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Marcos, obligado a matizar sus palabras

por Jesús Domínguez
11 de marzo de 2010

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Actualidad14En Madrid pueden respirar tranquilos. La cabeza de CR9 no peligra, a menos que su peluquero se pase con el corte. Tampoco lo hacen las de Kaká o Karim Benzemà, salvo que algún merengue mosqueado por su bajo rendimiento se tome la justicia por su mano. Otro gallo puede cantar, tras la eliminación de “su” Champions con Manuel Pellegrini. Sin embargo, que el que ésta penda de un hilo no es culpa del ‘tres’ blanquivioleta.

Alberto Marcos es un hombre pasional. Más de una vez, con anterioridad, lo había demostrado. Y el lunes volvió a dejarlo claro. Pero, por desgracia, más de uno y de dos periodistas de la capital, temiendo la literalidad de las palabras del capitán, han cargado tintas contra alguien que jamás ha podido considerarse agresivo. Todo por defender al de los noventa y seis ‘kilos’. Todo por centralismo. Todo por ignorancia.

Y es que de ignorantes es sacar las palabras de Marcos de contexto en una situación como la que atraviesa ahora mismo el Real Valladolid. Con la fractura que se intuye en el vestuario antes incluso de sus palabras y con la enorme crisis de juego y resultados que atraviesan los hombres de Onésimo, cualquier personal objetiva y cabal sabría a qué se refería Marcos al hablar de “arrancar la cabeza al rival”. De hecho, él mismo en las declaraciones del lunes dejó claro que “nos jugamos la vida”, matiz que debería haber sido más que suficiente para evitar el revuelo armado.

Pero, claro, el domingo viene el Madrid. Con sus derroches y peinados. Y con sus palmeros en los medios. Son éstos, y no otros, los que malinterpretaron al lateral. Aquellos que siguen al Real Valladolid saben de sobra qué quería decir el hombre el lunes. Y los palmeros tendrían que haberlo entendido, pero si no lo hicieron fue porque están demasiado ocupados en ser ombligo del mundo.

No conformes con eso, ayer ha vuelto a comparecer ante los medios el capitán para pedir tranquilidad y respeto para él “y su gente”. Pidió perdón por unas declaraciones “desafortunadas” y quiso matizarlas. Y lo hizo. Y como en el programa de los palmeros mayores del reino de ‘Floren’, aprovechó para tirar de las orejas a los que sólo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. No surtió ningún efecto. Cuestión de caciquismo.

En Zorrilla ya no rodarán cabezas, pero sí se espera que hayan “once tíos el domingo corriendo como perros. Ahora, sólo falta que un perro esté indignado y me diga que le he faltado al respeto”. Lo hagan o no, los canes no reclamarán daños. Recuerda, Marcos, ellos no cuestan ‘kilos’. Ellos no venden camisetas.

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