Hay veces en la vida en las que el tiempo se dilata a nuestros ojos, que parece durar más de lo que lo hace. A Juan Carlos Murcia quizás le sucedió eso; quizás, su primera temporada en el Real Valladolid pareció ir más al ralentí de lo que había imaginado. No porque le fuera mal; nada más lejos. Aunque puede que se demorase más de lo esperado su salto al Promesas, uno que arrancó en la quinta jornada, pero que solo se repitió con la liga bastante avanzada en la Segunda RFEF. En todo caso: ese salto se ha consolidado este verano, después de que el club haya decidido hacerle ficha del filial.
El mediocentro de Alcantarilla (Murcia) arribó el verano pasado desde el Elche en un movimiento estratégico de la dirección de cantera, toda vez que Murcia era la gran joya de la cantera ilicitana y había sido internacional con la generación de 2007, a la que pertenece. Hizo la pretemporada y formó parte de la dinámica habitual del Promesas, aunque fue en el Juvenil de División de Honor donde más minutos tuvo: disputó 23 partidos y fue el mediocentro con mayor participación, una condición, seguramente, favorecida por los cambios en el estatus de Alani.
Murcia pasa a tener licencia y ser jugador del #RVPromesas a todos los efectos
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— Cantera Real Valladolid (@RVcantera) July 14, 2025
Pero, aun con ello, las sensaciones fueron gratas; demostró capacidades en el dominio del balón aderezadas con una inteligencia táctica que hacen de él un mediocentro posicional muy interesante. Así lo consideraron en Las Rozas, sede de la RFEF, pues al comenzar la temporada formó parte de unos entrenamientos de la selección española sub-18, en la que si no tuvo más continuidad fue por la dura competencia de jugadores de grandes canteras.
Aunque las diferencias con el donostiarra son evidentes, el perfil de Murcia guarda bastantes similitudes con el de Martín Zubimendi, otro futbolista de buen trato de balón, pero con un rigor táctico que le permite ejercer de corrector en el centro del campo y de ser agresivo en la presión. No obstante, en ese primer curso en el que siguió acumulando experiencia en División de Honor, se le vio jugar a menudo en un escalón superior, como un volante de apoyo de otro especialista defensivo como es Alani, quien es mucho más expansivo en sus labores en el centro del campo que él y requiere del espacio, pero de la red de seguridad, que él le ofrecía.

Murcia, como Parente, Arnu o Alani
Con la promoción confirmada de Juan Carlos Murcia, que tendrá ficha del filial a pesar de ser juvenil de último año, el Real Valladolid repite una fórmula a la que tradicionalmente no había recurrido hasta hace poco, que es la de confirmar, a través de las licencias, las promociones de aquellos futbolistas que destacan en sus categorías inferiores y para los que tiene un sitio reservado en el escalón inmediatamente superior al que por edad le corresponde.
De esta manera, Murcia sigue la senda iniciada por los Iago Parente, Arnu o, en último término, Alani, a los que se les registró con licencia del Promesas durante la pasada temporada. Con el zaguero vallisoletano y con el delantero palentino, el paso se dio en el mismo verano, y en previsión de la necesidad del uso de juveniles por parte de Álvaro Rubio -que fue quien empezó dirigiendo al filial-. Después de unos primeros meses en los que su rendimiento fue rutilante, al nigeriano se le hizo lo mismo en enero. A la postre, los tres acabaron debutando en Primera División.
 
			