El ex del Real Valladolid Promesas recaló, el pasado mercado invernal, en el CD Ebro, al que llegó tras su paso por la República Checa

El poeta griego Kavafis dice en su obra más conocida que, cuando uno emprende un nuevo viaje, debe desear que esté lleno de aventuras y experiencias. Ninguna de las dos cosas le faltaron a Manel Royo, exjugador del Real Valladolid Promesas, en su paso por el Teplice checo, al que llegó el pasado verano y del que regresó, hace apenas unas semanas, para enrolarse en el CD Ebro de Segunda División B.
En su paso por los micrófonos de #HacemosCantera en Radio Marca Valladolid, aseguró que su estancia, aunque breve, fue “una experiencia de vida recomendable”, pese a los “hándicaps” con los que se encontró y que, a la postre, motivaron su regreso a España.
“Cualquier experiencia es buena porque te nutre de vivencias y te hace crecer en muchos sentidos. En mi caso, me encontré con ciertos hándicaps, como el idioma. Tenía entendido que el inglés estaba más desarrollado, pero no fue así. No fui capaz de superarlo y por eso me planteé la vuelta”, explicó.
Así, pese a que había firmado por dos temporadas, en invierno hizo las maletas y puso rumbo al Ebro, “un proyecto muy bonito”, en el que se ha encontrado un vestuario que le ha acogido a las mil maravillas.
“Rescindí a finales del mercado español y, con cuatro entrenamientos ya pude disfrutar de los primeros 90 minutos. Estoy muy contento por la adaptación y por haberme encontrado un grupo humano que te abre las puertas”, valoró.
De este modo, el catalán ha pasado por tres de los cuatro grupos existentes en Segunda B, entre los que ve “bastante diferencia”. “Las salidas en el grupo II son muy complicadas. En el grupo III hay más control de juego, los equipos están muy trabajados tácticamente y ese control se ve más reflejado. En cambio, en el grupo I los partidos son más de ida y vuelta, se asemeja más al II”, analizó Royo.
Ahora, el “sueño” de Manel es “llegar al fútbol profesional e ir subiendo peldaños”, aunque es consciente de que “es una meta muy difícil” debido a que, en la división de bronce, “hay muchos equipos y jugadores”. “He podido disfrutar de los tres grupos de Segunda B, de una primera división europea de un nivel más que aceptable… Tirar para arriba en el fútbol español sería un sueño”, reconoció.
Para lograrlo, el zaguero no renuncia a repetir su experiencia lejos del panorama nacional. “No me cierro ninguna puerta, ni fuera ni dentro de España. Siempre que las condiciones fueran las idóneas y creyera que es un paso adelante, como así lo consideré en su día, tiraría para adelante, sin duda”, finalizó.
Escucha la entrevista haciendo clic debajo (a partir del 6:04):
