El microondas ha sido y es uno de los electrodomésticos por excelencia en las cocinas de todo el mundo. Su función, básica, de calentar o descongelar alimentos lo hacen absolutamente imprescindible en el día a día. Rara es la ocasión en la que no se utiliza al preparar una comida o una cena. Sin embargo, con el paso de los años, este aparato va perdiendo adeptos y comienza a ponerse en tela de juicio su uso en un futuro cercano. Existen dudas sobre su impacto en la calidad nutricional de los alimentos que pasan por él y cada vez van apareciendo más alternativas que buscan destronarle.
Entre esas nuevas opciones surge un electrodoméstico dispuesto a sustituir al microondas y relegarlo a un segundo plano. El aparato que pretende ocupar el lugar del microondas entre las familias es más rápido, más seguro y hasta un 80 % más eficiente.
El horno de convección aparece con fuerza
Vivimos en una constante evolución en todos los ámbitos, por ello, también debemos estar abiertos a dar pasos adelante con nuestros electrodomésticos. El horno de convección se perfila como el reemplazo natural del microondas gracias a su rapidez, su bajo consumo energético y un modo de cocción que reduce riesgos bacteriológicos.
Este aparato calienta mediante corrientes de aire caliente que cubren los alimentos uniformemente y sin diferencias. Esto significa que las temperaturas son constantes, evitando que existan puntos fríos. demás con el horno de convección se consigue un cocinado real y no solo el calentado del alimento como sucede con el microondas. El resultado, por lo tanto, varía y mucho. Se logran platos listos en menos tiempo que en un horno tradicional y con un mayor ahorro energético (puede llegar hasta el 80 %). A su vez, al cocinar en su totalidad cada pieza, se reduce el riesgo de que haya zonas que queden crudas y puedan proliferar las bacterias o microorganismos.
El microondas está viviendo su ocaso
Las ondas de este electrodoméstico siempre han sido un tema de discusión en relación a su posible efecto nocivo o no sobre nuestra salud. La radiación electromagnética que se utiliza en este aparato para calentar los alimentos ha causado preocupación en parte de la población, sin embargo, los expertos han salido al paso para explicar sus propiedades.
Las ondas que emplea el microondas no son ionizantes y, por tanto, no provocan cáncer. Eso no quiere decir que no haya que utilizarlo con moderación, como aconsejan dese organismos oficiales de la salud. El oncólogo francés Henri Joyeux, señala que hay ciertos alimentos que cuentan con aminoácidos, como la L‑prolina, que al calentarse pueden transformarse en compuestos neurotóxicos que sobrecargan riñones e hígado. Según él, el gran peligro aparece al descongelar parcialmente los alimentos, esto invita a la proliferación de gérmenes de forma prácticamente inmediata y suele pasar completamente inadvertido.
Los tres principales riesgos del uso excesivo del microondas son los siguientes: La modificación estructural de proteínas que dificulta su absorción, se generan sustancias potencialmente tóxicas durante el calentamiento y al haber una descongelación desigual se favorece la multiplicación de bacterias.
Prepárate para el cambio
Pasar de un electrodoméstico al otro no se antoja demasiado complicado. Primero tendrás que tener en cuenta el espacio que tienes en tu cocina para ubicar el nuevo horno de convección, que seguramente será de mayor tamaño que tu antiguo microondas. Después deberás comprobar la etiqueta energética y el rango de temperatura del nuevo producto; y finalmente solo te queda estudiarte los programas y las funciones del horno. Este aparato incluye modos específicos para diversas recetas y alimentos.
Por último queda hablar del precio. De salida será superior al de un microondas, sin embargo, el mayor desembolso económico se rentabilizará posteriormente debido a su menor consumo energético.
