García ha ido moldeando a su imagen y semejanza, con mejor tendencia para apretar arriba, con una presión intensa en campo rival y con números aún muy notables en cuanto a presencia con balón, facilitando que su centro del campo sea uno de los más interesantes de la categoría.
De hecho, es el mejor equipo de Segunda División en cuanto a media de posesión, con un 57.4% en ese punto, además de ser el equipo que más pases precisos ha dado por partido desde el comienzo de la competición (más de 400). Cifras y datos que hablan de un equipo rápido e intenso, pero también muy dominante. Un equipo que, con todo derecho, transita por la zona noble de la tabla de manera altiva y orgullosa, amenazando la presencia de Racing de Santander (su última presa) y Deportivo de la Coruña en lo más alto de la clasificación.
Las Palmas, línea por línea
En este equipo prima esa intención de Luis García de dominar con seguridad y apostar casi todo a esa facilidad para salir desde atrás. Esto señala, claramente a tres figuras esenciales: portero y centrales. Ahí es donde todo empieza. Aunque se le pongan adornos y se quiera rizar el rizo, si ese trío funciona, todo es más sencillo, pues tendrás las piezas clave para ser valiente y no esconderte en ese primer escalón.
En portería, la figura notable del croata Dinko Horkas es una de las más estables, con esa capacidad para hacer de tripas corazón y luchar contra su propia naturaleza en salida de balón. Portero alto, fuerte y con grandes reflejos que sostiene bien la línea defensiva y que es solvente por alto. Su capacidad de jugar con el pie no es notable, pero sí tiene una buena solvencia, sobre todo en corto, enlazando con su línea defensiva, con un más que digno 74% de efectividad en ese tipo de envíos.

En la línea defensiva, destaca especialmente un perfil como el de Mika Mármol, líder indiscutible en esa salida de balón sobre la que se asienta un equipo que vive con balón y que busca, a las claras, tener contacto continuo desde la base (y autor de dos goles la pasada jornada). Jugador indiscutible y capaz de iniciar que tiene en Sergio Barcia un complemento de mucho valor. Un central muy del gusto de Luis García, que sostiene bien al equipo en los duelos.
En las bandas defensivas, dos perfiles complementarios en derecha como los de Marvin Park y Viti, dos jugadores con ánimo de subir la banda con tendencia a llegar a zona ofensiva, y Clemente, central que puede aparecer en el lateral zurdo que suele ser el elegido en ese perfil izquierdo. Asimetría interesante para entender que las zonas donde unos y otros aparecen fomentan también un posible cambio de sistema en algunos momentos, con Clemente siendo casi tercer central y rompiendo la dinámica típica del 1-4-2-3-1 (o 1-4-3-3 en ataque) de Luis García.
En el medio, una figura esencial para entender el juego y la capacidad del equipo canario en el eje como Enzo Loiodice, jugador capital para sostener el juego y distribuir el balón que, además, suma enteros en cuando a lectura del juego rival y repliegue tras pérdida, marcando en todo momento la altura de juego para no perder la cara al rival. Un jugador clave que, sin embargo, no estará ante el Pucela por sanción y que, presumiblemente, sustituirán Cedeño o Iñaki González, dos piezas que pueden gestionar bien ese doble rol de mediocentro junto a Amatucci, uno de los fijos para distribuir en la medular.

Por delante, en zona de creación de ataque, Manu Fuster, otro de los fijos de un Luis García que se fía mucho del buen hacer por dentro de un jugador con experiencia y que conoce bien las vías de juego para encontrar el camino al último pase o al gol llegando desde segunda línea. A los lados, dos perfiles enfocados en profundizar o entrando por dentro, a la espalda del delantero, como Pejiño y Ale García, dos productores incansables de duelos ofensivos que saben encontrar la vía de la oportunidad y que se suman con clarividencia a la zona de remate.
Arriba, como suele ser común, un perfil referencial que busca, generalmente, ese duelo constante con los centrales, incluso desde la virtud escondida de un Milos Lukovic que, de momento, no ha producido tanto como se esperaba. En 764 minutos y apenas envuelto en cuatro acciones de gol (tres tantos desde comienzo de temporada y una asistencia), su rol consiste en abrir espacios para la llegada de tres piezas esenciales para percutir en segunda línea y ser capaz, si es necesario, de ser pieza angular en la búsqueda de un pase o de un balón perdido. Más trabajador que brillante, jugador importante con buenas alternativas, como Jaime Mata, Cardona o un Jonathan Viera que podría, de nuevo reaparecer.
¿Cómo le puede hacer daño este Las Palmas al Real Valladolid?
En la tendencia habitual del Valladolid de ser un equipo que recibe el balón en prenda por parte del rival, encontrarse con un equipo que maneja el balón y que lo quiere será casi una novedad en lo que va de temporada. La realidad es que eso debería beneficiar a un Pucela de transiciones, a quien amasar el balón no le acaba de sentar bien y que puede hacer encajar su juego en la dinámica ideal del Las Palmas.

A pesar de ese escenario, los de Almada sufrirán si dejan vías abiertas a que los extremos ganen altura por dentro, atacando la unión entre central y lateral (en el caso de los laterales pucelanos, muy profundos generalmente), lo que exhibiría un escenario perfecto para los pases hacia atrás donde Fuster, Lukovic o Amatucci podrían aparecer con cierta asiduidad.
Es labor de Almada y de los suyos medir ese tipo de riesgos, juntar bien las líneas y ganarle la partida de la presión a Las Palmas, un equipo que querrá insistir en esa zona del campo cercana a la portería de Guilherme para no agotarse antes de tiempo y lograr una vía rápida a la generación de ocasiones. Una vía lógica para no sufrir y dejar sin dejar espacio a extremos y laterales del Valladolid a la hora de coger la espalda de una defensa casi siempre adelantada como la que le suele gustar al equipo canario.
