El entrenador del Real Valladolid destaca la gran primera mitad que hizo el equipo ante un Lugo que, como asegura, luchará por una plaza de ascenso
Siempre positivo. Nunca negativo. Así se mostró una vez más Paco Herrera en su comparecencia de prensa tras el empate del Real Valladolid ante el Lugo. Su equipo continúa sin vencer a los gallegos en el José Zorrilla, tras realizar un partido que tuvo dos partes muy diferenciadas, tal y como explicó: “Ambos conjuntos hicimos una gran primera mitad, pero en la segunda estuvimos nerviosos y fallones”.
Así resumió Herrera el envite: “Tras una gran primera parte, realizamos un cambio que era mínimo. Lo único que hice fue ajustar el rombo y abrir un poco más el campo. El único movimiento que iba a realizar, pero cambiaron muchas más cosas. Hemos vuelto a perder balones cuando no era algo habitual y hemos tenido equivocaciones absurdas. La segunda parte ha sido surrealista“.
Por ello, el míster proclama la necesidad de mejorar en muchos aspectos en los que el Real Valladolid falló en el segundo acto. Hizo referencia sobre todo a un punto: la presión. “Ir a la presión te puede dar mucho, pero como la hagas mal es lo peor que te puede pasar”, aseguró. Comentó que los jugadores fueron tarde a lo presión, y lo que es peor, no iban juntos. “No presionaban todos a la vez y hay que hacerlo en bloque para que haga efecto”, añadió.
Paco Herrera achacó muchos de esos fallos al cansancio, que reconoce que existió. “He visto al equipo cansado. No me preocupa, creo que es una situación puntual”, dijo; sin embargo, quiso hacer alusión a uno de los puntos en los que, según él, el Real Valladolid ha mejorado: el balón parado. “Dije que era cuestión de trabajarlo, y salta a la vista que lo estamos haciendo mejor. Debemos de coger eso como ejemplo para hacer todo lo demás”, sugirió.
Tras el empate, el conjunto blanquivioleta sigue en la pomada por conseguir un puesto en el play-off. Una hazaña que también quiere conseguir su rival de este domingo, el Lugo. El técnico catalán alabó su partido y está convencido de que los gallegos “serán un candidato a las plazas de arriba”. “Tienen una ventaja, y es que el peso de la historia no es el mismo que el nuestro. Ellos no tienen esa presión”, afirmó.
Pero uno de los puntos que Herrera también quiere cambiar es el de los resultados en su campo. El entrenador no está especialmente contento de que su equipo juegue más cómodo fuera de casa. “Me preocupa que hagamos las cosas mejor fuera. No quiero hacer ver la sensación de que la atmósfera aquí no es favorable”, dijo.
Pese a ello, continúa siendo optimista y confía en poder dar una alegría a la afición la próxima semana en Huesca y enderezar de nuevo la situación. “Este equipo tiene que volver a ser el que hace cosas buenas. Lo vamos a conseguir, y moriré en el intento”, concluyó.