Pablo Gómez, capitán y pichichi del Real Valladolid Promesas, consiguió salvar un punto frente al Real Ávila tras una brillante jugada en el tiempo de descuento, después de que los blanquivioletas fuesen por detrás en el marcador durante casi todo el encuentro.
Desde el inicio, el conjunto abulense planteó un partido intenso y trabado, con gran fijeza en las marcas y una presión adelantada que provocó múltiples errores en la salida de balón de los chicos de Retamero, especialmente por parte de Durán y Mongil.
La intensidad disminuyó en torno al ecuador de la primera mitad, debido al parón que debió sufrir el juego tras lesionarse Bacari. El delantero catalán saltó en busca de la bola en una jugada a balón parado y cayó desequilibrado sobre su pierna izquierda, lastimándose una rodilla que parece le tendrá en el dique seco durante varias semanas.
Su lugar en el césped lo ocupó Ricardo, quien poco pudo hacer para reavivar el juego de su equipo, que vería como, después de sacarle una clara ocasión a Emilio, Javi Jiménez erraba en la salida a por un centro colgado desde el lado derecho y como el pequeño delantero Larsson adelantaba a los suyos en el marcador.
Se llegaba así al descanso con poco fútbol pero mucha tensión, provocada por el planteamiento realizado por José Manzano, quien ya con el marcador a su favor intentaría hacer valer la experiencia de los suyos en el segundo periodo para llevarse los tres puntos.
Los chicos de Manuel Retamero intentaron dar la vuelta al marcador una vez iniciada la segunda mitad, pero apenas dispusieron de claras ocasiones, ya que cualquier intento de hilvanar jugada era desbaratado por el rival por medio de diferentes argucias.
Éstas rozaron el límite del reglamento, y en algún momento incluso lo sobrepasaron, como muestra la roja directa a Jaime en el minuto ochenta y cinco tras una fuerte entrada en la zona izquierda del ataque abulense.
A este minuto se llegó sin demasiada historia, más allá del oficio mostrado por el Ávila y el trabajo y la entrega del filial blanquivioleta. Este trabajo y esta entrega, partido a partido, tiene a Pablo Gómez como máximo exponente, algo en lo que ayer el capitán no sería una excepción.
Cuando la gente comenzaba a abandonar la grada de Los Anexos, sabedores de la derrota local, el pichichi blanquivioleta recogía un rechace en el centro del campo, se adentraba en el campo rival y tras sortear a varios rivales, soltaba un latigazo desde la frontal que se terminaría alojando en las redes abulenses.
Después de sufrir el primer pinchazo en casa, el equipo que dirige Manuel Retamero intentará hacer bueno el empate el próximo domingo con una victoria en el campo del Santa Marta, a partir de las doce del mediodía.
Real Valladolid Promesas: Javi Jiménez; Felipe, Pablo Gómez, Mongil, Cabrera; Amaro (Edu, minuto 68), Durán; Navas, Bacari (Ricardo, minuto 28), Toni, Rubén Sánchez (Ochoa, minuto 78).
Real Ávila: Félix, José Maria, Rivas, Pablo, Roberto, Koke, Barrera (Jaime, min. 67), Peña (Dani, min. 78), Larsson, Piru (David Franco, min. 87) y Emilio.
Goles: 1-0 Pablo Gómez, minuto 90.
Árbitro: Lavín Pérez (Burgos). Expulsó por roja directa al abulense Jaime en el minuto 85. Amonestó a los locales Pablo, Amaro y Ricardo, y a los visitantes Rivas, Roberto y Dani.