Awer Mabil y Ousmane Camara son dos piezas importantes dentro del ataque del Castellón. Ambos llegaron a la plantilla de la escuadra valenciana la temporada pasada, Camara lo hizo en el mercado veraniego y Mabil arribó en febrero como agente libre. Para llegar hasta Castalia, no obstante, tuvieron que enfrentar dos situaciones personales muy duras en su continente natal. El camino de ambos hasta el fútbol europeo es un ejemplo de superación y de la cruda realidad que existe en algunas zonas de África.
Awer Mabil, de un campo de refugiados al Mundial de Catar
Awer Mabil nació en 1995 rodeado de entorno muy hostil, en un campo de refugiados de Kenia mientras su madre huía de la guerra de Sudán, en la que falleció su padre. Allí creció Mabil y allí comenzó a crecer su pasión por el fútbol. Ropa vieja metida en bolsas de plástico, materiales inimaginables para improvisar una pelota. Con lo que tenían a su alcance, Mabil y otros niños pasaban las horas ‘fabricando’ balones para poder jugar al fútbol en aquel campo. A los once años, gracias a un plan de acogida, Awer Mabil pudo cambiar la tierra por el césped, los trapos envueltos por un esférico reglamentario.
Su nuevo destino fue Australia, donde comenzó su formación como futbolista en las ligas menores del país oceánico hasta llegar a la cantera Adelaide United, club con el que no tardaría en debutar en la A-League. En la temporada 2015/16, el atacante con raíces africanas dio el salto a Europa. El Midtjylland danés pagó 870.000€ por hacerse con sus servicios. Sin contar con apenas participación esta temporada, salió cedido las dos siguientes al Esbjerg y al Paços de Ferreira para, ahora sí, asentarse en Dinamarca.
Con el Midtjylland llegó a disputar 146 partidos oficiales, en los que anotó 20 goles y dio 27 asistencias. Previo paso por el Kasimpasa turco, llegó por primera vez a España para jugar con el Cádiz. Sin embargo, Mabil apenas llegó a participar con la escuadra gaditana. Solo pudo contar con 240 minutos repartidos en seis encuentros. Durante su contrato con el Cádiz salió cedido al Sparta de Praga y después firmó como agente libre por el Grasshoppers, donde hizo buenos números (ocho goles y diez asistencias en 32 encuentros oficiales). En enero de 2025 finalizó su contrato y un mes después arribó a Castellón, donde se ha ganado un hueco.
Un puñal por la banda
En Castalia Awer Mabil ha demostrado sus cualidades desde el primer momento. Es un extremo muy vertical, rápido y que no repara en buscar la portería rival. Solamente ha jugado quince partidos oficiales con el Castellón, pero en ellos ha dado ya seis asistencias. Es un jugador capaz de acelerar la jugada en cualquier momento y en el conjunto valenciano ha encontrado el contexto idóneo para desarrollar ese juego divertido. Rodeado de otros perfiles interesantes de tres cuartos de campo en adelante y con la presencia de Álex Calatrava para dar forma al ataque blanquinegro, Mabil puede ser un arma muy peligrosa desde cualquiera de las dos bandas.

Su participación en el Mundial de Catar
Internacional con su país de acogida, Australia, Awer Mabil es uno de los principales responsables de la presencia del combinado oceánico en el Mundial de Catar. En la final clasificatoria para el mayor torneo de selecciones, Perú y Australia llegaron a los penaltis. Mabil anotó el 5-4 definitivo en la tanda que dio el pase a su equipo. «Es una forma de dar las gracias a Australia, de parte de mí y de mi familia», expresó tras el tanto. En Catar, no obstante, solo disputó 22 minutos, ante Francia y Túnez en fase de grupos.
Ousmane Camara, un migrante fugado de una prisión de Libia
Si bien la historia de Mabil es llamativa, la de Camara lo es probablemente aún más. Ousmane nació en 2001 en la República de Guinea. Fue el último de seis hermanos y se crió junto a su tío, junto a él fue a la escuela y comenzó a jugar al fútbol. Más adelante, su proyecto de vida sería muy diferente, y pondría rumbo a Europa, sin afrontar antes un sinfín de dificultades.
Ousmane Camara atravesó Mali y Níger, pero en Libia lo detuvieron. Allí, en una prisión en la que, según relata, vio cómo asesinaron a migrantes como él, le pidieron dinero a cambio de su libertad, una cantidad que no poseía. «Los guardias querían que pagaras dinero para dejarte en libertad, pero si no tenías dinero, todas las mañanas te daban al menos cuarenta o cincuenta golpes», cuenta el guineano.
Finalmente logró escapar aprovechando una pelea entre presos y guardias, y fue capaz de subirse a un barco rumbo a Italia. Un navío que se quedó sin combustible y a punto estuvo de no llegar a su destino, pero finalmente lo hizo. Camara recorrió Italia hasta asentarse en Francia tras cruzar la frontera escondido en los baños de un tren. Un albergue de Nimes se convirtió en su nuevo hogar y comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol local. El Auxerre se fijó rápidamente en él.
De Auxerre a Castellón, pasando por Annecy
Tras pasar por varias categorías inferiores del club galo, llegó al primer equipo tras destacar en la punta del ataque del filial, llegando a anotar 27 tantos en 57 partidos. Posteriormente, en el mercado invernal de la temporada 2023/24, fue cedido al Annecy, de la Ligue 2, donde también dejó buenas sensaciones. Así, el curso pasado el Castellón realizó un buen desembolso para hacerse con el delantero. La entidad valenciana pagó medio millón de euros por él.
Pese a llegar en verano, no pudo debutar hasta la jornada 21, pero cuando lo hizo su rendimiento fue en crecimiento. En 16 encuentros vio puerta en tres ocasiones y sobre su figura recaía esta campaña la responsabilidad de dar un paso al frente. Se trata de un delantero centro muy físico y con mucha movilidad, difícil de marcar y con un buen posicionamiento para buscar el gol. De momento, fue el autor del único tanto del Castellón ante el Racing. Su próximo objetivo, el Real Valladolid.

 
			