LaLiga Hypermotion es, con perdón, una liga de pirados. El apodo que recibió hace tiempo de Hypertensiones le viene al dedo, puesto que lo que pasa en ella no pasa en ninguna otra competición profesional del mundo. Lo último ha sido la espantada de Guillermo Almada, su confirmación a la propiedad del Real Valladolid de que su futuro pasa por otro Real, el Oviedo. Sin embargo, tampoco aquí el uruguayo ha inventado nada; ha habido otros ‘Almadas’ antes de Almada en la Segunda División. Incluso uno de ellos esta misma temporada.
Antes de que el charrúa decidiera ir “a muerte” con otros jugadores diferentes a los que entrenó hasta el sábado, hubo otro caso esta misma campaña de un técnico que cambió de bando: Jesús Galván, el del CD Mirandés. El entrenador andaluz comenzó el curso dirigiendo al Sevilla Atlético, filial hispalense que abandonó el pasado mes de noviembre para dar el salto a LaLiga Hypermotion y dirigir, por primera vez en su trayectoria, a un equipo profesional (entendiendo por profesional, como hace el marco regulador de la RFEF, a uno de las dos primeras categorías del fútbol español).

Otros casos anteriores en LaLiga Hypermotion
Precisamente el Sevilla Atlético se vio afectado en un supuesto similar anterior, acontecido durante el curso 2023/24. Antonio Hidalgo era quien lo entrenaba en Segunda RFEF (milita ahora en Primera Federación, después de ascender con Galván), pero al técnico barcelonés se le apareció la oportunidad de propulsarse dos categorías de golpe con la SD Huesca, que acababa de destituir al ‘Cuco’ Ziganda. Y el Sevilla, como este pasado noviembre, accedió al interés del entrenador, puesto que, conviene recordarlo, un movimiento de este tipo la Federación lo permite solo si el club ’emisor’ lo permite.
Esa misma temporada 2023/24 hubo otro caso semejante: el de Alberto González, míster del Albacete. Tras enfrentarse a Hidalgo en el derbi de filiales de la jornada 5 de la Segunda RFEF, y tras la marcha de este a Huesca, el malagueño siguió en el Betis Deportivo hasta que Rubén Albés ‘cayó’ en el conjunto manchego. Entonces, los albaceteños llamaron al club de las trece barras para llevarse a su entrenador… que debutó con un empate ante, , precisamente, el Huesca de Antonio Hidalgo (quien a la postre, como González, se salvaría del descenso).

No corrió la misma suerte que ellos, en esa misma campaña, Ferran Costa, joven técnico que descendería con el Andorra, después de cambiar, a nueve jornadas para la conclusión de LaLiga Hypermotion, el Badalona Futur, también de la Segunda Federación, por el conjunto del Principado. Mirando la historia reciente de Segunda, hay otro caso más, el de Fran Justo, que se inmoló en la temporada 2022/23 al cambiar el prometedor Arenteiro, con el que venía de ascender el año anterior a Primera RFEF, por el convulso CD Lugo, en el que duró nueve partidos (y aun así, el Lugo descendió, tras tener cuatro entrenadores distintos).
El autobús de Álvaro Cervera
Pero tampoco Fran Justo se puede considerar pionero; ni mucho menos. Hasta donde alcanza la memoria, llega el recuerdo de un entrenador que, si no fue el primero, desde luego fue el más controvertido de todos los que estos años se hicieron un Almada. Se trata de Álvaro Cervera, que en 2012 se bajó del autobús del Recreativo de Huelva para irse a Santander. Y no, no es un decir: cuando ‘El Decano’ se dirigía a Almería para disputar un partido, allá por el mes de marzo, recibió la llamada del Real Racing Club y obligó al autobús a dar la vuelta para poder negociar su marcha. Luego el karma se la devolvería: acabó descendiendo…
