El Real Racing Club de Santander está oficialmente de vuelta asentado en la élite tras varios años en el barro y sufriendo las consecuencias de una nefasta gestión que hundió a un club con una deuda de la que ha conseguido liberarse este curso. En lo deportivo, el conjunto cántabro ha dado otro paso adelante y ha sido uno de los candidatos al ascenso, se clasificó para el play-off de ascenso y cayó en semifinales ante el Mirandés. Por momentos, el fútbol ‘rock and roll‘ del Racing atrajo a muchos groupies, pero, en la otra cara de la moneda, los de José Alberto López han mostrado una fragilidad en defensa que los ha condenado.
Tenemos ‘Rock&Racing’ asegurado hasta 2028 | @JoseAlbertoLpez pic.twitter.com/Qfm00B6T3H
— Real Racing Club (@realracingclub) January 23, 2025
El Racing de José Alberto, una banda de rock
Ya la temporada pasada, el equipo de El Sardinero fue muy divertido de ver, sobre todo en casa. Iñigo Vicente y Peque encandilaron a la afición y el equipo en general mostró un buen juego, con presión alta y ataques rápidos al espacio. En la temporada 2023/24, el Racing se quedó fuera del play-off tras perder en la última jornada contra el Villarreal B, en lo que fue, sin lugar a dudas, su peor partido de la campaña. No obstante, esa ilusión que perseguía a la grada de El Sardinero siguió detrás de los seguidores cántabros en el curso 2024/25.
El Racing solo perdió un partido en las primeras 16 jornadas, desde ese punto, encadenó cuatro derrotas ante el Mirandés, el Granada y el Huesca y el Elche que encendieron las alarmas. Esta racha pudo hacer mella en la mentalidad del equipo, que no logró encontrar la regularidad hasta final de temporada, pero se mantuvo en la pelea por el ascenso gracias a destellos de los atacantes. La apuesta arriesgada y con mucho volumen en capo rival era un arma de doble filo y atrás el equipo quedó desprotegido en muchas ocasiones, provocando duelos de idas y venidas.
Finalmente, en un todo o nada en casa la última jornada contra el Granada de Pacheta, el Racing logró clasificarse, esta vez sí, para el play-off. En la ida contra el Mirandés, disputada en El Sardinero, el encuentro finalizó 3-3 con un gol local en el último suspiro digno de la locura de LaLiga Hypermotion. Todo estaba por decidir en el choque de vuelta, pero desde el principio los jabatos se mostraron con mucha más hambre y, sobre todo, con las ideas más claras. El encuentro finalizó 4-1 a favor de los de Alessio Lisci, que se ganaron un merecido puesto en la final tras una temporada histórica en Anduva.
Andrés Martín, líder estadístico

El dibujo del Racing a lo largo de la campaña ha sido algo parecido a un 4-2-3-1, con Iñigo Vicente en la mediapunta. En la delantera Juan Carlos Arana ha sido el ‘9’ más fiable con su potencia, con 13 dianas en su cuenta particular, pero, sin duda alguna, el nombre de la temporada ha sido el de Andrés Martín. El peso del juego racinguista recaía, tras la última campaña, en Iñigo Vicente. Pese a ello, el ‘mago’ de Derio no ha sido capaz de dar continuidad a ese nivel, aunque con su talento y características ha aportado muchas cosas al equipo. El centrocampista ha anotado 3 goles y ha dado 10 asistencias en esta edición de LaLiga Hypermotion.
Eso a lo que Iñigo no ha podido llegar este año lo ha completado Andrés Martín. El extremo ha sido el máximo goleador del equipo, con 17 tantos, y el máximo asistente, con 18 pases de gol. Su temporada ha sido para enmarcar y su presencia en la plantilla de cara a la próxima campaña no esta confirmada ya que seguramente reciba ofertas. Chema Aragón, nuevo director deportivo del Racing, es consciente de esta realidad y el equipo, de perder al jugador, puede sacar una buena tajada económica de su venta. También cabe destacar la figura de Jokin Ezkieta, que ha firmado buenas actuaciones en la portería.
Víctor Meseguer, un refuerzo invernal que no terminó de cuajar
El centrocampista del Real Valladolid salió cedido al Racing en el mercado invernal, con una opción de compra obligatoria en caso de ascenso. Meseguer se reunió con José Alberto, con el que coincidió en el Mirandés, y su rol se pareció más al que tuvo en Anduva que al que le ‘fabricó’ Paulo Pezzolano, con más llegada a área rival. Sus funciones pasaron a ser más las de un jugador físico, de contención, con el objetivo de otorgar algo de equilibrio en la medular. Lo cierto es que, si bien hizo buenos partidos, como ante el Elche, en el que neutralizó a Febas a la perfección, no llegó a encontrar del todo las sensaciones que buscaba con este préstamo.
Ahora el mediocentro regresa a Zorrilla con dudas, sobre si su futuro seguirá siendo blanquivioleta o cuál será ahora su encaje en el equipo, el cual variará dependiendo de la plantilla que conforme el nuevo director deportivo y qué entrenador tratará de dar un sentido a ese conjunto de futbolistas.
