El Athletic Club de Bilbao lleva a cabo diferentes acciones dentro de la sociedad vizcaína a través de su fundación
La Fundación Athletic Club es el mayor referente a nivel nacional en el desarrollo de actividades de responsabilidad social corporativa. Cuenta con tres campos o líneas de actuación, que son pilares de esta actividad. Por un lado, trabaja con colectivos de riesgo de exclusión social. Por otro, cuenta con un programa de actividades culturales. Y por último, desarrolla acciones de promoción del fútbol como deporte no competitivo.
A la hora de desarrollar sus actividades sociales, la Fundación Athletic parte de la idea de que el fútbol puede y debe ser un elemento integrador en las sociedades actuales. Así, partiendo de esta premisa, desarrolla una política de colaboración con otras entidades y no pone jamás en marcha proyectos en exclusiva. Mediante la audiencia a esas otras entidades o por medio de la búsqueda activa, localiza aliados y compañeros de viaje en los que se apoya y con los que colabora.
Proyectos con personas con capacidades diferentes
Uno de los grupos a los que van dirigidos estas actividades es el de personas con capacidades diferentes. Por ejemplo, el proyecto AHALEGINA está dirigido a niños con discapacidad intelectual. Busca ayudar a sus integrantes a adquirir habilidades sociales a través de multideporte –sobre todo fútbol–.

Su periodicidad es recurrente y tiene lugar en un polideportivo cedido por el Ayuntamiento de Bilbao, cuenta con voluntarios trabajadores del propio Athletic Club y pretende, asimismo, potenciar la independencia del niño con una especie de ‘señuelo’, ya que el comportamiento correcto y conforme a las indicaciones del monitor viene a significar, dicho de una manera simplista, que lo están haciendo “como lo dice el Athletic”.
En una línea semejante, junto a la Federación Vasca de Deporte Adaptado, pero con participantes de mayor edad, desarrolla una liga de fútbol adaptado, que se juega todos los fines de semana y cuenta con tres divisiones por niveles de discapacidad.
Además, organiza también una copa en Lezama, en la que están invitadas las distintas asociaciones que conforman la liga. Y como en el anterior proyecto, todos los participantes (en torno a los 270 jugadores) reciben un premio en forma de medalla o de diploma.
La aportación de la Fundación Athletic es el correr a cargo de gastos como polideportivos, desplazamientos, equipaciones o arbitrajes. Todo en busca de la normalidad de estas personas y de fomentar el valor pedagógico de la competición, también, con la intención de que a medio plazo haya varios jugadores de la Primera División, con discapacidades leves, integren clubes convencionales, siempre bajo el amparo y supervisión del Athletic, que velaría porque no se les perjudique, sin buscar un trato de favor.
Desde hace dos años cuentan con un modelo semejante para personas con enfermedades mentales, en cuya liga participan ocho centros que trabajan con esta especificidad dependientes del Departamento de Salud del Gobierno Vasco en Vizcaya. Las novedades son que los partidos se juegan entre semana y que dos entrenadores del Athletic Club van rotando semana tras semana entre estos ocho centros para entrenar a los equipos.
Proyectos con personas en riesgo de exclusión
Un proyecto ya veterano de la Fundación es el equipo de personas sin techo. Con él, la Fundación trata de dotar a la ONG con la que ‘viaja’ de una actividad recurrente que le permite tener control del usuario y trabajar dinámicas de grupo y al jugador combatir el desarraigo y disponer de un acto lúdico y ocioso. Entrena varias veces por semana y juega de cuando en vez partidos con otras asociaciones o con empleados del Athletic Club en Lezama, tras los cuales se lleva a cabo lo que en rugby vendría a ser el tercer tiempo.

Junto a la Asociación Bakuva, otro proyecto se dirige a niños en riesgo de exclusión social por razones económicas, en muchos de los casos, pertenecientes a familias desestructuradas. Consta de cinco equipos, que juegan en Lezama con una imagen y unos colores identificativos propios (no los del Athletic) y quiere ser un refuerzo dentro del proceso educativo de los niños que forman las aulas de esfuerzo.
La dinámica, en resumen, es un “si te comportas tienes recompensa, si no lo haces, tienes el castigo de no jugar”, algo con lo que se pretende que comprendan qué es la disciplina y el esfuerzo (resumiéndolo mucho). Este proyecto ha sido premiado por La Liga con 15.000 euros, que fueron íntegramente a la asociación.
Otra línea de actuación va dirigida hacia personas privadas de libertad. Se trata del Proyecto Adsis, desarrollado junto a la fundación que lleva el mismo nombre, y que cuenta con dos tipos de sesiones, una en el aula y otra en el campo, que tratan de volver a adquirir habilidades sociales que se pierden en la estadía en prisión.

Super Txapeldunak
(Súper Campeones)
La última gran apuesta en materia de RSC va de la mano del Hospital de Cruces de Bilbao. El ámbito común de trabajo que estas dos entidades han encontrado es el área de pediatría del centro hospitalario, que desde este junio de 2016 luce una nueva decoración, que busca reducir el impacto del tratamiento del enfermo por medio de una decoración más amable y divertida de la zona de urgencias, en la que tres personajes animados son los protagonistas. Estos tres dibujos representan a la esperanza, la rectitud y el esfuerzo.
Estos tres valores son comunes al deporte y al tratamiento de los niños: el sacrificio, el tesón y el afán de superación (recuperación) son, para unos y otros, clave en el deseo de mejorar. O así lo considera la Fundación Athletic, como resalta esta iniciativa, con la que se pretende subrayar la actitud positiva del paciente durante el tratamiento, y que va de la mano de otras desarrolladas en la misma línea de acción.
De la mano de la Red de Salud Vasca, y con los mismos dibujos, esta Fundación repartirá 280.00 pegatinas con el emblema ‘Aupatxapeldun’ (vamos campeón), que el médico o enfermera utilizará a modo de medalla con aquellos niños que estén bajo un tratamiento pediátrico más o menos doloroso.
A mayores, si el tratamiento es más o menos prolongado, podrán entregar al final del mismo un diploma firmado por los capitanes de los dos primeros equipos del Athletic Club –masculino y femenino– que certifica que el paciente es un ‘super txapeldun’ (súper campeón) que ha superado el tratamiento con la actitud advertida.
Esta acción, que podría denominarse estrella, es una pata más de un programa social que a buen seguro se irá ampliando, y que permite entender la ‘marca Athletic’ como una marca socialmente responsable.
