Cada vez que el Real Valladolid ha encadenado una racha como la actual, ha acabado logrando su objetivo, a excepción de la temporada 2004/05 y, con matices, la 2010/11

Poco más de doce horas después del triunfo del Real Valladolid ante el Club Deportivo Tenerife, el gabinete de comunicación del Real Valladolid publicaba en la página web oficial del club un reportaje sobre el arranque liguero, el segundo mejor de la historia de la entidad en Segunda División.
El mejor de los mejores data de finales de los cincuenta, para ser exactos, de la temporada 1958/59, en la que José Luis Saso dirigía y el bueno de Emilio Morollón perforó tantas redes que acabó siendo máximo goleador de la competición. Entonces, en la denominada Segunda División Norte, los vallisoletanos encadenaron cuatro victorias consecutivas, ante Indautxu, Sestao, Deportivo de la Coruña y Real Club Racing después de empatar con el Real Unión.
Sobra decirlo; eran otros tiempos. Poco tiene que ver el fútbol de ahora con el balompié de antes. Incluso, no demasiada relación guarda el de este siglo XXI con el del XX, teniendo en cuenta las evoluciones técnico-tácticas, físicas y hasta psíquicas. Lo cual no obsta para que aquel gran comienzo deba ser recordado, dicho sea de paso.
Obviamente, si el inicio es el segundo mejor de la historia del club en Segunda, también lo es en lo que va de siglo. En Segunda, y también en Primera, por razones casi evidentes. En varias ocasiones, sin embargo, ha tenido rachas mejores que la actual, aunque, claro está, la actual no puede ser mejor por algo tan sencillo como que apenas han transcurrido cinco partidos de liga.
Y cada vez que el Real Valladolid ha igualado o mejorado una racha como la actual, de cuatro victorias en cinco encuentros, ha logrado el objetivo marcado para la temporada. La última vez, en la 2011/12, en la que consiguió cinco triunfos y un empate en seis envites, entre las jornadas 18 y 23, primero, y seis victorias seguidas más tarde, entre la 31 y la 36, y acabó subiendo (play-off mediante).
La campaña anterior, en la 2010/11, los blanquivioletas lograron cuatro victorias y un empate, en una serie de cinco enfrentamientos, en dos ocasiones, entre las jornadas 24 y 28 y la 30 y 34. Y también entonces consiguió el objetivo, aunque con matices, ya que disputó la promoción de ascenso a Primera División, pero se quedó apeado en semifinales ante el Elche, en aquel viaje de infausto recuerdo al Martínez Valero.
En el curso 2008/09, en Primera, cuando el equipo se acabó salvando en el Benito Villamarín ante el Real Betis Balompié, encadenó una serie idéntica, de cuatro triunfos y una igualada, entre las fechas once y quince. En esa misma época, entre las jornadas nueve y trece, cosechó cuatro victorias de cinco partidos, siendo el quinto una derrota, al igual que este año.
Destacan como años ‘diferentes’ el 2004/05, en el que el Real Valladolid logró cuatro victorias seguidas, entre las jornadas 38 y 41, y cayó en la 42, y no acabó subiendo, y por todo lo contrario, por conseguir el objetivo de un modo histórico, en la temporada 2006/07. Entonces, el Pucela de los records de José Luis Mendilibar sumó veintiuna victorias y ocho empates entre la derrota contra el Salamanca y el ascenso en Tenerife.
Con todo, no solo el fútbol ha cambiado desde que Saso, Morollón y compañía empezaron como nadie y como nunca la liga en Segunda División, sino también lo ha hecho desde aquel equipo mítico que dirigía el de Zaldibar. O quizá no tanto, pues las estadísticas estaban entonces y están hoy para romperse. No obstante, sin ser garantía de éxito, los doce puntos de quince, viendo la trayectoria del equipo en lo que va de siglo, son una buenísima señal.
