El mediapunta salmantino reconoce que en los dos últimos partidos le ha faltado “chispa” después de una sesión en la que Mojica y Bergdich estuvieron al margen

Foto: Real Valladolid
Durante una temporada, los jugadores atraviesan distintos momentos. Mejores y peores. Físicos y mentales. A veces, por más que uno esté en un pico alto de forma, o por lo menos no malo, las piernas no responden. El bloqueo puede llegar incluso a ser severo. Y a veces, por la mera repetición; por la fatiga cognitiva de la que un día Juanma Lillo habló en una retransmisión de la Champions en la televisión regional y que le granjeó fuertes críticas, incluso de profesionales.
Pero, en fin, uno aquí no ha venido a hablar de Lillo y del Twitter de Jofre.
Quizá la situación del Real Valladolid no alcance el diagnóstico que el técnico tolosarra hacía de la que por aquel entonces vivía el Fútbol Club Barcelona, pero una cosa es segura: las cosas no salen del todo. Y aun así se está arriba, lo que indica que el día que esto explote alguno salpica, pero para eso ya habrá tiempo. A día de hoy, al menos en ataque, el equipo no carbura.
Óscar González representa ese motor gripado. Y es consciente. En la rueda de prensa posterior al entrenamiento de este miércoles ha reconocido que lleva “dos partidos con un bajón físico” no achacable al cansancio, sino a “sensaciones que a veces tienen los futbolistas, de que las piernas pesan más y falta chispa”.
En general, explicó, al Pucela le está costando “jugar por dentro” y enlazar para que los atacantes se queden solos delante del portero. No obstante, esto lo achacó, en parte, a la dificultad que entrañan “las defensas que se meten muy atrás”, si bien él mismo dijo que no fue el caso del Sabadell. Así pues, se lo apuntó en el debe del equipo: “Es un problema nuestro, hay que intentar hacerlo mejor. Aunque a veces las cosas no salen”, matizó.
Leído todo así, del tirón, cualquiera diría que el Real Valladolid está en la cabeza de la tabla. Por eso él mismo quiso quitar hierro al asunto. “No perdemos, pero nos cuesta ganar. Lo positivo es que no hemos perdido y estamos arriba. Esta semana tenemos una oportunidad muy buena para valorar si podemos ser aspirantes al ascenso. Sabemos que esto es muy largo y que hay que sumar de tres en tres”, confirmó.
Definió a la Unión Deportiva Las Palmas como “un buen equipo, el más fuerte de Segunda”, junto con el propio Valladolid, y, a vuelapluma, citó como jugadores importantes al exblanquivioleta Nauzet, a Momo o a Sergio Araujo, pichichi de la categoría. Con todo, para el salmantino, es preferible jugar frente a un rival de esa entidad: “Prefiero a equipos que jueguen más al fútbol, que se abran más e intenten tratarnos de tú a tú”, aseveró.

Óscar se mostró preocupado porque al conjunto le esté costando sacar los partidos adelante, algo que en parte cree que se debe a las lesiones que están mermando al plantel, aunque no lo usó como excusa. Aun sabedor de que la temporada es “muy larga”, para él, contra los canarios, solo queda “esperar un buen resultado y meter goles, que se echa de menos”.
Bergdich y Mojica, al margen
El mediapunta salmantino compareció ante los medios de comunicación después de ejercitarse con el resto de sus compañeros, algo que no pudieron hacer Bergdich y Mojica, que estuvieron en manos de los fisioterapeutas, trabajando al margen del plantel. ‘El Correcaminos’ sufre una distensión en el ligamento lateral interno del tobillo izquierdo que le hace ser duda para el domingo, mientras que ‘Caballo Loco’ arrastra un fuerte golpe sufrido en el entreno del martes.
Como es habitual, varios jugadores del Promesas reforzaron al plantel en la sesión, y no se descarta que alguno tenga que entrar en la lista de Rubi de cara al domingo, dados los imprevistos antes citados y toda vez que Alfaro, Rueda y Roger son baja confirmada –no así Dani Hernández, que volverá tras caer por tres a dos con Venezuela ante Bolivia–.
Este jueves, a partir de las once de la mañana, el Real Valladolid volverá a ejercitarse a puerta cerrada sobre el tapiz de Los Anexos.
