El espíritu deportivo invita a los equipos a hacer pasillo al campeón cuando juegan contra ellos justo después de que su rival se alce con un título. Tal y como habían hecho Real Madrid y Barcelona, rivales del Real Valladolid este sábado, el pasado fin de semana; los merengues, del Grupo V de la División de Honor, y los azulgranas, de la Copa del Rey. Y los blanquivioletas correspondieron; antes de complicarles las cosas con el balón en juego.
El conjunto dirigido por Sisinio González fue el primero en hacerlo, ante el cuadro que dirige Álvaro Arbeloa. Con un buen número de aficionados como testigos, como suele suceder cuando Madrid y Atleti visitan Los Anexos, el ‘Divi’ honró al campeón, que con el triunfo en Liga palió las eliminaciones tempraneras en Copa del Rey y en la UEFA Youth League. Y frente a las bajas que tenían los visitantes, motivadas por el salto de algunos jugadores de mayor nivel al Real Madrid C, Sisi optó por dar protagonismo a varios futbolistas que se despedían.

Así, en el once inicial del entrenador blanquivioleta había hasta siete chicos que dicen adiós a la etapa juvenil, Gonzalo, Flores, Aranda, Vaquero, Rulo, Yago San Miguel y JD Bonilla, a los que se sumaría posteriormente Mariano, que, como varios de los anteriores, se despedía además del club. El punta no pudo despedirse con gol, pese a dejar unas sensaciones mucho mejores que un Bonilla sorprendentemente apático y tristemente desconectado y desubicado. Rulo y Aranda serían quienes darían la vuelta al gol inicial de falta de Pol Rivera.
Ante un rival con varios cadetes, caso de Leo Lemaitre, Marco Company y Enzo Alves, hijo del exmadridista Marcelo, el División de Honor logró convertirse en el único equipo que venció en los dos partidos al Real Madrid, que, de hecho, solo cayó en tres ocasiones en liga en este curso. Yendo un paso más allá, no le pasaba algo así al primer juvenil madridista desde que el Atlético de Madrid le ganó los dos derbis de la temporada pasada.
Después de este pasillo -y de los manteos a algunos de los que se van-, Zorrilla vivió otro contra un Barcelona que no cayó, pero que tampoco lo tuvo fácil. La aspereza del encuentro a buen seguro vino propiciada por los nueve cambios introducidos por Hansi Flick, pero también con el nivel ofrecido por un Real Valladolid que no por hacer ese pasillo se dejó ir con el balón en juego. A la postre la calidad del campeón se impuso, pero fueron los blanquivioletas un rival incómodo, con menos errores que otros días, aunque fuera igualmente derrotado.
 
			