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La Pizarra de Blanquivioletas | Atlético de Madrid

Una mirada al Atlético de Madrid del 'Cholo' Simeone, rival de la próxima jornada para el Real Valladolid en el Metropolitano

por Miguel Ruiz
12 de abril de 2025
La Pizarra Atlético de Madrid

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El camino del Atlético de Madrid parece no poder convivir bien con la calma. Su viaje a través de la temporada 2024/2025 está siendo una montaña rusa de la que, de momento, han salido despedidos de dos competiciones: la Copa del Rey, ante el Barça, y la Champions League, el Real Madrid. Dos rivales que, además, sigue teniendo por delante en LaLiga, el único título donde siguen vivos. Esa lucha continua por parte de Simeone de conseguir que la personalidad, el carácter y la calidad lidien con claridad en una temporada para que los triunfos llegaran parecía haber avistado tierra esta temporada.

Y podremos hablar de todo. De táctica, de perfiles, de jugadores o de dibujos, pero la realidad siempre nos llevará a que el ‘Cholo’ Simeone es parte fundamental para que este equipo crea en una idea de juego y la exploten con todas sus fuerzas. Más allá de la necesidad de mejorar esa consistencia en los momentos clave, así como reforzar esa opción de protegerse con más eficacia o recurrir a planes de partido más enfocados en lo ofensivo, el Atlético de Madrid lucha cada año por todos los títulos por la labor de un entrenador que ha lavado la cara a una institución al completo.

Uno de sus grandes estímulos había sido el mercado, donde habían conseguido afianzar la plantilla del año pasado con piezas muy capaces y diferenciales. El defensa Le Normand, un puntal clave para dar equilibrio a la zaga; el centrocampista Gallagher, multiusos interesante para poder crecer con garantías en la medular con físico pero también con hambre; y también los delanteros Sorloth y Julián Álvarez, el noruego como un recurso interesante para añadir algo de peso a la capacidad para referenciar a la defensa rival y el argentino un equilibrista interesante para vivir en comunión con el que sigue siendo el alma del Atlético de Madrid en ataque, Antoine Griezmann. Varios movimientos que claramente han servido para hacer crecer a un Atleti al que solo le faltaron resultados clave, concentración en algunos tramos y un pellizco de suerte…

Atlético de Madrid: Un todo en uno de equilibrio, paciencia y vértigo

No siempre les sale bien la jugada, pero hay que decir que este Atlético de Madrid bebe con asiduidad de ese elemento traicionero que es la confianza. Pero sin ella no serían el equipo que son ni tendrían como entrenador al ‘Cholo’. El Atlético ha mostrado esta temporada que tiene colmillos para morder, pero no siempre ha sido ese el plan inicial. Su capacidad para asociarse con más calma para construir y viajar menos en pases largos de defensa a ataque ha hecho que el equipo colchonero también tenga una noción más cercana de lo que debe ser protegerse con balón.

En ese sentido, recurren a un dibujo lo más equilibrado posible que permita varias permutas para cambiar de modo defensa a modo ataque con pocos movimientos y con líneas que permitan la permuta de jugadores con relativa sencillez. De esa manera, el 1-4-4-2 del ‘Cholo’ Simeone funciona bien para casi todos los contextos competitivos que se encuentre el equipo rojiblanco. Con bandas largas, generalmente custodiadas por un lateral de recorrido o más defensivo dependiendo del rival, la capacidad del equipo es precisamente ir cambiando piezas para mostrar una cara u otra.

Si partimos, en defensa, de la portería, Oblak ha vuelto a ser clave en un Atlético de Madrid que ha ganado puntos gracias a su portero una temporada más. Mejora evidente y necesaria para un nivel competitivo como el que buscaban esta temporada los colchoneros. En la zaga, laterales mixtos, como Nahuel o Llorente, pero también muy llegadores y con peligro atrás como Javi Galán, clave para dar solvencia a la banda izquierda cuando el perfil es más interior. En el centro de la defensa, brillan sobre todo Lenglet, Le Normand y Giménez, tres piezas para dos posiciones que este año sí han rendido con bastante solvencia salvo en casos muy puntuales.

Con Samuel Lino en banda izquierda, siempre es un Atlético más enfocado a buscar balones al hueco en banda. Con Gallagher en su lugar, en cambio, es un Atlético de Madrid que permite más libertades a Javi Galán, lateral en esa banda, para ser largo y doblar al inglés, mucho más presente en zonas interiores. La banda derecha, en cambio, es toda de Giuliano Simeone, una de las sorpresas (gratas) de este año, siendo amo y señor de un rol clave en ataque… y en defensa, siendo primera espada para saltar a presionar cuando es preciso. En el doble pivote, fórmulas ya conocidas, con De Paul y Pablo Barrios como elementos principales, con Koke y Gallagher como recambios frecuentes, así como el añadido menos visto de Llorente, menos presente este año en la medular.

En ataque, el movimiento es constante. Julián Álvarez no solo es referencia, sino que va evolucionando por el campo según marcan los minutos y la comodidad de su pareja de baile, Griezmann, que suele estar cómodo entre líneas, controlándolo todo a distancia. Tanto Samu Lino como Sorloth son opciones para entrar arriba, así como Correa, un comodín reservado casi siempre a los contextos más complejos, desatascando con su velocidad, pillería y acierto, pero es Sorloth el que mejor está funcionando en el Atlético de Madrid cuando se necesita un peso más allá de la movilidad. Su referencia arriba y sus goles son marca registrada ya de este Atleti.

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