Si últimamente notas que tu móvil va más lento que de costumbre, no te preocupes porque es algo que nos pasa a todos y en la mayoría de los casos no se trata de un problema grave ni de obsolescencia programada, motivos que seguro que se nos han pasado por la cabeza. Y es que tu dispositivo simplemente necesita un poco de atención y unos ajustes sencillos para volver a rendir con rapidez, para lo cual solo necesitarás unos pocos y sencillos pasos tras los cuales recuperar la agilidad de tu móvil en cuestión de minutos y olvidarte de los retrasos que tanto frustran en el día a día.
En gran medida, la ralentización de tu móvil se debe a un uso excesivo de aplicaciones, archivos y procesos que saturan el sistema y, aunque muchos nos descargamos apps que prometen acelerar nuestro dispositivo estas, paradójicamente, hacen todo lo contrario y acaban consumiendo más memoria y más batería. El primer paso para que tu móvil recupere velocidad es eliminar aquellas aplicaciones que ya no utilizas y cerrar las que permanecen abiertas en segundo plano, un gesto muy sencillo pero que nos va a permitir que el teléfono trabaje con la eficiencia que debería tener desde el primer día.
Cómo liberar espacio y organizar tu móvil para que deje de ir lento
Como bien podrás adivinar, una de las principales causas por las que nuestro móvil puede ir más lento de lo normal es que tengamos el almacenamiento casi lleno con fotos, vídeos o archivos que vamos acumulando tras su uso diario y que acaban ahí, olvidados, sin que nos demos ni cuenta, algo que obviamente hace que el sistema operativo se vuelva más pesado. Una de las primeras soluciones que le podemos dar a estos es la borrar todo ese contenido que ya no necesitamos, vaciar la caché y guardar todos los archivos que queramos conservar en la nube o en en una tarjeta SD (esto último si te lo permite tu móvil).
Cuando liberemos todo este espacio que estaba ocupado de manera innecesaria, podremos notar que nuestro móvil no solo va más rápido, sino que también se bloqueará mucho menos o que las aplicaciones que estamos usando se cierren de manera inesperada.
Y hablando de aplicaciones, también es importante que veamos cuáles de ellas se ejecutan automáticamente en segundo plano, ya que muchas de ellas permanecen activas sin que nosotros lo notemos, lo cual hace que se consuman recursos y se ralentice nuestro teléfono móvil. Es por ello que debemos desactivarlas o limitar la actividad que pueden llevar a cabo, ya que esto le permite a nuestro dispositivo que centre toda su potencia en funcionar correctamente, mejorando con ello nuestra experiencia de uso.
Actualizaciones y mantenimiento para que nuestro móvil siga yendo como un tiro
Mantener el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas es otro truco fundamental, ya que las actualizaciones corrigen errores, optimizan el rendimiento y refuerzan la seguridad de tu móvil, por lo que conviene instalarlas siempre que estén disponibles. Si, después de limpiar, organizar y actualizar, tu móvil sigue lento, existen medidas más drásticas pero igualmente efectivas, como por ejemplo el restablecer el dispositivo a los ajustes de fábrica, algo que elimina errores y archivos innecesarios y lo deja como nuevo. Eso sí, es imprescindible realizar una copia de seguridad previa para no perder información que queramos conservar o que sea importante.
En algunos casos, la batería también puede influir en el rendimiento de tu móvil, ya que un dispositivo con batería desgastada tiende a reducir su funcionamiento para evitar fallos, por lo que reemplazarla puede devolver velocidad y estabilidad al sistema. Así, tu móvil volverá a responder de manera rápida, como si acabara de salir de la caja.
