No será la primera vez que encontremos profesores ingeniosos que buscan vías para conectar con sus alumnos y motivarlos, pero lo cierto es que el caso que nos ocupa llama poderosamente la atención. Por que sí, hay profesoras que enseñan a pensar, pero luego está Lucía Márquez, que además consigue que sus alumnos quieran dar un punto extra para conseguir un premio más que original.
Graduada en Filosofía y periodista deportiva en la ciudad de Málaga, Lucía Marquez ha encontrado una forma tan sencilla como brillante de motivar a su alumnado. Aprovechando la pasión de sus pupilos en el fútbol y en LaLiga, ha optado por regalar cromos de fútbol a quienes logren sacar una nota de 9 o más en sus exámenes. Sí, gracias a los cromos Lucía está consiguiendo resultados más que increíbles.
Y lo cierto es que, según la profesora, la idea nació sin demasiadas pretensiones, pero ha resultado un éxito rotundo. “Están tan enganchados que me van a dejar sin cromos”, escribió la profesora en sus redes sociales. En la foto adjunta, Lucía Márquez muestra varios exámenes de Filosofía junto a los que aparecen varias de las pegatinas de Panini que regala a sus alumnos. Seguro que Aristóteles estaría orgulloso.
Las aulas se visten de corto
Lucía lo cuenta con humor: “Los madridistas saben que tienen un punto menos”, bromea, dejando claro, primero, su preferencia culé, y que ni la pedagogía ni el fútbol están reñidos con el buen rollo. También lanza un mensaje de ayuda a Panini, pues el gasto empieza a ser grave. “Urge colaboración, que cuanto más corrijo, más sobresalientes salen”. Su tuit se ha vuelto viral, con más de tres mil ‘likes’ en pocas horas y cientos de comentarios de profesores que quieren copiar su idea.
En un momento en el que cuesta mantener la atención de los estudiantes puesta en la pizarra, esta malagueña ha dado con una fórmula tan efectiva como entrañable para conectar la enseñanza con las pasiones reales del alumnado. Donde otros solo verían un cromo, ella ha encontrado la oportunidad para que un adolescente se motive por aprender las enseñanzas de Kant o Platón con la misma ilusión con la que busca encontrar el cromo más codiciado.
Si una de las pautas que diferencian a un buen docente de uno cualquiera es entender que la educación también se juega en el terreno de la motivación, Lucía desde luego está muy cerca de ser un ejemplo en sí misma. A veces solo basta un gesto, un símbolo, para encender una chispa. Lucía Márquez no solo enseña Filosofía, sino que demuestra que el pensamiento crítico puede convivir perfectamente con la pasión futbolera.
El caso de esta profesora: cómo conectar la pasión con el deber
Encontrar puntos de contacto con los alumnos es, hoy más que nunca, una necesidad educativa. La generación actual vive rodeada de estímulos, con pantallas, redes, series, videojuegos y un bombardeo constante de información. Competir con todo eso desde un aula tradicional es misión imposible si no se entiende su lenguaje ni sus intereses y es por eso que el gesto de Lucía Márquez funciona tan bien. No se trata solo de dar un cromo, sino de tender un puente entre el mundo académico y el universo emocional del estudiante.
El fútbol, la música, el cine o cualquier otra pasión pueden ser herramientas para despertar curiosidad, atención y compromiso con el aprendizaje. Motivar no significa bajar el nivel, sino adaptar el enfoque. Cuando un alumno siente que el profesor entiende lo que le apasiona, se abre una vía de respeto y complicidad que multiplica su implicación. En un sistema educativo que a menudo olvida la emoción como motor de conocimiento, ejemplos como el de esta profesora malagueña recuerdan que aprender también puede ser un acto de conexión.
