Arrasar a la competencia no es tarea fácil, pero lo cierto es que hay compañías que logran hacerlo gracias a un plan claro, certero y que alimenta de manera clara la sensación de que cada paso dado ha tenido sentido, como es el caso de Mercadona. Y lo cierto es que realidad detrás del secreto del éxito de mercado es, precisamente, que no es un secreto. Esta afirmación no es una bala al aire, sino una realidad patente en los años que la cadena de supermercados lleva entre nosotros y, sobre todo, en la línea estratégica que ha seguido desde el primero de sus días.
Lo que está claro es que empresas muy potentes como Lidl y Carrefour, supermercados bien asentados y con gran trayectoria, ya no saben qué hacer para dejar de sentir el impacto de una cadena de supermercados que desde Valencia ha ido conquistando las casas de muchas familias que ya no saben vivir sin los productos de Mercadona. Una serie de medidas que, de manera paciente, han ido tomando poco a poco el timón. Una realidad que genera sorpresa y admiración por igual.
La estrategia de Mercadona que barre a sus competidores
¿La estrategia? En realidad es muy sencilla: ser coherente con la misma visión de negocio. Una estrategia conocida como SPB (siempre precios bajos) y que ha enarbolado siempre para evitar las dramáticas guerras de ofertas y promociones temporales. Esta es la realidad patente de una línea de actuación y negocio que de momento no les ha podido salir mejor, consiguiendo desbancar a gran parte de sus competidores yendo a contracorriente de lo que suele ser lo habitual y generando una confianza difícil de romper.
Parece una tontería, pero funciona. Mientras cadenas como Lidl o Carrefour siguen batallando con campañas de ofertas y descuentos en momentos puntuales del año, Mercadona tiene una política de conservación de precios siempre en un rango bajo, facilitando que sus clientes no tengan esa ansiedad de buscar la oferta en cada momento y, sobre todo, facilitando que se puedan afianzar clientes con marcas o productos determinados prometiendo un precio bajo de manera regular.
Esa visión lo deja muy fácil a los consumidores y les hace tener ventajas sobre los competidores, que deben buscar siempre la forma de atraer a los clientes a ciertos productos. Este escenario es curioso, pues acompaña claramente la trayectoria de marcas propias como Deliplus, Hacendado o Bosque Verde, que han pasado de ser una serie de alternativas a bajo precio que ya están plenamente integradas en el día a día de muchos clientes. Fidelidad duradera gracias a una política más transparente y que no apuesta por la rebaja, sino por el precio ajustado siempre.
Otros factores para el liderazgo
Y es que no todo bebe de esa estrategia, aunque sea un factor importante para el éxito de Mercadona. Uno de los más importantes es que, para la cadena, el cliente es el verdadero jefe, con una idea interna que se ha convertido en filosofía de la marca y que sitúa siempre en el centro al consumidor, tratando siempre de adelantarse a todas las necesidades que puedan surgir y en todos los pasos que puedan exigir a lo largo de su experiencia de compra.
Algo que, por cierto, favorecen sus pasillos amplios, la disposición lógica y muy estudiada de los productos y, por supuesto, una rígida política de limpieza y orden de productos para que nada falle y seguir creando ese clima de familiaridad y comodidad tan claves en el supermercado. Además, desde siempre, Mercadona no ha reparado en gastos para mejorar la logística y la tecnología que acompaña los procesos de Mercadona, por lo que toda su mirada hacia dentro en cuanto a los consumidores es más que importante para entender el éxito de una empresa como esta, que, sin duda, seguirá creciendo.
