No solo el nuevo ceeme (community manager) del Real Valladolid está blandito: el histórico récord de abonados que ha registrado la entidad en la primera fase de la campaña de socios ha puesto a todo el mundo así (bueno; no a todo, hay quien dice estar arribísima o, incluso, engorilado). Prueba de ello es el emotivo mensaje que el club ha lanzado a esos 20.079 abonados, visible en sus redes sociales, pero también en las calles; exactamente, en un lugar tan emblemático como es la Plaza Mayor de la capital, donde cualquiera, sea vallisoletano o turista, puede leerlo.
Lejos de las palabras huecas que llegaron vía email en algunas ocasiones recientes -aunque parecen ya lejanas-, por más que el mensaje provenga de una persona jurídica, de una institución, suena a una gratitud sincera por parte de quienes conforman el Real Valladolid, una vez los tiempos oscuros han pasado y, tras la zozobra, su gente ha seguido ahí. Habla, con todo el sentido del mundo, de una “familia blanquivioleta”, puesto que eso es lo que se conforma muchas veces alrededor del fútbol, una familia con la que no compartes sangre, pero sí los colores.
El impacto ha sido inmediato y, en las cuatro primeras horas, el hilo de X (antes Twitter) ha alcanzado más de 90.000 visualizaciones y cerca de 1.700 interacciones. Donde antes muchas de estas pedían al que no merece ser nombrado que se marchase de una vez, ahora prima la emotividad, el cariño a un Real Valladolid que, en LaLiga Hypermotion, puede seguir presumiendo de su masa social (como en el fondo viene a hacer con esta última acción que viene a constatar el giro a nivel de comunicación), de esos 20.000 y pico socios que tiene y también, por anticipado, de los que vendrán buscando volver a llegar a la barrera de los 24.000.
Desde el corazón de Valladolid, para Valladolid, de corazón.
Este no es un mensaje de agradecimiento ni el anuncio de un comienzo.
Es dejar claro lo que somos. Una familia. De apellido blanquivioleta. pic.twitter.com/O3z3Bger6I— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) July 30, 2025
Mensaje completo del Real Valladolid a sus abonados
No todas las familias nacen bajo el mismo techo. Algunas nacen en una ciudad bañada por la niebla, o en sus caminos que recorren la tierra como venas. Otras, en tardes de gloria… o en gradas congeladas por el invierno. Una familia que ha aprendido a celebrar, como a resistir. A caer. Y a levantarse. A defender su escudo sin condiciones.
Es difícil hablar de una nueva etapa cuando esta familia nació hace casi 100 años. Pero la necesita. Un cambio profundo. Una evolución necesaria. Y como toda familia que quiere crecer, nos toca transformarnos sin olvidar quiénes somos. Reagruparnos. Volver a lo que siempre hemos sido. Y trabajar por lo que queremos ser.
Porque pertenecer a esta familia no es un derecho: es un privilegio. Una obviedad que no todos conocen. Un honor que se demuestra en los detalles, esos que parecen insignificantes, pero lo cambian todo. Y al final, eso es lo que realmente nos define: No los trofeos. Sino la lealtad. Las raíces que nos aferran a esta tierra. El orgullo que no cabría en ningún nombre de una camiseta. Y la certeza de que, pase lo que pase, volveremos al Zorrilla. Porque volveremos a creer..
Aquí caben todos. No hay un ustedes y un nosotros. Sólo un todos. Los que nacieron con la camiseta puesta. Y los que la eligieron con el corazón. Los que cruzan pueblos, ciudades, fronteras o hasta mares, no sólo para estar más cerca… sino para dejar algo de sí en este escudo. Está en nuestra sangre. En nuestra tierra. Es nuestra herencia. Y nuestro futuro.
