¿Buscas un plan de escapada para un domingo cualquiera? Este parque natural te hará disfrutar de un entorno natural excepcional y, sobre todo, donde disfrutar de la calma. Lejos de las masificaciones de otros parques nacionales como el de Doñana o Sanabria, ambos muy conocidos y visitados por miles de turistas a lo largo del año, si eres un fan de los atardeceres y te gusta experimentar nuevas experiencias en otros lugares menos comunes aunque igual de gratificantes, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es un lugar que nada tiene que envidiar en la actualidad al resto de parques ubicados en territorio nacional.
El Parque Nacional de Daimiel
De todas las características y peculiaridades de este entorno, destaca lo arropado que está esta localidad de Ciudad Real. Daimiel, ubicado en el interior de la región, puede presumir de un Parque Nacional excepcional. Por no hablar de los dos ríos que arropan a esta localidad de más de 17.000 habitantes. Si te animas a pasar un día visitando el entorno, es que lo hagas con mucha calma.
Considerado como un oasis gracias a la protección y la ubicación del Guadiana y el Cigüela, ese entorno lo hace ser un lugar excepcional y donde la naturaleza predomina sin tener que envidiar a otros lugares de este país. Este lugar además es otro sitio excepcional para aquellos que son amantes de la fotografía ya que el Parque Nacional de Daimiel es uno de los sitios preferidos por los profesionales para la fotografía. Precisamente, si damos una vuelta por redes sociales y buscamos que se habla o dice sobre Tablas de Daimiel, la gran mayoría de publicaciones son para presumir este entorno natural.
¿Qué hacer en el Parque Natural de las Tablas de Daimiel?
Si decidimos pasar el día, debemos de ir mentalizados en que el paseo va a ser la tónica habitual. Lo recomendable es hacerlo por los senderos elevados y desde ahí observar como el agua de los ríos que rodean Daimiel se entremezcla con la vegetación de la zona del parque.
Por supuesto, madrugar debe ser una obligación. Hay mucho que ver y hay poco tiempo. Por ello, si accedes a ello, aprovecha y lleva contigo unos prismáticos. En esas horas tempranas del día, poder disfrutar del vuelo de las aves al alba es algo sencillamente espectacular. Además, es gratis. Como otras opciones, no a coste cero, puedes alquilar una barca de remos. Esto te permitirá ver los carrizos lo más cerca posible. Y aprovechando la visita, debemos hacer una parada de los miradores señalizados. Incluso es una zona muy suculenta para almorzar.
¿Qué hacer en Daimiel?
No todo es el Parque Nacional. Esta localidad incrustada en el corazón de Ciudad Real, te permite realizar una escapada turística sensacional en la que vas a poder disfrutar de lugares con encanto y, por supuesto, comer de una manera exquisita.
Cerca del centro urbano, podemos encontrar la Motilla del Azuer, que es un yacimiento que esconde en él pozo más antiguo que se ha conocido en la península ibérica. Formado por un laberinto de piedra que se ha recuperado en el tiempo, es perfecto para entender como ha sido la evolución arqueológica de Daimiel.
A nivel gastronómico, se come muy bien. Sin demasiadas ‘exquisiteces’ pero con un producto local muy bueno. Los quesos manchegos, los guisos y, sobre todo, los vinos con denominación de origen son los productos estrella.
En definitiva, lejos de los entornos turísticos donde la masificación de gente es algo predominante, pese a que Daimiel es cada vez una opción a la que recurre más gente, afortunadamente eso no ha impedido que haya perdido su encanto tradicional.
 
			