El técnico gallego asume su responsabilidad y ve normal que todos los focos estén puestos en él

No corren buenos tiempos por la Avenida del Mundial 82. El Real Valladolid solo ha conseguido una victoria en los últimos ocho partidos y los ánimos se empiezan a tensar. Más aún después de la última derrota ante el Numancia, especialmente dolorosa por como se dio. Por eso, Luis César Sampedro empieza a ser señalado, pero él lo asume con naturalidad.
“El mundo del entrenador es así, momentos que te van bien y sacas resultados y veces que no. Cuando empiezan las ligas solo tienen que pasar tres o cuatro jornadas para que haya seis o siete entrenadores cuestionados. Yo antes no lo estaba, pero ahora sí. Intentaré escapar la jornada que viene. Busco ganar para que esto no suceda”, explicaba, aunque mostraba su fe en el equipo y en conseguir el objetivo, “hay equipos por delante pero ninguno ha conseguido el ascenso ni se ha metido en el play-off”. “Estamos en disposición de alcanzar los objetivos planteados a todos los niveles, pero tenemos que mejorar y evolucionar para estar ahí”, reflexionó.
Para salir de esa mala situación tanto personal como colectiva, los blanquivioletas tienen tres enfrentamientos antes del parón navideño, a priori, asequibles; Albacete fuera y Lorca y Zaragoza en casa. “Vienen tres partidos para intentar ganar el primero y luego el segundo y luego el tercero. Hemos ganado a grandes equipos y estamos capacitados para ganar a cualquiera. También se puede perder con cualquiera porque todos tienen dificultad”, argumentaba el técnico.
Sin duda, a Luis César le ha dejado marcado el partido del pasado domingo contra el Numancia, porque aún no se puede explicar como el equipo pudo perder. “El otro día si me hacéis la rueda de prensa en el minuto sesenta, te digo que deberíamos ir ganando cuatro a cero y que no es posible que perdamos”, arguyó.
“El otro día debíamos ir cuatro a cero en el sesenta. Cometimos un error, nos marcaron. Cometimos otro error, la expulsión y concedimos cuatros córners. Media hora con diez. Nos marcaron en dos corners por nerviosismo, falta de concentración… Antes del sesenta tuvimos cuatro mano a mano con el portero”, ampliaba respecto al choque contra los rojillos.
La solución a esta crisis no es sencilla. Luis César explica que a principio de temporada el equipo “tenía el momento” y ganaba, mientras que ahora no son “capaces”. “No veo al equipo con los brazos bajados. Estamos aquí para ganar, para gustar con nuestro juego y luego para abrir las puertas a chicos de la cantera, por ese orden. Solo vale la primera. Al final si no ganas no convences. Los otros aspectos son un envoltorio en la prosperidad. Sé a lo que vine, a meterme entre los seis primeros y ahora no lo estoy”, apuntaba.
Consciente de que es el eslabón más débil cuando las cosas van mal, el preparador gallego lo toma como algo normal y prefiere ser él el objetivo de las críticas que no sus futbolistas ya que son ellos los que tienen que sacarle de esa situación. Además hace un análisis en positivo de estos momentos de crisis. “Quizá lo del otro día es positivo para el futuro. Al final en los momentos de crisis nace la inventiva, te paras a pensar y ves cosas que antes no veías cuando vas ganando. Tenemos que buscar el lado positivo de las cosas. Pasó lo que pasó y a lo mejor de ese momento nacen nuevas cualidades del equipo”, señalaba Luis César.
Además quiso añadir que “la crisis va por barrios” y que “las rachas siempre acaban”. “El Oviedo ha ganado dos partidos seguidos y ahora vuelve a estar bien. El Zaragoza gana en Gijón y parece que ya está bien. El Cádiz estaba casi en descenso y lleva cinco victorias seguidas y el entrenador que estaba cuestionado ya no lo está. Las rachas malas acaban y las buenas también, lo digo por experiencia. A veces mejoras en todos los aspectos, pero pierdes y no sabes por qué”, explicaba.

Durante la semana ha surgido otra preocupación más: la renovación de Jaime Mata. Si este miércoles Miguel Ángel Gómez decía que el Real Valladolid no disponía de recursos suficientes para mantener al pichichi de la categoría, hoy Luis César se mostraba preocupado porque vive de la plantilla que tiene, aunque explicaba que tiene tantos frentes abiertos que no puede estar demasiado pendiente de este tema.
Ya de cara a la próxima jornada, en la que el Pucela se enfrentará al Albacete, dejó caer que regresará al esquema habitual y que el pivote será ocupado por Luismi y Borja. Además, señaló que Kiko Olivas por sanción y Guitián, aquejado de molestias, se quedan fuera de la lista.
Respecto al rival, ha definido al Albacete Balompié como un equipo que juega de manera “muy peculiar”, que es “muy físico” y un experto en “rechaces, transiciones y balón parado”. “Es un equipo muy difícil de competirle. No te deja circular la pelota en su campo, que todo va a ser balón dividido y tenemos que estar preparados para contrarrestar ese fútbol, que no nos hagan daño e imponer nuestro futbol. Tenemos que estar bien a balón parado”, concluyó.
 
			