El entrenador del Real Valladolid da por buena la prueba ante el Rayo Vallecano, incluidos los errores, que le sirven para mostrar la senda idónea a sus jugadores

Los partidos pasan y Luis César Sampedro sigue sin saber lo que es perder siendo entrenador del Real Valladolid. Contra el Rayo Vallecano el conjunto blanquivioleta cosechó un nuevo empate, y lo que es más importante, en opinión del propio técnico, continúa acercándose a lo que este desea.
El gallego tildó el amistoso de “otra prueba” que sirvió para comprobar si sus pupilos van “modelando sus ideas” en función de los “requisitos” que les solicita. “Quiero que piensen en cada momento lo mismo que pienso yo de cada acción, y ese proceso de aprendizaje se da poco a poco. Tengo que revisar el partido, ver méritos y deméritos contraídos y nuestras virtudes y defectos”, dijo, como siempre, emplazándose al análisis postrero.
El viento, incómodo y casi otoñal, así como las “reducidas dimensiones” del campo, incomodaron la forma de jugar del Pucela, aunque Sampedro no se quiso escudar en ello. “Es importante que haya errores y yo los vea”, aseveró, y definió estos tests como “muy productivos” e “importantes” para que los jugadores vean dónde yerran y él pueda darles soluciones “para que no se vuelvan a producir”. No obstante, reconoció que va “viendo cosas” y comprobando que el equipo está “en el camino” a falta de diez días para el final de la pretemporada.
Ese sendero es el que esperaba a estas alturas. Eso explicó después de cambiar el reparto de minutos, con algunos hombres –buena parte del once– que por primera vez disputaron más de una mitad del encuentro. La cercanía del inicio liguero y las lesiones en determinadas posiciones llevaron también a ello, en el intento de buscar “soluciones a contratiempos inesperados”.
En el fondo, encajar gol antes que el rival, porque sirve para ver “cómo soluciona” el equipo situaciones de ese tipo. “También es bueno”, ponderó, relativizando por estar en el periodo en el que se encuentra. “No queremos ir perdiendo; queremos ser buenos defendiendo y atacando, un equipo que juegue y deje jugar“, recordó.
Dentro de la agresividad que pretende inculcar a sus pupilos, se pudo ver cómo a la presión tras pérdida se le sumó el intento de acabar con la jugada del rival nada más perder el cuero, una premisa que confirmaría en su comparecencia ante los medios. “Los momentos críticos del juego son los del tiempo que tardas entre que pierdes el balón y te organizas. Si paras el juego en campo contrario no lo haces en el área”, ponderó, a la vez que lamentó haber cometido alguna infracción en las inmediaciones de su puerta.
El envite contra los madrileños, asimismo, sirvió para ver el debut de Antonio Cotán, última incorporación a sus filas. Tan solo había completado dos sesiones a sus órdenes, pero Luis César consideró que estaba preparado porque viene de estar entrenándose con normalidad en Sevilla e incluso de disputar algún partido. Y además, quería verle. “Tengo poco tiempo [para verle], apenas dos partidos, así que el tiempo es oro. Quiero ver cómo se desenvuelve y que se equivoque para decirme cómo puede mejorar“, concluyó.
