El exentrenador del CD Parquesol femenino explicó en #HacemosCantera en los micrófonos de Radio Marca Valladolid su salida del equipo, producida de manera abrupta

Después de año y medio de una bonita relación, Óscar González abandonó el CD Parquesol femenino la pasada semana. En otros casos podría hablarse de una salida por la puerta de atrás, pero no en este, pues ha sido abrupta y en el José Luis Saso se ha sentido el portazo, aunque sin quedar del todo claro quién lo había dado.
El entrenador pasó este miércoles por #HacemosCantera en Radio Marca para tratar de arrojar un poco de luz a su marcha, producida por “una serie de desavenencias con el coordinador“, a su juicio, “el único integrante de la estructura femenina”. En las últimas semanas se vieron “agraviadas”, lo cual condujo a su “decisión” de informar en Vallecas a la plantilla de su salida.
El día anterior llegó el punto de no retorno, provocado por el hecho de ir a viajar a dicho encuentro con tan solo catorce futbolistas, aunque a su modo de ver las discusiones producidas fueron solo “la guinda del pastel”, a pesar de que esa circunstancia “conllevó mucho ruido”. “Yo, como quien dice, tenía la cabeza cortada desde antes; fue una muerte anunciada. El domingo comenté a las chicas nuestra decisión, luego tuvimos intención de volver, pero por parte del club se iba a tomar en los siguientes días la decisión de que no siguiera“, cree.
Y lo hace porque le dejaron “claro” que no querían “buscar un entendimiento”; como se fue el domingo, consideraron que era su decisión y no querían que siguiera, explica el entrenador, que terminó de comprender esta cuestión así cuando el martes no le dejaron entrar en las instalaciones para despedirse de las chicas, hecho que motivó que tuviera que hacerlo al margen antes de otra larga reunión entre el plantel y la directiva en busca de un reencuentro que ya era inviable.
González habla de “problemas con el filial” y de una reivindicación, su “derecho a exigir” que jugadoras del Regional subieran con su equipo, “por número y por nombre”; aquellas que el cuerpo técnico considerase. “Llevábamos mes y medio en la misma situación; el viernes el entrenamiento fue con doce jugadoras, después de que una de las condiciones demandadas era hacerlo con dieciséis y de que llevásemos mes y pico sin hacerlo a causa de lesiones“, que han mermado el rendimiento general, como lo han hecho estas circunstancias extradeportivas.
Aunque no ha querido “que las cosas fueran así”, y recuerda que el feeling con el equipo era “muy bueno” y que este “iba cada vez a más”, finalmente su etapa ha acabado, también, por lo que considera “problemas de comunicación” que han provocado una serie de reproches en redes sociales por parte del entorno y de integrantes de la sección masculina. “Desde el principio hemos peleado porque las chicas tengan más, pero no comparado con los otros equipos del club, sino con los equipos con los que estamos compitiendo por los mismos objetivos”, expone.
Después de su llegada, por ejemplo, se eliminaron las cuotas que antes pagaban las jugadoras y se acabó con la rotación entre los campos que provoca la aglomeración de equipos en el José Luis Saso, reivindicaciones que Óscar González hizo bajo el argumento de que el suyo es de alto rendimiento y debido a la comunicación por parte de la entidad de que “el fin de este proyecto era por lo menos jugar play-off en dos o tres años”. “Nosotros nos involucramos para que esto saliera bien, pero a otras secciones no se les ha comunicado cuál era el proyecto del femenino. Falta de apoyo no ha habido, pero sí de mentalidad: no se ha dejado claro cuál era el proyecto del femenino“, arguye.
De cara a ese salto de categoría, el técnico realiza un diagnóstico que pasa “por tres vías”: la existencia de un club íntegramente femenino, que una estructura profesional asuma el reto o que el Parquesol se convierta “en una estructura semiprofesional”. “Habíamos confiado en ello, y por eso nos involucramos para conseguir más medios” en distintas parcelas, sabedor de la existencia de lo que considera una “falta de estructura”.
Por esto, ha sido acusado de buscar división entre secciones, algo que descarta. “Yo nunca he buscado una división, pero sí una estructura semiprofesional que desde la sección masculina se tendría que entender si el club lo hiciera ver. Entiendo que el equipo es de alto rendimiento y que para plantearse ascender tendrá que crecer día a día. Este equipo lo necesita si realmente se quiere eso, y si no, que se hubiera dicho”, sentencia.
Decepcionado y apenado con la situación vivida y con esos reproches personales, compara la situación con una ruptura. “No es tiempo para mí para pensar en fútbol”, reconoce. También, que se siente “orgullosísimo” del trabajo realizado, “de los resultados y de las condiciones” por las que lucharon “y que tienen las chicas”. “Ojalá la persona que llegue se aproveche de ello y que este equipo no decaiga”, concluye.
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