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Manu Olivas e Iván Briones o cómo cuidar el ecosistema de la cantera del Pucela

El trabajo del tándem del Promesas tiene un valor enorme que el club y la nueva propiedad deberían cuidar por el bien del futuro de Los Anexos

por Miguel Ruiz
12 de junio de 2025
Olivas Briones Valladolid

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A nadie le debería extrañar que, cuando todo eche a andar en el Pucela 25/26, los nombres de Manu Olivas e Iván Briones sigan ligados a un Real Valladolid Promesas que, con ellos, da un salto de garantías dentro del ecosistema de Los Anexos. El cambio de propiedad y la inestabilidad propia de cualquier cambio de esta magnitud puede hacer crecer las dudas sobre el posible cambio de piezas en alguno de los banquillos por debajo del primer equipo, pero si hay una pieza que no debe ser tocada es la que en los últimos meses ha dado coherencia, crecimiento y estabilidad al filial.

Más aún sabiendo que, salvo sorpresa, en la temporada 25/26 el Promesas beberá y mucho de perfiles ya conocidos por el tándem de Olivas y Briones de su anterior etapa en el juvenil. Un hecho que ya ha facilitado que en los estertores de la pasada campaña muchos de esos jugadores tuvieran presencia, no solo en el Promesas, sino también en el primer equipo, con piezas como las de Ibrahim Alani o Iago Parente.

Olivas y Briones: Estabilidad y crecimiento

No es poca cosa aportar tranquilidad en medio de una tormenta como la desatada en la 24/25. El ascenso del staff del Real Valladolid Promesas al primer equipo en medio de la marejada de inestabilidad institucional y deportiva pudo hacer temblar los cimientos de un trabajo bien hecho que se puede ver en Los Anexos desde hace tiempo.

Los equipos mandan, tienen perfiles muy llamativos y a menudo seguidos por los grandes y que se desarrollan con claridad al amparo de la sombra del José Zorrilla por un grupo de profesionales bien formados y con mentalidad más allá del presente. El trabajo de cantera es seguro y fiel al principio fundamental de unidad y trabajo con una meta clara de crecimiento, formación y competitividad.

Olivas Cantera Valladolid

En ese marco se mueve la decisión de que, a partir de verano, el Promesas debería seguir estando en manos de quien le ha dado la coherencia necesaria para seguir compitiendo y asentando perfiles con una estabilidad sorprendente. Los altibajos de un equipo como el Promesas no son más que los baches de un camino lógico en el que el objetivo no es un título, sino la promoción continua de talento y el crecimiento sensato de lo que viene por detrás.

Solo así es posible que el terremoto que asoló el primer equipo no afectara en mayor medida el trabajo de quienes seguían su paso a pocos metros de las oficinas de un club en llamas en LaLiga. En Los Anexos el trabajo siguió el ritmo preciso, con la mano acertada de quienes conocen el club, las dinámicas del mismo y sus comportamientos.

@ManuOlivas9 dirigirá al #RVPromesas y @sisinio21 al #RVJuvenilA

¡A por ello! https://t.co/Uhj1vGP3uU

— Cantera Real Valladolid (@RVcantera) February 18, 2025

A pesar de las dudas que produjo el hecho de que el Promesas no pudiera aspirar al playoff de ascenso a Primera Federación a final de temporada, la realidad objetiva es que el reto del equipo filial, más allá de ambiciones competitivas que puedan alejarte de lo formativo, se cumplió con creces bajo el mando de Olivas y Briones, consiguiendo, además, que algunos de sus pupilos más destacados “ayudaran” al primer equipo en las últimas fechas de LaLiga.

Retos controlados y libertad para ser flexibles

Es comprensible que la imaginación vuele y que la lógica de quien mira el fútbol sin esa perspectiva formativa entienda el Promesas como un equipo más que tiene calidad para competir en Primera Federación. No se le puede quitar la razón a quien piense de ese modo. Pero lo cierto es que la cintura para trabajar dentro de las exigencias de una categoría como esa quizá no sería tan favorable para el proceso formativo de un grupo de jugadores en constante cambio.

Habrá quien opte por creer que los cambios de fichas se dan en todos los niveles y que no es razón para no querer ir a más, pero lo cierto es que esa libertad para poder operar con margen de error tiene mucho peso, pues hacerlo sin ese margen es claramente diferente y complica con mucho la labor del formador. Esa palabra, comprensible en un fútbol de cantera, no se debe olvidar en un ámbito como este.

Aunque sepamos que la principal virtud de un entrenador de fútbol será conseguir que su equipo compita y gane el mayor número de partidos posible, el proceso formativo en Los Anexos es indispensable, por lo que conciliar ambas realidades no solo es preferible, sino vital. Briones Cantera Valladolid

No es lo mismo incorporar juveniles en una posición cómoda de la tabla e incorporar cambios tácticos o hacer pruebas con una red de puntos de seguridad que sin ella, por lo que la exigencia de la competición es un pilar básico para entender los procesos y los cambios necesarios que una cantera debe considerar cada semana y con la mirada puesta en el desarrollo a medio y largo plazo.

Perfiles contrastados y perfiles por contrastar

Y no solo de pasado vive la optimista visión de conservar el tándem de Olivas y Briones en el Promesas. En un equipo que el año que viene cambiará mucho de caras (se ha proyectado que muchos de los habituales partan con ficha del primer equipo), tener un perfil como el de ambos entrenadores da una tranquilidad tremenda para saber que, posiblemente, las caras nuevas desde el juvenil no lo serán para ellos y trabajar en el Promesas no será más que una gestión de unas capacidades ya conocidas en la etapa anterior.

Ese salto en la exigencia será más interesante con entrenadores que permitan evolucionar sin hacer empezar de cero a cada uno de los nuevos efectivos. Jugadores como Aranda, Arco, Rulo o Alani surgen desde un juvenil que Olivas y Briones hicieron evolucionar con creces. Como ellos, dieciséis futbolistas que pasaron por el Promesas en un año complejísimo. Perfiles que podrían seguir asomándose con cierta regularidad al equipo filial y con los que podrían seguir trabajando sin que el salto competitivo afecte tanto a su recorrido.

Razones de sobra para comprender y argumentar que seguir bajo el mando de ambos en el Promesas, cabeza más alta del trabajo de cantera, y apoyar el trabajo de un patrimonio humano de gran valor como lo es el de Manu Olivas e Iván Briones es uno de los grandes objetivos de cantera de un Valladolid que, mientras siga encontrando razones para subir a Los Anexos a disfrutar de sus categorías inferiores, estará en el buen camino para construir, más que resultados inmediatos, proyecto futuro.

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