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Pendientes de Latasa

La posible lesión del madrileño enciende las alarmas y pone de nuevo sobre la mesa la ausencia de una alternativa potente en el ataque

por Miguel Ruiz
8 de septiembre de 2025
Valladolid Latasa

Foto: Real Valladolid

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La salida del campo de Juanmi Latasa al descanso del duelo ante el Real Zaragoza encendió alarmas en el Real Valladolid. Un pisotón fortuito dobló su tobillo y acabó con su partido, una derrota que golpea al equipo más allá de lo inmediato. Latasa había sido, hasta ese momento, una pieza clave en el ataque por su capacidad para fijar defensas y actuar como referencia en el área. Sustituido por Jorge Delgado, esa sensación de vacío creció durante el segundo tiempo: el Pucela perdió verticalidad, profundidad y una amenaza clara en zonas de decisión.

Sustituir a Latasa no es tarea sencilla. Su combinación de presencia física, movilidad y capacidad goleadora lo han convertido en un jugador difícil de replicar. Hasta ahora, Jorge Delgado y Arnu habían sumado minutos en el ataque, pero ninguno ostenta su perfil ni su experiencia. La plantilla carece de un ‘9’ que combine sus características: ni altura, ni definición ni capacidad para pelear en el cuerpo a cuerpo. Esa ausencia se ha traducido en una plantilla sin una referencia fija en el área, lo que exige respuestas tácticas urgentes desde el banquillo y desde la planificación.

Los fantasmas de un mercado con una ausencia notable

El hecho de no contar con un delantero de esas características deja entrever un vacío en la planificación veraniega. Muchos pedían al club que reforzara esa posición antes de que Latasa volcara todo el peso del ataque. No se hizo, y ahora su lesión desvela la falta de previsión. La plantilla quedó desequilibrada, más aún al comprobar en el campo cómo los centros y los envíos desde las bandas perdían eficacia sin un delantero nato para rematar o abrir el campo por su físico. Esa carencia penaliza al equipo ante defensas preparadas para sostener el campo y cortar centros rasos o combinaciones interiores.

Latasa
Latasa, ante el Castellón | Foto: Real Valladolid

En los minutos posteriores al cambio, Jorge Delgado lo intentó. Tuvo una ocasión clara tras buscar segundos balones, pero no tuvo la continuidad ni la confianza para sostener su papel sin la compañía de Latasa. La lealtad táctica existe, pero la falta de contundencia y conexión con el medio campo dejó al equipo huérfano de ideas ofensivas claras. Ese proceso dejó en evidencia que el sistema de Almada está pensado para tener a un ‘nueve’ que actúe de ancla, que combine con los carrileros y que deje espacio al segundo punto de ataque.

Las alternativas a Latasa en el Pucela

La pregunta que el Valladolid debe afrontar ahora es clara: ¿en qué medida alterar el dibujo o las referencias auxiliares? Da la sensación de que Jorge Delgado o Arnu no son recambios equivalentes, más por capacidad de ser diferenciales hoy que por talento o perfil. Alejo, Bueno, Biuk y Amath podrían girar al centro, o las incorporaciones de Sergi Canós o Peter Federico buscarán generar diagonales, pero esos movimientos requieren ajustes profundos y tiempo para adaptarse.

Jorge Delgado Valladolid
Jorge Delgado pugna por un balón en el IberCaja ante el Zaragoza | Foto: Real Valladolid

El estilo del equipo pivota sobre el disparo o la cabeza del delantero centro y perder esa opción reduce notablemente las variables ofensivas disponibles. Almada lo sabe: sin un ‘9’ que domine, el Valladolid pierde identidad y eficacia. El entrenador reconoció en rueda de prensa el problema, pues Latasa se hace imprescindible y su ausencia complica los planes.

Aunque señaló que espera que no sea grave la lesión, admitió que la plantilla queda limitada si el delantero no puede entrenarse o jugar en las próximas semanas. En ese sentido, el cierre de mercado se convierte en un obstáculo; reforzarse ahora sería difícil. El equipo dependerá del trabajo de los canteranos y de recomponer su dibujo para no perder fuelle ofensivo en un tramo inicial de la temporada donde el equilibrio entre dinamismo y solidez debe hacerse patente.

En definitiva, el Valladolid enfrenta una semana decisiva. Latasa es una pieza no sustituible y su recuperación se ha convertido más que una esperanza. El equipo debe asumir que sin su presencia ganará colectivismo, sí, pero perderá mordiente. Ese compás de espera condicionará el futuro inmediato del proyecto. Hasta entonces, todos estarán pendientes de Latasa; no solo por su tobillo, sino por lo que representa dentro y fuera del área.

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