Si pensabas que Downton Abbey era solo una serie británica para los amantes del té, los modales y los dramas de salón… lo cierto es que algo de razón tienes. Aunque prepárate, porque la historia real detrás de todo ese escenario de intrigas británicas es todavía más fascinante. Resulta que el castillo de Highclere, esa joya arquitectónica que sirve de residencia a los ficticios Crawley, existe de verdad, y su historia tiene también mucha chicha. Porque, mientras en la ficción los mayordomos se preocupaban por el protocolo y las andanzas de los protagonistas, en la más pura realidad, los dueños del palacio real donde se ubica Downton Abbey andaban descubriendo tumbas faraónicas. Casi nada.
Sí, has leído bien. En ese mismo palacio y en esas mismas paredes, es donde entra en juego ‘El conde y el faraón’, el nuevo libro de Lady Fiona, actual condesa de Carnarvon y heredera de todo ese universo de historia y leyenda alrededor del castillo de Highclere. Y es que la autora y descendiente abre las puertas de su casa para contarnos en primera persona cómo era la vida real y cotidiana de las familias que habitaron ese palacio. La auténtica Downton Abbey a comienzos del siglo XX.
Y no, no deberías esperar una biografía aburrida ni un manual de historia, porque lo que ha hecho la condesa es recuperar, desde los archivos familiares y con todo lujo de detalles, las vidas de sus antepasados con un tono muy cercano, casi de confidencia, como quien enseña en su misma casa un álbum de fotos lleno de anécdotas y secretos de la familia. Solo faltaría el té, la verdad.
Un libro para los que aman la historia… y los buenos cotilleos al estilo Downton Abbey
En el centro de todo, cómo no, estará el conde de Carnarvon, un aristócrata inquieto que cambió los bailes y las fiestas de la alta sociedad por la arena del desierto. Fue él quien, junto al arqueólogo Howard Carter, descubrió en 1922 la tumba de Tutankamón, uno de los hallazgos más impactantes de la historia y uno de los puntos fuertes de una historia que no dejará indiferente a nadie.
Si esta aventura ya es digna de una novela, lo cierto es que terminó envuelta en misterio, pues su muerte poco después del hallazgo alimentó la célebre maldición de los faraones que muchos otros, más tarde, se ocuparon en alimentar. En este caso, la misma Lady Fiona rescata esa historia con elegancia y sin sensacionalismos, algo muy de agradecer para conocer los verdaderos entresijos de la realidad de una vida llena de aventuras.
El conde y el faraón se lee fácil. Es una mezcla perfecta entre novela histórica, crónica de sociedad y aventura arqueológica. Por sus páginas desfilan reyes, artistas y políticos que pasaron por Highclere cuando los Carnarvon estaban en su mejor momento, por lo que es fácil encontrar interesantes los cambios que sacudieron a Europa en los años previos a la guerra, contado todo con un tono ágil, elegante y británico que puede atraparte fácilmente.
Lady Fiona, además, no ha podido utilizar mejor el timing de publicación, pues la llegada del libro a las librerías no podría llegar en mejor momento. Su estreno coincide precisamente con la emisión de Downton Abbey, el gran final, la última película de la saga que parece hecha a propósito. Aunque quien lea las memorias de Lady Fiona descubrirá, sin duda, que la realidad supera de largo a la ficción, ver el punto y final de las historias de los Crawley parece mucho más interesante cuando sabes que, en medio de toda ese vaivén palaciego existían historias mucho más sorprendentes y llamativas que, ahora, nos han sido reveladas.